El nuevo jefe superior de Policía en Melilla, Ángel Riesco,
pidió ayer la colaboración de todas las instituciones,
organismos públicos o privados y de los ciudadanos para
mejorar los niveles de seguridad y afrontar cualquier
problemática que pueda surgir, ya que ésta es una
“responsabilidad compartida” que no depende sólo de los
cuerpos de seguridad. Éste fue el principal mensaje que
lanzó ayer Riesco durante su toma de posesión como máximo
responsable de la Policía Nacional en nuestra ciudad, puesto
en el que releva a Juan Manuel Calleja, que después de
cuatro años abandona Melilla para incorporarse al Centro de
Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO).
Ángel Riesco tomó ayer posesión como nuevo jefe superior de
Policía en Melilla en sustitución de Juan Manuel Calleja,
que ha permanecido en este puesto desde noviembre de 2007 y
que ahora lo deja para incorporarse al Centro de
Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO), un destino
que ha solicitado personalmente y que depende de la
Secretaría de Estado de Seguridad.
Riesco juró cumplir sus nuevas obligaciones en un acto breve
y sencillo al que acudieron numerosas autoridades civiles y
militares de Melilla, así como buena parte de los mandos de
la Jefatura Superior. También asistió el Director Adjunto
Operativo (DAO), Eugenio Pino Sánchez, que es el número 2
del Cuerpo Nacional de Policía y mano derecha del director
general, Ignacio Cosidó.
“Melilla sale ganando”
Pino Sánchez fue muy breve en su intervención, pero aseguró
que Melilla “sale ganando” con Riesco como máximo
responsable de la Policía, ya que “conoce perfectamente” la
Policía Científica, la Brigada de Policía Judicial y de
Extranjería. “Es un excelente profesional”, resumió el DAO,
que también lamentó “profundamente” la marcha de Calleja al
Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado. No en
vano, Pino Sánchez recordó que este organismo depende
directamente de la Secretaría de Estado y no de la Policía,
ya que es un elemento de coordinación.
El nuevo comisario jefe de Melilla agradeció la confianza
del Ministerio del Interior y aseguró que afronta este nuevo
reto profesional “con enorme ilusión y profundo sentido de
la responsabilidad”, y también “con la convicción de que
trabajar por la seguridad es crear un campo fértil para la
libertad y la prosperidad”.
Responsabilidad de todos
En este sentido, subrayó que la seguridad es “una
responsabilidad compartida” entre los cuerpos de seguridad,
instituciones, organizaciones públicas y privadas y
ciudadanos, por lo que pidió a todos ellos que colaboren
ante cualquier problema que pudiera surgir.
Riesco recordó que Melilla es “una parte muy importante de
la geografía nacional, pero con una serie de
singularidades”, lo que hace necesario definir las
actuaciones policiales para conseguir los objetivos del
Gobierno, basados en incrementar los niveles de seguridad y
asistencia a la víctima, fomentar la participación ciudadana
y ofrecer las soluciones “más idóneas, viendo la protección
de los colectivos más vulnerables, como son las mujeres, los
mayores, los niños, los jóvenes y también los turistas,
siempre generadores de importantes oportunidades”.
El nuevo jefe policial tendió la mano a toda la plantilla de
la Jefatura Superior de Melilla y a los sindicatos, a los
que mostró su voluntad de diálogo para solucionar las
diferentes situaciones y, al mismo tiempo, llevar a cabo el
plan de eficiencia, cuyo fin es “producir el máximo de
resultados con el mínimo de recursos, energía y tiempo en
estos tiempos difíciles” de crisis económica.
Asimismo, agradeció la gestión realizada por su antecesor,
Juan Manuel Calleja, que estaba presente en el acto, al que
aprovechó para desear suerte en su nueva etapa profesional.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani,
también dio las gracias a Calleja por la labor realizada en
estos cuatro años y tres meses. También aprovechó la ocasión
para reiterar la petición de cooperación que ya hizo el día
de su toma de posesión, hace hoy dos meses, a las Fuerzas de
Seguridad del Estado “para afrontar asuntos cruciales para
Melilla y su seguridad”.
Sobre Riesco, El Barkani consideró una “suerte” para Melilla
contar con un especialista en asuntos de extranjería, ya que
el anterior destino del nuevo jefe superior de Policía era
la Unidad de Lucha contra las Redes de Inmigración y
Falsedad Documental (UCRIF) de la Brigada de Extranjería de
Madrid.
El Barkani destacó la importancia de la seguridad porque sin
este valor ni la estabilidad no son posibles otros
prioritarios en Democracia como son la libertad, la igualdad
y la participación política. Asimismo, subrayó que en estos
dos meses como delegado del Gobierno se ha encontrado
suficientemente arropado por las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, aunque admitió que “no hemos hecho más que
empezar, la tarea es mucha y los retos no son utópicos, sino
posibles, siempre y cuando todos superemos los obstáculos y
las limitaciones”.
En este sentido, insistió en que hay que hacer de la
cooperación y el trabajo común “la mejor manera de
aproximarnos hacia lo que pretendemos”, que es ofrecer un
mejor servicio a los ciudadanos.
La Delegación del Gobierno en Melilla ha conseguido reducir
la ocupación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes
de la ciudad (CETI) en unas 300 personas desde que el nuevo
responsable de la institución Abdelmalik El Barkani, tomó
posesión el pasado 2 de enero.
Durante el acto de toma de posesión del nuevo jefe superior
de Policía, El Barkani destacó el hecho de que en estos casi
dos meses el CETI haya aminorado considerablemente “su
extrema ocupación”, que en el momento de su llegada era de
874 inmigrantes, pese a que su capacidad máxima es de 480
plazas.
El Barkani atribuyó este logro a la colaboración de las
autoridades del Estado, especialmente a la vicepresidenta
del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, la
secretaria de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, y
la directora general de Relaciones con las Delegaciones del
Gobierno, Marta Crespo.
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