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OPINIÓN - DOMINGO, 19 DE FEBRERO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Dopaje en el deporte
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Segarra ha sido una de las grandes figuras del FC Barcelona y del fútbol español. Capitán del “Barça de las Cinco Copas”, estuvo en el primer equipo entre 1949 y 1965. Fue titular en 528 partidos. Lo cual le ha permitido pasar a la historia como uno de los jugadores que más veces actuaron con su equipo y con la selección nacional de la época.

Juan Segarra, que estaba como técnico de los equipos bases del Barcelona, me conocía a mí de verme como entrenador cuando visitaba el campo de Fabra y Coats para jugar contra el FC Barcelona Atlético, o bien cuando lo hacía en el Camp Nou. Lo cual hice con diferentes equipos.

Un día, Juan Segarra coincidió con Juan Pareja, con quien mantenía muy buenas relaciones, y Pareja, que era agente futbolístico, le dijo que iba al hotel a visitar a los componentes de un equipo en el cual yo iba de entrenador. Y JS decidió acompañarle. Era sábado, se quedaron a comer y mantuvimos una larga sobremesa.

Nunca he olvidado la inmejorable impresión que me causó la forma de ser de JS. Como tampoco he olvidado la que me produjo Gustavo Biosca; también conocido mediante el mismo sistema: por medio de Pareja y en el mismo establecimiento: el antiguo hotel Oriente de las Ramblas barcelonesas. Con Biosca y Pareja, si la memoria me sigue siendo fiel, comí en “Los Caracoles”: restaurante situado en lo más típico del Barrio Gótico, cerca de Las Ramblas.

A lo que iba, que la amistad con Segarra tomó vuelos muy pronto y siempre que yo iba a Barcelona, tratábamos de vernos para pegar la hebra un rato. Un día, siendo yo entrenador del Portuense, en la temporada 78-79, el filial azulgrana jugaba en el José del Cuvillo y su entrenador era Segarra. Ni que decir tiene que acudí presuroso a rendirle visita al Motel Caballo Blanco, y estuvimos un par de horas dándole a la sinhueso. Era viernes, pues el partido se jugaba el sábado.

Lo primero que hizo fue felicitarme porque mi equipo iba el segundo compartiendo el trío de cabeza con Linares Club de Fútbol y Agrupación Deportiva Ceuta. Y me contó la siguiente anécdota: “Mira, Manolo, mis futbolistas me han dicho que mañana van a ganarle a tu equipo. Porque ellos creen que el Portuense estará poco tiempo en los primeros puestos. Por ser un equipo compuesto por futbolistas poco conocidos. Y ¿sabe lo que les he respondido?... Cuando conozcáis a su entrenador os daréis cuenta de que ese equipo no bajará la guardia en toda la temporada.

Aquella noche estuvimos charlando hasta muy tarde. En un momento determinado, nos adentramos en su vida deportiva y se sinceró: “la de veces que habré tomado yo coñac en los descansos para que el motor siguiera funcionando”. Y me dijo de qué manera Helenio Herrera lo instigaba en los descansos a pegarle tragos a la petaca que había escondida en un rincón de los servicios.

Viene a cuento lo dicho, porque siempre hubo estimulantes en los vestuarios para poder competir a tope. Y hasta se me viene a la memoria el uso indebido y excesivo de ese conocido analgésico llamado optalidón. Por cierto, de haber habido controles médicos con análisis, entonces, muchos futbolistas hubiesen dado positivo de dopaje. Conviene, pues, tomarse el hecho en serio. Por más que los tiempos hayan cambiado.
 

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