Juan Segarra ha sido una de
las grandes figuras del FC Barcelona y del fútbol español.
Capitán del “Barça de las Cinco Copas”, estuvo en el primer
equipo entre 1949 y 1965. Fue titular en 528 partidos. Lo
cual le ha permitido pasar a la historia como uno de los
jugadores que más veces actuaron con su equipo y con la
selección nacional de la época.
Juan Segarra, que estaba como técnico de los equipos bases
del Barcelona, me conocía a mí de verme como entrenador
cuando visitaba el campo de Fabra y Coats para jugar contra
el FC Barcelona Atlético, o bien cuando lo hacía en el Camp
Nou. Lo cual hice con diferentes equipos.
Un día, Juan Segarra coincidió con Juan Pareja, con
quien mantenía muy buenas relaciones, y Pareja, que era
agente futbolístico, le dijo que iba al hotel a visitar a
los componentes de un equipo en el cual yo iba de
entrenador. Y JS decidió acompañarle. Era sábado, se
quedaron a comer y mantuvimos una larga sobremesa.
Nunca he olvidado la inmejorable impresión que me causó la
forma de ser de JS. Como tampoco he olvidado la que me
produjo Gustavo Biosca; también conocido mediante el
mismo sistema: por medio de Pareja y en el mismo
establecimiento: el antiguo hotel Oriente de las Ramblas
barcelonesas. Con Biosca y Pareja, si la memoria me sigue
siendo fiel, comí en “Los Caracoles”: restaurante situado en
lo más típico del Barrio Gótico, cerca de Las Ramblas.
A lo que iba, que la amistad con Segarra tomó vuelos muy
pronto y siempre que yo iba a Barcelona, tratábamos de
vernos para pegar la hebra un rato. Un día, siendo yo
entrenador del Portuense, en la temporada 78-79, el filial
azulgrana jugaba en el José del Cuvillo y su entrenador era
Segarra. Ni que decir tiene que acudí presuroso a rendirle
visita al Motel Caballo Blanco, y estuvimos un par de horas
dándole a la sinhueso. Era viernes, pues el partido se
jugaba el sábado.
Lo primero que hizo fue felicitarme porque mi equipo iba el
segundo compartiendo el trío de cabeza con Linares Club de
Fútbol y Agrupación Deportiva Ceuta. Y me contó la siguiente
anécdota: “Mira, Manolo, mis futbolistas me han dicho
que mañana van a ganarle a tu equipo. Porque ellos creen que
el Portuense estará poco tiempo en los primeros puestos. Por
ser un equipo compuesto por futbolistas poco conocidos. Y
¿sabe lo que les he respondido?... Cuando conozcáis a su
entrenador os daréis cuenta de que ese equipo no bajará la
guardia en toda la temporada.
Aquella noche estuvimos charlando hasta muy tarde. En un
momento determinado, nos adentramos en su vida deportiva y
se sinceró: “la de veces que habré tomado yo coñac en los
descansos para que el motor siguiera funcionando”. Y me dijo
de qué manera Helenio Herrera lo instigaba en los
descansos a pegarle tragos a la petaca que había escondida
en un rincón de los servicios.
Viene a cuento lo dicho, porque siempre hubo estimulantes en
los vestuarios para poder competir a tope. Y hasta se me
viene a la memoria el uso indebido y excesivo de ese
conocido analgésico llamado optalidón. Por cierto, de haber
habido controles médicos con análisis, entonces, muchos
futbolistas hubiesen dado positivo de dopaje. Conviene,
pues, tomarse el hecho en serio. Por más que los tiempos
hayan cambiado.
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