Es lo que representa la falta de
vergüenza y de sensibilidad de los sindicatos, especialmente
de los sindicatos de clase.
Y es que, en unos momentos como los que estamos viviendo,
con más del 20% de personas en paro, los sindicatos quieren
a toda España en paro, aunque sólo sea un día, el 29 de este
mes de marzo.
Son unos auténticos impresentables al plantear una huelga
política, en contra del interés general. Afortunadamente,
esta pretensión de los sindicatos no creo que sea secundada,
ni siquiera por sus propios liberados, que constituyen una
de las taras más significativas del propio mundo sindical.
Con todo, y antes de volver hacia atrás, los sindicatos, por
fin, van a tener que trabajar un día, que ya es pedirles, el
día 29 de marzo.
A uno, tenga la ideología personal que tenga, llegados estos
momentos se le tiene que revolver el estómago, al comprobar
que los sindicatos, muy especialmente los de clase, sólo se
preocupan de sus liberados y de las subvenciones que vienen
recibiendo, también del dinero de mis impuestos y sin contar
conmigo para que lo reciban.
Y volviendo a la huelga del día 29, es más que llamativo que
para los sindicatos la huelga sea un fin en sí, cuando se
está hundiendo la economía del país, y es contraproducente
que se tengan que perder otros mil millones, si no más, en
esa fecha de huelga.
A lo largo de los últimos años, hemos visto la acción de los
sindicatos a los que hay que considerar cómplices de los
muchos parados que hay y que cuando iba creciendo el número
del 10 al 12%, o al 15, no se dejaron ver para impedir los
desatinos de los gobiernos de Zapatero.
Los sindicatos, con Zapatero, trataron de hacer una huelga
general que fue un auténtico fracaso y a la que no fueron ni
ellos mismos.
Aquello fue un amagar y no dar, de una forma premeditada,
ahora tratan de ir más en serio y van a la huelga porque se
les ha quitado su chollo de las negociaciones, los convenios
y todo lo demás.
Ante esto, se han olvidado de que la reforma laboral va
encaminada a crear empleo, pero del de verdad, empleo
estable.
Y que la programación de esta huelga es un acto más de
incapacidad y de poca vergüenza de los sindicatos se
manifiesta más, aun cuando se la van a hacer a Mariano Rajoy
antes de llevar al frente del Gobierno, al menos, los cien
días de cortesía.
Ante esta desvergüenza sindical, el presidente del Gobierno
ha dado la cara y ha dicho lo que, de verdad, hay, que los
sindicatos lo saben pero a lo que han vuelto la espalda,
hasta ahora.
Se olvidan los sindicatos de que la reforma ha sido aprobada
por un Gobierno con mayoría absoluta y con varios otros
grupos que le han apoyado.
Con todo, los sindicatos desafían esta reforma porque es una
auténtica reforma, mientras que lo anterior que hubo fueron
seudo reformas.
Esta es la reforma que España necesitaba y es, precisamente
ahora, cuando los sindicatos salen a ponerse en contra de
los propios trabajadores que están en paro.
Ahora mismo Cándido y Totxo van contra todo, en una huelga
inoportuna que vende una imagen fatal del país, cuando
España está ahora en pensar como se crea empleo y no se
pueden permitir barrabasadas como lo que representa esta
huelga.
Vuelvo a lo que dije antes:” Los sindicatos quieren que toda
España esté en paro”.
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