El nuevo jefe superior de Policía de Melilla, Ángel Riesco,
se comprometió ayer a estudiar cómo mejorar el
funcionamiento de los pasos fronterizos entre nuestra ciudad
y Marruecos para que haya una mayor agilidad, fluidez y
seguridad en el paso, objetivo para el que es necesario
fomentar la colaboración con el país vecino. Riesco, que
tomará posesión hoy como máximo responsable policial en
sustitución de Juan Manuel Calleja, hizo hincapié en esta
mejora de la frontera tras ser recibido por el presidente de
la Ciudad.
El nuevo jefe superior de Policía de la ciudad explicó que,
aunque lleva sólo un día en Melilla, ha podido comprobar que
la frontera es “muy importante” para los melillenses y que
todas las instituciones con las que ya ha tenido contacto,
esto es, la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno,
coinciden en que hay que mejorar su funcionamiento.
“Tendremos que mejorar ahí todas las cosas que dependan de
nosotros y también fomentar la colaboración para que los
demás estén en esa postura”, dijo Riesco, que aseguró que va
a estudiar bien todas las posibilidades para solucionar los
problemas de la frontera y para que los agentes puedan
desarrollar su labor con motivación, ya que “si una cosa no
funciona bien, el policía no está motivado y a lo mejor eso
le impide hacer su trabajo a plena satisfacción”.
Al margen de la frontera, Riesco también incidió en que la
seguridad es una responsabilidad compartida que deben
afrontar todas las administraciones públicas y los
ciudadanos, ya que “nadie tiene todas las llaves de todas
las puertas y tiene que haber mucha colaboración”.
Precisamente éste fue uno de los temas que Riesco abordó
ayer durante su reunión con Imbroda, al que agradeció su
recibimiento, del que dijo sentirse “muy honrado y
agasajado”.
Asimismo, afirmó que llega a Melilla con ilusión y ganas de
trabajar y de ser útil. Éste es su séptimo destino como
comisario en sus 33 años de vida en la Policía. En estas más
de tres décadas, Riesco ha pasado por numerosos destinos, el
último de ellos como jefe de la Unidad de Lucha contra las
Redes de Inmigración y Falsedad Documental (UCRIF) de la
Brigada de Extranjería de Madrid. Pero también ha estado
desarrollando otras responsabilidades en puntos tan diversos
como Canarias o el País Vasco a finales de los 70 y
principios de los 80, años que recordó como “duros” por la
intensa actividad terrorista de ETA. Melilla no la conocía
hasta ahora.
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