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OPINIÓN - SÁBADO, 25 DE FEBRERO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Declinar la primera persona del indicativo del verbo "pagar"
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

¿Cuantas grandes y pequeñas empresas y autónomos habrán ido a la ruina por la imposibilidad de cobrar a las entidades locales? Y no precisamente porque las administraciones sean esencialmente morosas en toda España, sino porque, en un momento dado se ha producido una especie de fractura y ya no había dinero para atender a los pagos, caos financiero total. Que ahora comienza a enmendarse con medidas concretas y determinadas, medidas que esperamos que sean bien recibidas por toda la oposición y que no comiencen a lamentarse con las bocas como los culillos de las cabras diciendo que el hecho de que sean los bancos quienes paguen las facturas y luego las remitan al ICO supondrá el tener que pagar más por el dinero. ¡Absurda falacia! El que las entidades locales funcionen con créditos es algo normal, porque ni los Ayuntamientos ni las Comunidades Autónomas reciben los billetes en sacos y los guardan debajo de las mesas, sino que cualquier financiación es pura arquitectura económica, por mucho que nos pese el que los bancos estén por medio.

A no ser que... Las nuevas “buenas prácticas bancarias” como la dación del piso por la hipoteca, dejen de ser consideradas como una especie de gesto altruista y se conviertan en una norma de obligado cumplimiento cuya conculcación tenga respuesta penal. Al igual que hay que penalizar con extraordinaria severidad ese repugnante delito que no aparece en nuestro Código Penal que es la usura, artífice directa de la desdicha de cientos de miles de españoles.

Lo fundamental es que el Gobierno en general y el de Ceuta en particular, han articulado mecanismos para saldar unas deudas que han tenido agonizando a las empresas y a los autónomos, por más que no hayan podido evitar la pequeña vileza de advertir que cobrarán antes las empresas que hagan “una rebajita” que es lo que viene ser la políticamente correcta alusión a que “se dará prioridad de cobro a las empresas que realicen un descuento sobre el importe principal de la obligación pendiente de pago”. Es decir que en lugar de pagar mal, tarde y nunca, pagarán tarde y con descuento. Pero el caso es que declinen en primera persona del indicativo ese verbo “pagar” que tendrá la consistencia de un balón de oxígeno y una inyección de adrenalina en miles de empresas y de profesionales que andan lampando desesperados. Este tipo de medidas y no otras, son las que suponen un auténtico incentivo a la economía, porque cada empresa quebrada por falta de liquidez supone una brutal destrucción de empleo y en nuestro sistema de economía liberal el empleo lo crean las empresas y no el Gobierno “inventándose” empleos que son puro humo. No hay que olvidar que no estamos en Cuba ni queremos trabajar para el Gobierno si no es tras haber superado una oposición y con una plaza fija dentro de la escala del funcionariado con la seguridad que ello comporta.

Así puede decirse que el Ministerio de Hacienda y el de Economía están haciendo correctamente los deberes y los plazos de los cobros no parecen alargarse en exceso, lo importante es que las entidades locales lleven las cuentas bien claras y que los acreedores puedan comenzar a acudir a los bancos a cobrar y luego que se las arreglen con el ICO y con los créditos. Aunque habrá que discutir muy y mucho el tema de los intereses, porque los españoles estamos hasta las mismas partes pudendas de vivir de rodillas ante los banqueros y más aún de comprobar como el Estado ha soltado millones para ayudar a los bancos y estos se los han zampado y no han suavizado ni los créditos ni las hipotecas. Pero por ahora me ahorraré mis bien argumentadas fulminaciones contra la usura bancaria y los contratos leoninos con profusión de “letra pequeña” porque estamos en los prolegómenos del “cambio” y todos tenemos la esperanza de que el actual Gobierno resarza a la ciudadanía de los pesares que ha causado la Banca.

El secretario de Estado de Comercio ha anunciado que será “cuestión de días o de semanas” así que los pagos parecen inminentes y van a suponer un importante revulsivo para paliar la escasez y sacar a las empresas de los números rojos, al tiempo que la reforma laboral simplificará las contrataciones y los despidos por lo que existirán mayores garantías para crear empleo. ¿Y los dineros y subvenciones de los sindicatos con sus épicas tragaderas cuando se racionalizarán? ¿Y cuando se echarán las cuentas bien claras y nos enteraremos de otros casos como el del “consejero Martínez” del torno al Consejo de Administración con 180.000 euros de sueldo anual? ¿Y con el sueldo del ugetista Martínez no podríamos dar empleo a un buen puñado de jóvenes médicos y científicos de la nueva emigración y que retornen a España? ¿Y por qué los sindicatos no se limitan vivir en exclusiva de las cuotas de sus afiliados como en todos los países? ¿Y no se podría destinar los dineros que se llevan los sindicatos a crear empresas y que esas empresas generen empleos para que los españoles dejemos de ser un país de emigrantes?.

Reflexiones básicas aparte lo esencial es que los desventurados acreedores van a cobrar a través de los bancos y que el dinero va a circular. Porque no podemos seguir tirando del lastre vergonzoso de ser el país con más pobreza de Europa: once millones seiscientos mil pobres en España es la última cifra oficial del Gobierno.

Y medio millón de pymes desaparecidas, más miles de ellas esperando cobrar las cantidades que se adeudan. ¿No piensan a veces que los socialistas nos han llevado a una situación demasiado calamitosa como para ser cierta? Yo, con mis cortas entendederas lo pienso así.
 

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