La Sanidad Pública universal y
gratuita es un privilegio del que disfruta toda la población
española, a diferencia del resto de los países de la UE que
siempre ha mirado con cierto recelo nuestro sistema y el
derroche en medicamentos que nos ha caracterizado. Y en
época de “vacas gordas” los contribuyentes pueden asumir ese
gasto, pero con medio millón de pymes arruinadas, cinco
millones de parados y la economía por los suelos, algunas
Autonomías, como Cataluña están cerrando ambulatorios,
recortando y anunciando el copago, cantidades mínimas que
van en tono a un euro por visita y receta, excepto casos de
pobreza absoluta, pero cantidades al fin y al cabo.
También se ha tenido que poner freno a ese “turismo
sanitario” de cudadanos de países de Europa que acudía
aprovechando sus vacaciones para hacerse diagnosticar,
tratar e incluso operar en nuestros hospitales, ahora se
cobra a los sistemas sanitarios de sus países los gastos que
generan sus ciudadanos. En lo relativo a Ceuta y lo digo
desde la perspectiva de colaborar con “Enfermos sin
fronteras” existen casos de niños excepcionalmente graves y
en condiciones de extrema necesidad que han sido aceptados
por razones humanitarias en el Hospital Universitario de
Ceuta y tratados. Eran casos urgentes, prácticamente de
“vida o muerte”. Pero lo que no es necesario es que el 35%
de los partos que se han atendido en el Ingesa durante el
2011 hayan sido de unas madres extranjeras que podrían
perfectamente haber dado a luz en su país. En el vecino
Reino de Marruecos existen hospitales, médicos y enfermeras,
hay una cobertura sanitaria que sin llegar a las
prestaciones que se dan en España (no así en el resto de
Europa) sí permite perfectamente alumbrar en los hospitales
y también ser atendidos por sus médicos que los hay y son
buenos profesionales. El gasto que supone la atención a
ciudadanos extranjeros y la carga de trabajo para todo el
personal sanitario es algo que no podemos asumir, no existe
país con una red sanitaria lo suficientemente fuerte como
para hacerse cargo de “todos” los pacientes que acuden. De
hecho en Estados Unidos no existe sanidad pública y los
ciudadanos tienen que pagar seguros privados de forma
general si quieren ser asistidos.
Lógico que tenga que ponerse un freno a la afluencia de
extranjeros al Hospital Universitario y cobrar las
consultas, con lo que el Ingesa tendría que asumir el papel
de centro privado lo que desvirtúa en parte su naturaleza,
pero al tiempo si el personal sanitario contratado tiene que
atender ese “extra” de consultas de carácter privado, lo
normal es que se incrementaran los salarios o se les
otorgara anualmente un plus de un tanto por ciento de lo
recaudado por los pacientes privados. Lo que no es de recibo
es que la sanidad pública perciba pagos de pacientes
extranjeros privados que sean atendidos por el personal, con
el consiguiente incremento de trabajo y que lo obtenido no
repercuta en quienes realizan materialmente el trabajo.
Repito que en tiempos de abundancia “no se remienda de
viejo” pero en momentos de austeridad extrema, cuando se
están prescribiendo genéricos, apuntando al copago y
recortando en medicamentos, afectando las medidas a todos
los ciudadanos, esos mismos ciudadanos tengan que encajar el
que los extranjeros se aprovechen de nuestro sistema. Repito
que los dineros no los fabrica Rajoy y menos aún Vivas, por
las noches, dándole a la manivela de la máquina de hacer
billetes, sino que cada euro va impregando de muchos
esfuerzos, de muchas carencias y de muchas fatiguitas de la
España que madruga, bien para tener el privilegio de ir a
trabajar, bien para tener la desgracia de ir a formar parte
de las colas del INEM. En tiempos de abundancia y de “atar a
los perros con longaniza” se puede cerrar un ojo y tolerar
los abusos, porque sobra. Lo que no se puede hacer es dejar
a tus hijos sin comer para irte a repartir bocadillos a casa
del vecino “por quedar bien”, porque eso no es caridad sino
poca verguenza. Y es tarea de los responsables del área
acabar con los abusos y poner punto y final a unas políticas
equivocadas, ha llegado el cambio y cambiar significa
evolucionar y la clave de la evolución está en asumir los
errores, aprender de ellos y no repetirlos.
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