Por muy bien que pretendan hacer
sus labores, los árbitros siempre son criticados, creo que
con razón, bien sea por el equipo de casa, por el visitante
o por toda la afición.
Lo suyo no es terminar agradando a todos, lo suyo es,
siempre, quedar a mal con uno, si es que no con los dos y
con las aficiones de los contrarios.
Y esto se da en todas las categorías, desde la primera
división hasta la regional, sin que haya un solo arbitraje
que hubiera concluido perfectamente y a gusto de todas las
partes.
Y el último ejemplo, que no será el último, lo hemos tenido
en Alfonso Murube, el pasado miércoles, cuando el colegiado
ceutí de tercera división, Salvador Alcaraz, hizo que el
final del encuentro fuera algo así como el “rosario de la
aurora” con el descontento total de la mayor parte de la
directiva del Ceuta y con el descontento de la casi
totalidad de los pocos aficionados que se habían dado cita
en el campo de fútbol ese día, para presenciar el encuentro
de la Copa de la Federación que disputaron el Ceuta y el
equipo vasco del Lemona.
El partido venía ya un poco movido, desde que a instancias
federativas se cambió la hora y el día que tenía que haberse
jugado y si a todo esto le sumamos la actuación de un
árbitro con pocas tablas y menos experiencia, pues era el
camino abonado para el descontento.
La Copa de la Federación, desde mi punto de vista, es un
torneo que se han sacado del bolsillo en la propia
Federación de Fútbol para ayudar a algunos equipos, si es
que llegan a las cercanías de la final, o a la propia final.
Para los demás es el timo de la estampita y puede ocasionar
más gastos que ingresos y eso es lo que ha hecho que aquí,
cuando por méritos propios se ha llegado hasta donde se ha
llegado, se esté, ahora mismo, con una gran indignación
porque las posibilidades de un buen premio, con la actuación
de Salvador Alcaraz, se pueden haber esfumado.
La propia Federación, en gran manera, es la culpable y
última responsable de que las cosas vayan por donde van,
pues no es de recibo que esta competición la estén pitando
unos árbitros de tercera división cuando la mayor parte de
los equipos que intervienen son de segunda B.
¿Por qué esta situación arbitral?.¿Para ahorrarse dinero en
los arbitrajes?. Eso es lo que parece y a mí me parece que
esto, de ser así, es algo como ahorrarse el “chocolate del
loro”.
Todavía falta el partido de vuelta en Lemona. Todavía se
puede estar en la final e incluso ganarla, pero la situación
tal y como se ha puesto no es lo que más favorece al Ceuta,
que se había tomado esta competición con interés,
especialmente, al estar todo lo demás de la liga ya un poco
alejado de sus posibilidades.
La Federación que es la que monta y organiza este circo se
lo empieza tomando a juerga y ello puede hacer que los
equipos serios, a partir de aquí, vuelvan la espalda a este
torneo, porque en él no se logra ni el prestigio deportivo,
ni la rentabilidad económica al trabajo realizado.
Sea cual sea el resultado en Lemona, lo cierto es que
Salvador Alcaraz va a tener, de ahora en adelante, la losa
de haber sido uno de los que fueron arrinconando a la
Asociación Deportiva Ceuta en esta competición.
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