La desaparición de un medio de
comunicación informativa siempre duele. Más aún cuando
defiende la pluralidad informativa sin cortapisas.
Suele suceder, en éste país, que los diarios, a los que la
derecha ultraconservadora tachan de progres pertenecientes a
la izquierda llena de consignas y prejuicios, siempre se
encuentran con enormes obstáculos, a veces insalvables, que
le impiden seguir el proceso de la información de manera
libre y democrática.
Expreso esto porque me ha producido un enorme desprecio
hacia otros medios de comunicación que se sitúan en el
ámbito de los miserables.
La desaparición de la emisión escrita de un periódico, o el
cierre del mismo, siempre supone un golpe a la gran familia
periodística y con ello no se puede tolerar que nadie, digo
NADIE, se ponga a celebrarlo.
Si en un principio «El País» parecía demostrar ser un
periódico progresista… con el cambio de gobierno (verdad es
que el cambio de tendencia del periódico se hizo meses antes
de las elecciones), ha demostrado ser progresista pero muy
moderado. Eso se llama tener la chaqueta preparada.
Eso se llama ser sicario del patrón.
«Público» no lo hizo así y llegó estas consecuencias de su
cierre, al menos de la edición impresa, con el consiguiente
cabreo de sus trabajadores.
Por eso digo lo de desprecio, cuando un grupo de periodistas
que conforman la plantilla, profesional o de colaboradores,
de Intereconomía se alegran por la ‘defunción’ de «Público».
Ese “hasta nunca” retrata perfectamente las retorcidas
mentes de quienes integran ese bicho ultraconservador.
La conducta de estos periodistas, que dejan el periodismo al
nivel de las cloacas, les ha llevado en ocasiones a
enfrentarse con la Justicia.
Prueba de esto que escribo está en la condena a “La Gaceta”,
que ellos mismos, los componentes de Intereconomía, alegan
que es de escasa difusión en un intento defensivo de no
salir malparados.
Ha sido condenada “La Gaceta” a pagar 120.000 euros por
“amarillismo periodístico”, casi ná.
Lo que demuestra que suelen inventarse artículos de
información y rompiendo, siempre, la estética y la ética del
periodismo.
Españoles, Fran…, perdón, me he equivocado pensando en otras
cosas. Quería decir, españoles: llegamos a un momento en que
comienza la era de lavados de cerebros dado que ahora
imperarán las noticias ultraconservadoras y con ellos darán
siempre la razón a quienes todos sabemos.
Un desprecio acumulado por esa actitud tan desafortunada
como insultante, sobre todo cuando declaran, refiriéndose a
«Público»: “Era una versión del papel prisaico en colorines
y letras extragrandes adaptada para chavalines de extrema
izquierda con la cabeza llena de consignas y prejuicios
logsianos”. Anda que ellos no lo ponen todo en amarillo
Sigan así, señores ultraconservadores, sigan. Nuestra
juventud actual no es la de aquellos tiempos en que os
aprovechabais del analfabetismo imperante en el país –y que
pretenden implantar ahora con recortes en Educación y demás-
y sabe responder cuando corresponda.
Lo malo de todo esto es que gobernando la derecha
conservadora, más, el Real Madrid tiene cancha libre para
que sus jugadores “asesinen” en cada partido a los
contrarios y sólo por eso serán campeones. He presenciado el
Rayo Vallecano-R. Madrid y las tarascadas de los merengues,
graves algunas de ellas, han quedado perdonadas por el
trencilla de turno. Todas eran de tarjeta roja.
Lo mismo que Ronaldo será “Pichichi”, casi la mitad de sus
goles son de penaltis.
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