En el rincón lóbrego y desangelado
al que nos conduce la joven Anuska (nombre supuesto que
impongo por respeto a su intimidad), no hay apenas luz ni
espejo para contemplar tanta hermosura, ni ninguno de los
elementos que por lógica asociaría uno a una habitación
personalizada por una belleza despampanante.
La mujer, apenas rebasada la mayoría de edad, es una
escorpio rebelde sin causa. Que debe ser cosa de juventud,
¿divino tesoro? Caída en pena y no por culpa de la
provisionalidad que se hace eterna, de la falta de apoyo de
las administraciones públicas y del sector del empleo
privado en Ceuta, lo que magnifica la perenne demanda de
trabajo de nuestra juventud. No, con todo ello no se
justifican ciertos sucedidos.
Es en el rincón de marras, un acotado de 2 x 1,5 metros,
donde empiezan a fraguarse las primeras reflexiones que
agitan la mente inquieta no más que el ojo avizor de su
derredor: insano. Nada que se parezca a su rinconcito de
estudio, coloreado de rosa pálido, su color preferido, y
adornado con libros de Zambrano, Rilke, de la Dueñas, con
los que parece sintonizar aunque luego no aparezcan
explícitos en su diario personal, al que le han arrancado
misteriosamente varias páginas de reciente horneado.
En los anaqueles de su “habita” se alínean volúmenes sobre
estudios más sesudos, didácticos tipo Informática, de
Auxiliar de Enfermería, entre otros. Aparcado espera para
mejor ocasión un librejo para estudiar el ansiado carnet de
conducir. En la mesa donde usa ahora rotuladores de trazo
grueso y firme va llenando de textos, de dibujos y rayas
algún que otro cuadernillo; amén de ciertos rostros. Alguno
se cuela forzoso en las hojas de su diario. Pero son sólo
esbozos ininteligibles. Afortunadamente.
La joven rebelde sin causa está sumida en un momento de
cambio de etapa, de personalidad, de vestimenta y hasta de
círculo de amistades. Peligrosas. Requiere un notable
esfuerzo para dejar atrás cuatro meses consagrados a hacer
de su vida una calamidad, atrapada en un grupo “malage” que
ha visto en ella (¡maldita sea la hora; malditos los h…!) el
perfil de chica buena, educada, ignorante además, idónea
para burlar la norma y así convertirla en un instrumento vil
para conseguir dinero fácil. Que era lo prometido: el lujo,
la imagen, el ser envidiada estaba tan a la manita, tan
cerquita…
Como cercanos estaban el recelo, el miedo, la angustia. ¿Y
todo para qué? Para transmitir este presente desnortado sólo
recuperable por la familia. Por muy desestructurada que sea.
La misma que te vuelve a arropar, la que te da calor, cariño
y hasta mimos. A su pesar, tragando sapos y culebras. Ya
vendrán preguntas del por qué de esa absurda acción; y será
de ayuda el auxilio de profesionales del sector. Todo es
poco para hacer el bien.
La tristeza y la angustia no son parte de ti, pequeña. Me
gustaría pensar que mis sentidas palabras calen dentro de
ti, al igual que el refuerzo con que te obsequian tus padres
nuevamente, quienes te escuchan temblorosos todavía que les
ocultaras tus verdaderas y temerarias intenciones.
Anuska, has tenido la inmensa fortuna, porque Dios así lo ha
querido, de conocer auténticos ángeles custodios, quienes
además de mostrarte el celo de su discreta profesionalidad
te han ofrecido y sin pestañear lo más preciado que en
determinados momentos amargos poca gente espera encontrar:
su humanidad.
Por mi parte quiero seguir creyendo que dejarás de apretarte
el corazón con sueños horribles como pesadillas, que lo han
sido estas últimas 48 horas pasadas, sufridas,
estigmatizadas… Quiero ver en ti un asomo de autocompasión,
de cansancio, de asqueo por lo hecho para que reconduzcas la
situación y pases página. Sin tardar.
Recuerda que el modo en que mostramos en el rostro la
alegría o la tristeza, de igual el temor que exuda surcos
visibles como torrentes de sangre en vena ante un posible y
grave incidente o situación que se nos escapa a priori a
nuestro auto-control, semeja en el rostro lo que uno tiene
en el corazón. Aviso para navegantes sin escrúpulos. Están a
tiempo.
Como tú lo estás, por mas que fuiste engañada, humillada,
zaherida en tu ego personal y puestos a entender que
conociste la sombra del terror, demuestranos ahora y para
siempre el semblante de tu rostro risueño de bella con alma
y espíritu con causa cristiana, lejos de rebeldía alguna.
Así conseguirás hacer superfelices no sólo a tus padres,
abuelos y demás familia, que los tienes en vilo ahogados en
llanto suspirando por su niña, que eres tú chiquilla, ¿quién
si no? No tienes perdón si no les muestras tu amor
incondicional, el regalo de tu cercanía limpia que ahora más
que nunca te demandan. A gritos.
Copia de la rectitud y ejemplaridad de tus progenitores. Que
han luchado, siguen luchando por darte vida. La mucha que
tienes por delante todavía. Tú decides cómo encauzarla,
chiquilla. Sólo tú. ¿A qué esperas?
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