La idea es siempre la misma y el
mensaje siempre ha estado claro: es el momento de la
austeridad y de ser solidarios con quienes están pasando por
circunstancias terribles. Pero en Ceuta el mensaje de
sacrifico colectivo adquiere la consistencia de “lluvia
sobre impermeable”, por más que Juan Vivas trate de
argumentar la perentoriedad de llevar a cabo una política de
ahorro y ese ahorro pasa por eliminar “extras” que no por
hacer peligrar ni empleos ni salarios.
Los funcionarios parecen no estar conformes y van a crear
una asociación para defender sus intereses, es decir, que se
sienten sobradamente capacitados cómo para decir lo que
quieren. ¿Y qué pintan entonces las centrales sindicales y a
quienes representan en el momento de sentarse a negociar?
¿Será que los trabajadores no confían en las habilidades
negociadoras de los sindicalistas?.
Lo cierto es que el conflicto en general aparece
sobredimensionado y sobre todo roza el comportamiento
insolidario. Si estuviéramos ante ERES feroces donde muchos
pierden sus empleos, todas las asociaciones son pocas porque
se trata de defender el derecho inalienable al trabajo y ahí
las centrales sindicales han de batirse el cobre y luchar
porque no se destruya el empleo, pero mientras muchos
españoles viven bajo el umbral de la pobreza ¿Es moralmente
legítimo pleitear por el beneficio de unas horas extra y
unas jornadas partidas que no son necesarias? Pura
frivolidad por parte de los privilegiados que tienen
asegurados sus salarios, de ahí que el Presidente Vivas
apele a la responsabilidad de todos, aun cuando se planteó
la espinosa cuestión del poder que han alcanzado las
centrales sindicales como representantes únicas de los
trabajadores a la hora de negociar. Eso viene a significar
que es obligatorio que el trabajador exprese sus
reivindicaciones a través de los sindicatos, todo
reglamentado y encorsetado, sin opciones de maniobrabilidad,
los cauces son los cauces y “el que se mueva no sale en la
foto” de Alfonso Guerra.
¿Pero que pasaría si la asociación de funcionarios se negara
a ser representada por las centrales sindicales por entender
que no responden a sus expectativas? Proceloso y muy
dificultoso porque los sindicatos han adquirido un “status
quo” en plan “después de mí el diluvio” y se está con ellos
o “no se está”, todo muy democrático como pueden comprobar.
Pero con funcionarios levantiscos o sin ellos, parece un
poco bochornoso el que, en la España de los 5.000.000 de
parados&desesperados se empleen horas de coloquio y jornadas
de duras negociaciones por defender los “extras” de quienes
ya disponen sobradamente de lo esencial, bofetada sin mano a
la cruel España de las largas y silenciosas filas del INEM,
patada en los huevos a los nuevos pobres sin empleo que han
venido viéndose deshauciados por no poder pagar sus
hipotecas ¿Y donde estaban los hoy belicosos sindicatos
mientras se iban multiplicando los parados y se
institucionalizaba la explotación de los mileuristas durante
todos estos años? No. Los sindicatos están para vociferar
sobre horas extras y jornadas partidas de quienes tienen
garantizado el condumio y no se les cae la cara de verguenza.
Confiemos en que la postura del Presidente Vivas sea
inamovible y en que cumpla con la austeridad a la que todos
nos comprometimos al depositar nuestro sufragio en las
urnas, que es la austeridad a la que se ve obligada toda una
Nación para no perder el tren de Europa. ¿No queríamos
cambio? Pues vamos a cambiar de verdad.
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