No parece que los médicos, y a sus
formas de comportamientos, de inmediato nos tenemos que
asomar, estén muy de acuerdo con la situación que, de ahora
en adelante parece que se va a dar en su propio campo.
Y me parece muy bien su plante, por cuanto de ellos depende
nuestra salud, que no quieren que se vea agravada por una
serie de recortes que, en otros terrenos, tendrían una
justificación, pero aquí no la tienen en absoluto.
Hace un par de días que los colegios médicos de toda España
leyeron un manifiesto en el que se rebelan contra los
recortes indiscriminados y desproporcionados.
A esto se llama, yo al menos lo llamo, profesionalidad,
seriedad y rectitud, porque ha quedado claro que, por encima
de todo, recalcaron la necesidad de denunciar sus
consecuencias futuras, además de defender el buen uso, el
uso correcto, de los servicios sanitarios.
Partiendo de aquí, nadie va a tener la poca sensibilidad de
no apoyar sus reivindicaciones que no van en su provecho
particular, sino en beneficio de todos nosotros, cada día y
a cualquier momento.
Los médicos no se callan, los médicos se rebelan contra los
recortes, porque es preciso meter la tijera en algunas
parcelas, pero en la sanidad jamás.
Hay, desde hace días, un compromiso de los facultativos
frente a los recortes, en cualquier parte de la materia
sanitaria.
La presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Ceuta
compareció, también, ante los medios de comunicación cuando,
al mismo tiempo, lo hacían sus colegas de otros 52 colegios
médicos más.
Aquí no va cada uno por su lado, aquí todos ven el problema
desde una misma perspectiva, la de una situación de
dificultad sin precedentes, partiendo de la crisis, que
nadie discute, para modificar las condiciones laborales de
los médicos de una manera permanente e irreversible.
Como en todos los demás casos, también en Ceuta se instó a
las máximas instancias políticas a buscar otro tipo de
soluciones para poner en orden todo lo que sea necesario.
Los médicos que conocen como nadie la situación de la mayor
parte de las familias del país, y en Ceuta lo conocen,
todavía mejor, no deben aceptar, no lo van a tolerar,
recortes en la financiación sanitaria que provoquen una
pérdida de calidad en la asistencia a los pacientes. En el
manifiesto no podía faltar la cita a los más pobres,
débiles, desfavorecidos e indefensos.
Por este camino, con seriedad y con sensatez marchan, en
estos precisos momentos, los facultativos.
Toda la institución emplaza a sus profesionales a que
rechacen los recortes sin discriminación y
desproporcionados, al tiempo que llevan la denuncia de las
consecuencias a partir de esos recortes.
Y es que, salvando excepciones, pocas desde luego, los
médicos se ven obligados a denunciar las deficiencias,
puesto que de una forma o de otra van a afectar a una
correcta atención a los pacientes, que podemos ser
cualquiera y cualquier momento.
Y aquí no hay una tercera parte, por cuanto el buen uso de
los servicios sanitarios es tarea tanto de pacientes como de
médicos y sólo de ellos.
Los profesionales tendrán que denunciar las deficiencias
cuando afecten a la atención, aquí no se guarda nadie. Estos
son verdaderos profesionales de su rama.
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