Dicen que no hay más sordo que el
que no quiere oír, ni más ciego que el que no quiere ver, y
eso es lo que nos encontramos con el secretario general del
PSOE, el candidato socialista que peores resultados ha
obtenido en unas elecciones generales, hasta ahora.
Pero eso no parece preocuparle y sus siniestras actuaciones,
cuando estaba en el Gobierno y ahora que está en la
oposición, le llevan a mentir a cada instante y a
interpretar la realidad como más le conviene, en cada caso.
Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones y esta no será la
última, con personajes como Rubalcaba, en el escena
política, este país tiene que ir a la deriva.
Y ahora lo acaba de rematar cuando asegura que la reforma
laboral ya tiene efectos: seis millones de parados.
El señor Rubalcaba, mentiroso donde los haya, parece que no
se ha querido enterar de que la reforma laboral no ha
entrado en acción, todavía. Él parece que no tiene la
honorabilidad suficiente como para permitir al nuevo
Gobierno, al menos, los cien días de cortesía que hay
costumbre de conceder a todos, cuando llegan al cargo. Y él
olvida que su partido o el Gobierno del que él formó parte
dejó casi cinco millones y medio de parados reales, además
de las arcas vacías, cuando siete años y medio antes no
había ni la tercera parte de parados y las arcas estaban
llenas, cuando ellos llegaron a formar Gobierno.
Rubalcaba, con tal de dejarse ver, especialmente ahora antes
de las elecciones andaluzas, no escatima mentiras o
descalificaciones a los demás, actúa como los grupos de
“macarrillas” callejeros y lo único que pretende es el
desorden por el desorden.
Es posible que a finales de año, en el que estamos 2012, la
cifra de parados haya subido, incluso que haya llegado a los
seis millones y eso lo dice el propio Gobierno, sin mentira
alguna, que tratará, a medio plazo, de reducir el número
existente hoy y poner en orden un país que el Gobierno en el
que lo fue casi todo Rubalcaba dejó como un solar derruido.
Estamos en vísperas de unas elecciones autonómicas, en
Andalucía y en Asturias, y el miedo a quedarse sin su único
territorio en el país le lleva a mentir, calumniar y a hacer
todo lo posible para arañar alguno de los muchos votos
perdidos en esa comunidad autonómica, en las pasadas
elecciones generales.
Y lo más lamentable es que un miembro del Gobierno más
sectario de los que hemos tenido, ahora quiera ver,
precisamente, en Andalucía, la recuperación de la social
democracia europea. Cada vez que habla Rubalcaba sube el
pan, porque cada vez que sale a la escena aparece algún sin
sentido o cosas peores.
Conocí personalmente a Rubalcaba el día de la reinauguración
del Instituto de Bachillerato Jorge Manrique de Palencia,
donde yo ejercía entonces, en el año 89, creo que era.
Entonces él era, si no recuerdo mal, subsecretario de
Educación, ya digo que hace 23 o 24 años. Desde entonces y
desde años antes, ya estaba dando “volteretas” en la
política, en altos cargos y, curiosamente, sus acciones
siempre han ido impregnadas de algo nefasto, nunca jugó con
limpieza. Ahora, aunque sea en sus manifestaciones, no sería
posible que actuara de otra forma, porque en ese caso habría
dejado de ser él, en política, y no parece que tenga ganas
de vivir de otra cosa, algo que lamentamos, porque lo he
dicho muchas veces, políticos de este corte desprestigian a
este país.
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