Apostilla la consejera de Bienestar Social y Sanidad, Mª
Antonia Garbín, que cualquier acción que se pretenda llevar
a cabo en materia de MENA, ya sea buscando su repatriación,
reintegración o reagrupación familiar, el éxito de la
actuación que se determine no dependería tanto de que se
llevasen a cabo modificaciones, -que ella apoya-, en la
legislación española para que se atiendan las
especificidades de Ceuta y Melilla como ciudades
fronterizas.
La responsable de Servicios Sociales en Melilla, Mª Antonia
Garbín, en esta valoración, hacía referencia a las
declaraciones del delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco
Antonio González Pérez, que pide que se facilite la
reagrupación familiar de menores marroquíes. En concreto,
González Pérez, reclama “un giro” a la Instrucción que la
Fiscalía General del Estado dictó en 2004 para facilitar la
reagrupación familiar al otro lado de la frontera de los
menores marroquíes que llegan a la ciudad, pero que no se
encuentran en situación de desamparo, sino que son dejados
en ella por sus progenitores “como si fuera un colegio
mayor”.
En opinión de la consejera de Bienestar Social y Sanidad del
Gobierno melillense, Mª Antonia Garbín, antes de hablar de
realizar cualquier cambio en la legislación, sería necesario
que se estudiara qué mejoras introducir, porque lo que sí
comparte la responsable de servicios sociales es que es
“necesario de que, ya sea en materia de menores, como en
cualquier otra competencia o medida nacional, se introduzcan
modificaciones que atiendan las especificidades de Ceuta y
Melilla, las características especiales de estas dos
ciudades fronterizas”, manifestó a este Diario.
No obstante, matizó Garbín que con independencia de
cualquier modificación que se haga para facilitar o permitir
la reagrupación o reintegración de los menores extranjeros,
en este caso marroquíes, “cumpliendo siempre lo que dicta la
Ley de Protección Jurídica del Menor”, el éxito de
cualquiera de estas medidas dependerá muy mucho de la
“inexcusablemente y primordial colaboración de Marruecos”,
tanto en el proceso de identificación de los MENA como a la
hora de permitir la reintegración de estos jóvenes a los
servicios sociales del país.
“Por este motivo es muy difícil poder reintegrar a menores”,
de hecho es algo que no ocurre desde el año 2003. “Los MENA
llegan a Melilla sin documentación que les acredite la
filiación o la nacionalidad, y aunque en el caso de que la
portaran, nos resultaría imposible localizar a las familias
porque viven en otro país, en este caso, Marruecos”, indicó
Garbín.
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