Hoy en día, nos sorprende
comprobar la importancia que los antiguos griegos daban a la
amistad. Aristóteles dijo: “La amistad es lo más importante
en la vida”, y dedicó gran parte de su Ética a Nicómaco a
analizarla. En una tradición cultural tan antigua y diversa
como es la China, Confucio enumeraba cinco tipos
fundamentales de relaciones entre personas: la relación
entre el emperador y sus súbditos, entre padres e hijos,
entre el hombre y la mujer y entre hermano mayor y hermano
menor. Estos cuatro tipos son jerárquicos, entre un superior
y un inferior. Sin embargo existe una quinta relación no
jerárquica, la que se da entre iguales, y ésa es la
AMISTAD”. (José Antonio Marina en Aprender a convivir).
Amistad es lo que practican “Los cuatro magníficos”,
antiguos alumnos que consiguieron su Graduado Escolar en las
aulas del Colegio Público Juan Morejón: Sergio, Manolo, José
Manuel y Carlos, se autodenominan así. Hoy, con caminos
distintos, ejercen como serios practicantes de la AMISTAD, y
cuando sus ocupaciones se las permiten, se ponen de acuerdo
y programan una reunión. La más reciente fue en las últimas
Navidades.
Fue Carlos el que me comunicó esta feliz situación: D.
Andrés: “Estas Navidades hemos estado reunidos “los cuatro
magníficos”. En principio me sorprendió esa feliz
asociación, “rindiendo culto a la AMISTAD” no la conocía. Se
sentí curiosamente atraído por la composición del grupo y
sus objetivos. Y, de inmediato, me puse en contacto con
todos ellos. Los cuatro magníficos, después de conseguir el
Graduado Escolar, iniciaron sus estudios de Enseñanza Media
en Institutos de nuestra ciudad; Manolo, Sergio y Carlos en
el “ABYLA” y José Manuel, en el “SIETE COLINAS”. Todos
consiguieron superar el bachillerato.
MANOLO, me comenta que, en principio vio rotas todas sus
ilusiones, ya que pretendía, al conseguir superar su
Bachillerato, estudiar Matemáticas o Informática. Sus
suspensos en Matemáticas e Historia, les obligó a repetir el
2º Curso. Una vez superado el curso, optó por prepararse
para la Guardia Civil…
Finalizado el período de Prácticas pidió destino a Irún. Sin
pérdida de tiempo, consiguió acceder a Cabo y Sargento,
mediante las oportunas oposiciones. En la actualidad, con la
responsabilidad de Sargento, se encuentra destinado en la
Línea de la Concepción, realizando sus servicios en la
Frontera con Gibraltar”. Y sin perder de vista mis dos metas
inmediatas: conseguir el empleo de Alférez y unirme
matrimonialmente con mi compañera que trabaja en Ceuta. Y
afincarme en Ceuta, mi ciudad natal.
JOSÉ MANUEL: Terminó sus estudios de Bachillerato en el
Instituto de Enseñanza Secundaria “Siete Colinas”, de
nuestra ciudad y, de inmediato, se alistó en la Fuerzas
Armadas. Tenía 18 años recién cumplidos y lo destinaron al
Ramix-30, como artillero. Al poco tiempo se marchó a Kosovo,
en su primera misión humanitaria. Al terminar esta misión,
regresó a su regimiento. En el 2002, le destinan al
Eurocuerpo de Estrasburgo, donde permaneció dos años.
Después ingresó en la Academia General Básica de
Suboficiales, y a los dos años, ya de Sargento, le destinan
al GAAL VI. A continuación, nueva misión en el Líbano;
Afganistán como enlace entre periodista y personal civil; en
2010, nueva misión en el Líbano; en 2011, regresó a la
Academia de Suboficiales, como profesor adjunto al
departamento de Inglés, un privilegio, servir como profesor
en la Academia. Me comenta José Manuel: “Lo mejor es que
entre destinos siempre vuelvo a casa, a mi regimiento y al
Grupo Antiaéreo, en espera de nuevas misiones, que
solicitaré en cuanto finalicen los cursos de Idiomas (Inglés
y Francés) que estoy realizando en la fase de
perfeccionamiento”.
SERGIO: Considera que su paso por el Instituto Abyla fue un
desastre. Se notaba que el profesorado, en general, tenía
siempre mucha precipitación por finalizar los programas; con
más preocupación que enseñar. Aprobó la Selectividad y todo
estaba previsto para estudiar en la Universidad de Granada,
donde tuvo que dar muchos “bandazos”; “Escuelas de Artes y
Oficios, facultad de Biblioteconomía y Documentación;
después consiguió el título de Restaurador y Conservación de
Bienes culturales Muebles (especialidad de Pintura); Máster
impartido por la Universidad y Centro de Formación Continua.
Y añadiré: “En la Universidad se aprende lo que uno quiera.
Tu obligación es estudiar, y es la única forma de aprobar,
pero, en cuanto a lo de aprender… eso es otra historia”. Una
vez superada la carrera, viene un período de incertidumbre,
de abrirse paso en este maravilloso mundo del arte.
Restaurar bienes culturales: monumentos, monasterios,
iglesias, conventos, recorrer ciudades… y apareció la
crisis. La empresa se paraliza. Surge el temido paro y, de
forma inmediata, te quedas sin trabajo: ¡al paro obrero” y a
esperar que esto se arregle y la esperanza, también, que
“caiga” algún chapucito.
CARLOS: Se necesitarían varios libros para contar sus
vivencias. Él se incorpora al “Morejón” procedente de otro
centro. Pero su gran poder de adaptación y el buen ambiente
que se respiraba en el grupo, consigue, lo mismo que sus
compañeros del “Morejón” el Graduado Escolar. Se matricula
en el Instituto “ABYLA”, aprobando su Bachillerato en la
Modalidad de Ciencias de la Salud. Como Delegado de curso,
elegido democráticamente -votación entre todos sus
compañeros- tiene un conflicto con la tutora, por entender
que no representaba dignamente el cargo. Viene a
continuación la universidad: Sevilla, que inicia la Carrera
de periodismo, sin terminar. Pero su vocación es otra:
dedicarse a los demás: Proyecto Hombre, Integración de
Menores, Cruz Roja, Asociación JuveAcudeduca, Actividades
Casa de Juventud; Italia, un año trabajando con menores
desfavorecidos. Puesto en orden todos sus proyectos, decide
hacerse Soldado Profesional: II Tercio, Regulares 54… Su
proyecto inmediato, dentro de la carrera militar, acceder a
la Academia de Suboficiales. Gran aficionado al fútbol,
tiene la necesidad de practicarlo continuamente…
¿Cuánto tiempo han necesitado estos amigos para llegar a
constituirse en “magníficos”, que, sin fisuras, se mantienen
unidos? Contando con el tiempo de escolarización, y teniendo
en cuenta, la circunstancia que se daba en el Colegio, que
los grupos mantenían sin separarlos en todo el tramo
escolar, posiblemente entre unos diez años, tiempo
suficiente para que surgiera entre ellos esa amistad, que
para consolidarse necesitaba de reciprocidad.
Vista la solidez del grupo, no es de extrañar que se
produjeran otros “magníficos” y “magníficas”.
|