Lorena Miranda,
waterpolista, es la ganadora del Premio María de Eza a la
mujer ceutí del año. Joven deportista, en posesión ya de un
historial brillante, lo primero que ha dicho, debido a su
hermosa ingenuidad, es que el último día presentó su
candidatura más por instigaciones ajenas que por voluntad
propia. Debido a que ese premio lo podía haber ganado más
adelante.
En puridad, lo que ha quedado patente es que la jugadora de
Waterpolo, además de ser grande en ese deporte y de tener un
futuro magnífico, a escala nacional, en su especialidad, no
tiene un pelo de tonta. Pues se ha dado cuenta de qué manera
ha sido apremiada a presentarse a esa especie de concurso
con el fin de que la ganadora fuera alguien total y
absolutamente distinta al perfil de las demás candidatas.
Así que cabe darle la enhorabuena.
De las demás candidatas, creo que eran ocho, dos fueron las
que yo tuve la oportunidad de ver fotografiadas: una, la
presentada por la coalición Caballas, Estrella Heredia;
y otra, Ana “la Canastera”, propuesta por el PSOE. La
primera, es decir EH, disfrutó hace tiempo de otra
oportunidad, y parece ser que el jurado tampoco la vio con
buenos ojos.
En esta ocasión, sin embargo, Estrella Heredia parecía la
mujer más apropiada para adjudicarse el premio que tiene
como lema principal: “Porque ninguna labor importante quede
en silencio”. Y la labor de superación que viene mostrando
la sindicalista desde hace muchos años es merecedora de que
se propale. De que se airee. De que se premie. Con el fin de
que todos los ceutíes se enteren de las enormes cualidades
que atesora una mujer a la que describió Mohamed Alí
así: “Es una mujer pequeña de estatura pero de una talla
moral y humanitaria que presenta méritos más que suficientes
para obtener el galardón para el que se la propone”.
Yo entiendo que es mucho más agradable en todos los sentidos
para el jurado votar a favor de una joven deportista:
lozana, vivaz, fresca, con la edad en la boca y muy
preparada para competir en escenarios nacionales e
internacionales. Pero también entiendo que ha sido una
metedura de pata salir en el último momento a la búsqueda de
esta mujer, esplendorosa en todos los sentidos, para evitar
tener que darle el premio a otra de las candidatas. Y, sobre
todo, a Estrella Heredia.
De hecho, las declaraciones de la jefa del Centro Asesor de
la Mujer y miembro del jurado, Vivian Berros,
enrevesadas, sin duda alguna, pero aun así entendibles, han
sido hechas para criticar el que se haya loado a alguna
candidata en la prensa. Con lo cual trata de justificar,
quizá, el que alguien saliera, deprisa y corriendo, a buscar
a Lorena Miranda para que se presentara en la recuperación
de tiempo perdido y poder otorgarle el galardón. A eso se le
llama tener mala conciencia.
Semejante decisión hubiera pasado inadvertida si la
waterpolista no hubiera dicho que la indujeron a presentar
su candidatura cuando ya estaba a punto de cerrarse la
ventanilla de las admisiones. Por tal motivo, o sea, por esa
sorprendente candidez de la ganadora, y por sus capacidades
deportivas, me es menos difícil aceptar el que no se hayan
divulgado, por medio del premio, los méritos de Estrella
Heredia. Los de Lorena Miranda, en cambio, ya eran más que
conocidos. Y podía esperar, cómo no, una nueva oportunidad
para ser la mujer ceutí del año.
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