Los musulmanes de Ceuta amen de
español, como españoles que son, hablan el dariya que es una
lengua originaria de Marruecos, es decir, una lengua
extranjera y con nacionalidad propia. De ahí que las
pretensiones de Mohamed Alí de ejercer de redentorista
compulsivo, contentar al colectivo musulmán (para que en un
futuro le voten) sacar rédito de los agravios y actuar como
“vendedor de humo” es poco menos que patético, amen de muy
poco inteligente. El dariya no es una lengua “local” a modo
de dialecto de uso exclusivo en Ceuta, como pudieran ser los
reductos asturianos en los que aún se habla el “bable” o la
pantoja que era un habla en algarabía del valle Santanderino
de Trasmiera en la que se entendían los canteros, entre
ellos Juan de Herrera, oriundo del lugar y autor del
Escorial. Muy por el contrario, tres dialectos bereberes
aparte, el dariya es una lengua común que no se utiliza en
las universidades y ni tan siquiera se escribe. El alumnado
ceutí tiene la obligación ineludible de hablar en castellano
para comunicarse con seiscientos millones de criaturas y
poder realizar los estudios, ni una lengua marroquí tiene
que adquirir carácter de cooficialidad en la española Ceuta,
ni los niños españoles de zonas fronterizas con Francia
tienen por qué hablar el occitano que es el dialecto de
muchos enclaves del sur francés y procede de la antiquísima
Langue d´oc.
Ahora bien, puestos a tratar de beneficiar, como es su
intención, a los niños ceutíes de origen musulmán, ningún
favor se les hace incrementando en ellos el uso de una
lengua que no es considerada “culta” y gran favor se les
haría, por el contrario, si se les impusiera como asignatura
obligatoria y con nota, el estudio del árabe culto o árabe
moderno, haciendo especial énfasis en la caligrafía. Obligar
al alumnado musulmán a esforzarse por aprender el idioma
árabe que es en el que está escrito el Sagrado Libro del
Corán y en el que están así mismo escritos libros de texto y
obras literarias es mucho más que conveniente: es magnífico.
Más inmensamente útil ya que les permitiría comunicarse con
soltura con millones de árabes de países auténticamente
prósperos y llenos de posibilidades, amen de abrirles de par
en par las puertas a una gran cultura. Esa y no otra es una
propuesta meditada, sensata y coherente, diseñada para
apoyar a los alumnos, enriquecerles y hacerles crecer
intelectualmente y como personas, ya que el árabe es un
idioma que entraña grandes dificultades y requiere poner de
manifiesta las virtudes del esfuerzo, el empeño y la fuerza
de voluntad. De hecho, la imposición de este gran idioma
contaría, sin lugar a dudas, no tan solo con un alumnado
musulmán allegado al mensaje cultural que transmite, sino de
estudiantes de otras culturas cuyos padres deseen ampliar
sus horizontes de cara al futuro.
Ahora bien, si en Ceuta existiera en determinados colectivos
una especie de habla “propia” absolutamente independiente
del país vecino, es decir, autóctona y no extranjera, de
forma simbólica se podría tratar de incentivar por su
aspecto peculiar y sentimental, de hecho en algunos enclaves
de Badajoz se habla el extremeñu que es una especie de
dialecto leonés, pero nadie se plantea hablar dialectos
portugueses pese a ser zona fronteriza. Y también en algún
núcleo de Albacete se emplea un dialecto propio cercano al
murciano, pero ni se potencian, ni se pide cooficialidad y
menos aún se aspira a recibir subvenciones. ¡Ay las
subvenciones, lo golositas que son!.
¿Que Mohamed Alí, en plan excluyente y de cara al colectivo
musulmán quiere un apoyo oficial al dariya? Bueno, los
hindúes también lo quieren de cara al hindi y por supuesto
el colectivo judío también tiene derecho a que se utilicen
las veintidos letras sagradas de su alfabeto que, por
cierto, con ellas hizo sus estudios en la sinagoga Jesús de
Nazareth lo que supone un lazo con los cristianos de la
consistencia del acero. En el crisol de culturas todas las
lenguas tienen los mismos derechos, pero somos españoles y
hablamos el español.
¿Que Alí quiere hacerse valer ante el colectivo musulmán?
Que logre imponer el estudio obligatorio del árabe culto
para todos los musulmanes para que a todos beneficie por
igual, seguro que es una oportunidad y un privilegio que
todos le agradecerían. Sobre todos los alumnos ilusionados
por empeñarse y destacar en la asignatura, esa sí que es una
iniciativa popular y con perspectivas de futuro. Pero el
Árabe Ceutí no existe, a no ser que Alí haga como hicieron
en su día con el esperanto y se ponga a inventarse una nueva
lengua ceutí autóctona totalmente independiente de las
existentes ¿A que es un reto genial?
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