Los autobuses de la COA han sufrido cinco apedreamientos en
sólo 20 días. La empresa vive un momento de intenso
vandalismo que incluso le hizo plantearse la suspensión
indefinida de la línea de la Cañada cuando el pasado
miércoles uno de sus autobuses sufrió el último ataque. El
Gobierno local admite que se trata de un problema de difícil
solución y está buscando la manera de resolver esta
situación, pero advierte a los autores de estos actos
vandálicos que les hará pagar las consecuencias si al final
son pillados.
El portavoz de la Ciudad Autónoma, Daniel Conesa, subrayó lo
complejo que resulta zanjar este problema porque “siempre
hay gente dispuesta a cometer estos actos de vandalismo” y
‘dar caza’ a quienes se dedican a apedrear los autobuses de
la COA, ya que “no se puede poner un policía detrás de cada
autobús”, al igual que tampoco se puede establecer custodia
policial al mobiliario urbano y los contenedores que también
son dañados por los autores de actos vandálicos. De todos
modos, explicó que el Gobierno local intentará establecer
algún tipo de cautela para que los responsables de estos
actos violentos paguen por ellos.
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