La Unión-Caravaca afronta una situación casi límite tanto en
su plano deportivo como en el económico. A pesar de que los
cinco puntos que lo separan de la permanencia son totalmente
salvables, el equipo murciano se encuentra en cuadro a causa
de la estampida sufrida por parte de su plantilla y por las
últimas lesiones. De hecho, el tándem formado por Simón Ruiz
y Claudio Carsi, que recogieron el testigo dejado por el
destituido Machuca, tuvieron que echar mano ante el Melilla
de dos porteros reservas para incluirlos en el banquillo
como jugadores de campo.
La delicada situación económica agrava todavía más este
hecho, ya que la imposibilidad de conseguir fondos está
impidiendo al equipo que preside José Francisco Beltrán
pueda suplir las bajas de larga duración de Baños y Quinín,
como apunta el propio director deportivo del combinado
murciano, Pepe Murcia.
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