“A Ceuta, ¡siempre!”, responde cuando se le pregunta si le
gustaría regresar a la ciudad autónoma, donde ha sido hasta
principios de febrero el coronel jefe del Tercio ‘Duque de
Alba’ 2º de la Legión. El general Alfonso García-Vaquero
Pradal recuerda, durante la entrevista mantenida con EL
PUEBLO desde su actual destinado, Canarias, el tiempo pasado
en esta Comandancia. “Ceuta es una joya, la gran desconocida
de España”, apunta, antes de enumerar algunos de sus
recuerdos: “Su calidad de vida, la amabilidad de sus gentes,
la mezcla de culturas tan enriquecedora, esos brillantes
amaneceres del Hacho, el rojo atardecer de Benzú con un té
entre las manos mirando a poniente...”.
Pregunta.- ¿Qué se llevó de Ceuta?
Respuesta.- La satisfacción del deber cumplido, el inmenso
orgullo de haber mandado a los legionarios de la cuna de la
Legión. He tenido el honor de pisar las mismas piedras que
nuestro fundador, el entonces teniente coronel Millán Astray.
Las emociones vividas en esta españolísima ciudad
difícilmente las podré olvidar. La amabilidad de sus gentes,
el cariño de los caballas son cosas que quedarán para
siempre en mi corazón así como en el de mi familia.
P.- Un acto muy emotivo el de su despedida, pero también muy
divertido... ¿Cómo vivió aquel día?
R.- El encontrarme rodeado de mis seres más queridos, mi
mujer, mis hijas, mis tres hermanos, mis cuñadas y amigos
procedentes de la península hizo que todos los actos
estuvieran revestidos de un halo especial. Además, mis
compañeros de armas, mis legionarios y mis amigos, el pueblo
de ceuta representado por sus autoridades, todo esto
contribuyó a crear una atmósfera mágica de la que, creo,
disfrutamos todos. Divertido también fue pues sino la
emoción no nos hubiera permitido dar rienda suelta a
nuestros más íntimos sentimientos.
P.- ¿Qué supone para usted llevar la faja de su abuelo?
R.- una sorpresa pues no me lo esperaba. La noche anterior
ya mis hermanos me habían entregado en depósito el sable y
el bastón de mando de nuestro abuelo, el general Pradal. Son
recuerdos familiares que conservamos con sentimiento en una
familia de honda tradición militar. Desde luego la llevo con
orgullo y reponsabilidad pues pesa bastante, es del año 1953
y fue regalada a mi abuelo por los oficiales y suboficiales
del regimiento Garellano, que mandaba cuando ascendió,
entonces en Bilbao.
P.- Una familia de militares entonces, ¿qué le han
transmitido?
R.- Los valores inherentes a las personas de bien, los
buenos modales, la disciplina, la abnegación, el sacrificio,
el sentido de la amistad y responsabilidad, el respeto a
nuestros mayores y una larga lista de virtudes y valores que
todos llevamos dentro y que nosotros hemos tenido la suerte
de recibir en herencia porque así nos lo inculcaron nuestros
padres.
P.- .Su hermano le aconsejó que saliera del despacho y
escuchara a la tropa, ¿cómo se equilibra un trato de
cercanía con sus subordinados al mismo tiempo que impone su
autoridad?
R.- De las múltiples cosas que se aprenden en las academias,
recuerdo el artículo quinto del cabo, de las reales
ordenanzas de carlos III, que decía: “Será firme en el
mando, graciable en lo que pueda, no disimulará jamás las
faltas de subordinación, infundirá en los de su escuadra
amor al servicio y mucha exactitud en el desempeño de sus
obligaciones”. Sólo hay que aplicar estas sencillas
recomendaciones, el trato humano y cercano siempre ha sido
una característica del estilo de mando del militar español.
P.- ¿cómo ha sido acogido en Canarias, su nuevo destino?
¿Cuáles son sus funciones allí?
R.- Como en cualquier otra ciudad de España que quiere a sus
Fuerzas Armadas. En el poco tiempo que llevo he percibido la
amabilidad de la población y la bondad de su clima. Existe,
como en Ceuta, gran unión entre el Ejército y la sociedad
civil, con la diferencia de que la presencia militar es aún
más numerosa debido a las unidades de la Armada y el
Ejército del Aire. Tengo la fortuna de mandar la Brigada de
Infantería ligera Canarias XVI, la más joven del Ejército de
Tierra formada hace unos cuatro años. Además, ejerzo el
cargo de comandante militar de la provincia de las palmas,
formada por las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran
Canaria.
P.- ¿Cuáles son sus aspiraciones en las Fuerzas Armadas?
R.- El poder cumplir con mis obligaciones cada día y
contribuir con mi entrega y trabajo a que los cometidos, que
tienen asignados las Fuerzas Armadas se cumplan de forma
ejemplar. La defensa de España y sus intereses es siempre
tarea prioritaria para todos nosotros.
P.- ¿Le gustaría volver a Ceuta como comandante general?
R.- A Ceuta, ¡siempre!, independientemente de las labores
profesionales. Ceuta es una joya, la gran desconocida de
España. Durante mi estancia en la plaza he podido descubrir
por mí mismo la gran calidad de vida que ofrece, la
amabilidad de sus gentes, la mezcla de culturas tan
enriquecedora, esos brillantes amaneceres del Hacho, el rojo
atardecer de Benzú con un té entre las manos mirando a
poniente. Volveré sin duda.
P.- ¿Por qué el Tercio?
R.- Fue mi primer destino al salir de la Academia,
precisamente en Ceuta, la cuna de la Legión. Su espíritu, la
entrega de los legionarios, los valores de su Credo:
disciplina, solidaridad, compañerismo, acometividad,
sufrimiento y dureza. La legión es una gran familia donde no
hay ni ricos ni pobres, ni buenos ni malos, todos somos
legionarios trabajando en lo que se mande al servicio de
España.
P.- Se está hablando mucho de la posibilidad de que haya
recortes de tropa, ¿qué opina al respecto?
R.- Nuestras unidades se dedican a instruir al personal que
llega desde los centros de formación para lograr que se
integren eficazmente en las mismas. Las plantillas actuales
tienen un grado muy alto de cobertura y por ello podemos
prepararnos lo mejor posible para cumplir los cometidos que
el Gobierno nos encomiende a través de la cadena de mando.
Debemos seguir adiestrándonos lo mejor posible y cuidando a
nuestro personal que es el mejor activo del que disponemos.
P.- Se han desplazado al Líbano un millar de soldados, ¿qué
papel tiene España en estos momentos en una misión como
esta?
R.- El gobierno de España, a través de sus Fuerzas Armadas,
decidió en el año 2006 participar en la misión de la Fuerza
interina de Naciones Unidas para el Líbano. La misión
comprende el apoyo al gobierno libanés para extender su
autoridad sobre los territorios al sur del río Litani,
colaborar con sus Fuerzas Armadas, realizar desminado
humanitario y operaciones de control de zona. Fueron las
tropas de la Comandancia General de Ceuta, sobre la base del
Tercio, las que contibuyeron principalmente a formar el
contingente nacional para la operación. Sé que lo están
haciendo magníficamente y que regresarán todos con la
satisfacción del deber bien cumplido.
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