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OPINIÓN - MARTES, 6 DE MARZO DE 2012

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Rubalcaba y la sin razón
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Dicen que no hay más sordo que el que no quiere oír, ni más ciego que el que no quiere ver, y eso es lo que nos encontramos con el secretario general del PSOE, el candidato socialista que peores resultados ha obtenido en unas elecciones generales, hasta ahora.

Pero eso no parece preocuparle y sus siniestras actuaciones, cuando estaba en el Gobierno y ahora que está en la oposición, le llevan a mentir a cada instante y a interpretar la realidad como más le conviene, en cada caso.

Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones y esta no será la última, con personajes como Rubalcaba, en el escena política, este país tiene que ir a la deriva.

Y ahora lo acaba de rematar cuando asegura que la reforma laboral ya tiene efectos: seis millones de parados.

El señor Rubalcaba, mentiroso donde los haya, parece que no se ha querido enterar de que la reforma laboral no ha entrado en acción, todavía. Él parece que no tiene la honorabilidad suficiente como para permitir al nuevo Gobierno, al menos, los cien días de cortesía que hay costumbre de conceder a todos, cuando llegan al cargo. Y él olvida que su partido o el Gobierno del que él formó parte dejó casi cinco millones y medio de parados reales, además de las arcas vacías, cuando siete años y medio antes no había ni la tercera parte de parados y las arcas estaban llenas, cuando ellos llegaron a formar Gobierno.

Rubalcaba, con tal de dejarse ver, especialmente ahora antes de las elecciones andaluzas, no escatima mentiras o descalificaciones a los demás, actúa como los grupos de “macarrillas” callejeros y lo único que pretende es el desorden por el desorden.

Es posible que a finales de año, en el que estamos 2012, la cifra de parados haya subido, incluso que haya llegado a los seis millones y eso lo dice el propio Gobierno, sin mentira alguna, que tratará, a medio plazo, de reducir el número existente hoy y poner en orden un país que el Gobierno en el que lo fue casi todo Rubalcaba dejó como un solar derruido.

Estamos en vísperas de unas elecciones autonómicas, en Andalucía y en Asturias, y el miedo a quedarse sin su único territorio en el país le lleva a mentir, calumniar y a hacer todo lo posible para arañar alguno de los muchos votos perdidos en esa comunidad autonómica, en las pasadas elecciones generales.

Y lo más lamentable es que un miembro del Gobierno más sectario de los que hemos tenido, ahora quiera ver, precisamente, en Andalucía, la recuperación de la social democracia europea. Cada vez que habla Rubalcaba sube el pan, porque cada vez que sale a la escena aparece algún sin sentido o cosas peores.

Conocí personalmente a Rubalcaba el día de la reinauguración del Instituto de Bachillerato Jorge Manrique de Palencia, donde yo ejercía entonces, en el año 89, creo que era. Entonces él era, si no recuerdo mal, subsecretario de Educación, ya digo que hace 23 o 24 años. Desde entonces y desde años antes, ya estaba dando “volteretas” en la política, en altos cargos y, curiosamente, sus acciones siempre han ido impregnadas de algo nefasto, nunca jugó con limpieza. Ahora, aunque sea en sus manifestaciones, no sería posible que actuara de otra forma, porque en ese caso habría dejado de ser él, en política, y no parece que tenga ganas de vivir de otra cosa, algo que lamentamos, porque lo he dicho muchas veces, políticos de este corte desprestigian a este país.
 

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