El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, confió durante
el transcurso de la jornada de ayer en que Marruecos
colabore en un futuro con la Ciudad Autónoma para frenar la
llegada de menores extranjeros no acompañados y permitir la
devolución de los que consiguen entrar a la ciudad para que
regresen con sus familias.
A preguntas de los periodistas, Imbroda ha recordado que el
problema es que Marruecos no admite que los menores
inmigrantes sean devueltos a su país de origen, lo que ha
provocado que en Melilla haya acogidos unos 270 niños y
jóvenes que están tutelados por la Ciudad Autónoma en sus
centros sociales.
Para Imbroda, las dimensiones del problema se pueden
comprobar haciendo una comparativa con regiones como
Canarias, que cuando tuvo acogidos a unos 500 menores pidió
ayuda del resto del país, aun cuando las dimensiones del
archipiélago eran mayores que Melilla, que solo tiene 13,5
kilómetros cuadrados.
El presidente melillense ha defendido que el mayor
desarraigo para un menor de edad es no estar en su hábitat
natural, con sus padres y sus hermanos, razón por la que hay
que dotar a esos niños y adolescentes de una mayor
protección en lugar de permitir que salgan de su país como
inmigrantes indocumentados.
Por ello, ha mostrado su esperanza de que en algún momento
en un futuro próximo se pueda colaborar con Marruecos, al
igual que se está haciendo en otros ámbitos, para tener “una
puerta abierta” con el país vecino que permita la devolución
de los menores.
Imbroda ha aclarado que la Ciudad Autónoma estaría dispuesta
a seguir tutelando a menores que tengan unas situaciones
familiares “totalmente adversas”.
Asimismo, ha opinado que habría que analizar con los
gobiernos de España y Marruecos algunas “lagunas” que
existen en la actualidad respecto a la diferencia de edad
para la emancipación, que aquí es de 18 años y en el país
vecino es de 16 años, lo que supone un problema en los casos
de menores que llegan a Melilla rozando la mayoría de edad.
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