Quieras que no, se sigue viviendo
en tiempos de antes de la transición.
La libre disposición de quienes mandan en algunos medios de
comunicación y difusión para dar las noticias, según
convengan a sus intereses, rompe por completo con la imagen
de un país que pretende presentarse como demócrata de toda
la vida.
No dudo en declarar que esos algunos medios de comunicación
y difusión están demostrando ser aún más miserables que
quienes apalean a menores.
Aunque lamentablemente, esta realidad, se viene produciendo
desde hace tiempo en Canal Nou de Valencia, y TeleMadrid,
ambos en comunidades donde está asentado el PP de manera
férrea.
La tergiversación de las noticias sobre manifestaciones está
perfectamente retratada en “conejos” informativos y su
contraste con la veracidad es fuertemente cuestionada.
Así y todo, si el presidente de nuestro Gobierno, Mariano
Rajoy, trata de desviar la atención con la pretensión de dar
una imagen del país ‘más guapa’… lejos se está situando al
no meter baza en el ordenamiento represivo.
Las declaraciones de estos señores que ahora nos gobiernan,
no son otra cosa que declaraciones contradictorias en la
interpretación de sus papeles como políticos, cuando no
gobernaban, con la de dictadorzuelos, cuando gobiernan.
La pifia del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, en
su declaración sobre “excesos” que ahora atribuye a
radicales inexistentes lo dice todo.
Eso no es ser político, sr. Rajoy. Eso es ser oligarca
continuador de una situación preferentemente destinada a ser
olvidada por completo.
Cambiemos de tercio y entremos en el área económica.
¿Cómo es posible que suceda esto aquí?, tanto hablar de la
crisis económica, tanto burlar al ciudadano con subidas y
recortes que prometieron no hacerlo durante la campaña
electoral, tanto rebajar el poder adquisitivo de los
ancianos… para ahora conceder 22.000 millones de euros para
el rescate de los griegos…
Eso solo tiene una explicación definida perfectamente: es
una enorme putada.
Esa cantidad significa la mitad de los recortes que hará el
Gobierno del PP para bajar el déficit.
O sea, nos recortan a nosotros para engrosar las cuentas de
alemanes y franceses con el pretexto de salvar a los
griegos.
Señor Presidente del Gobierno: eso no es ser político, es
ser mercanchifle.
El ministro de Economía, el que hundió a Brotters & Lemans,
pretende hacer un gesto de cara a la galería con su
“Decálogo contra los desahucios” que no es más que una serie
de simples recomendaciones a los bancos. No es ninguna
normativa legal.
Todos sabemos que el banco de España recomendó no dar
créditos hipotecarios, basados en la tasación de la
vivienda, de más del 80%.
Los bancos decidieron dar más de ese 80% recomendado y
asumieron un riesgo de deben pagar ellos mismos sí o sí.
Esto debería estar impuesto por ley.
Acaban comiéndose la casa, los bancos, aunque han arriesgado
más de lo aconsejado y esos desmanes siempre lo hemos de
pagar el consumidor, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? (imito
a un irritante entrenador de fútbol).
Bueno, Luis de Guindos, eso no es ser político ya que si a
la banca le da recomendaciones, a los ciudadanos no para de
ponerles imposiciones y darles palos.
Otro cambio de tercio: menuda pájara la del ministro de
Educación que “no ve negativa la fuga de investigadores
españoles al extranjero” y de paso declara que “confía en el
sistema español de I+D+I”
Claro que no, señor ministro educado, los más burros siempre
han sido los más fáciles de manejar. ¿Verdad? ¿Cuántas
perlas le quedan aún en el caletre?
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