Los ataques a los autobuses de transporte público serán
objeto de investigación y de “medidas” específicas para
atajarlos. Así lo anunció ayer el delegado del Gobierno,
Francisco Antonio González Pérez, en declaraciones a este
diario, que en su edición de ayer informaba de los dos
últimos sucesos de estas características, registrados el
pasado fin de semana. En estos ataques resultaron rotas las
lunas de dos vehículos, lo que además de un sobrecoste en el
mantenimiento de la flota de autobuses (cada reparación
cuesta entre 1.200 y 1.300 euros), suponen, según
manifestaban la empresa y los trabajadores, un estrés para
los conductores y los viajeros, ante la posibilidad de que
un día ocurra “una desgracia mayor”, como señalaba uno de
los chóferes.
“Vamos a cortarlo”
Ante estos hechos, que se producen de forma reiterada, el
delegado asegura que ha adoptado “medidas” específicas que
“no son publicables” porque si se dieran a conocer -adverte-
“de alguna manera se estaría revelando la forma de actuar
que se va a tener en pocas semanas”.
El delegado del Gobierno afirma que al igual que ocurre en
otros actos vandálicos, como la reiterada quema de vehículos
en la vía pública, se va a intentar “cortar con ello”,
mediante la investigación policial y la detención de los
culpables para su puesta a disposición de la Justicia.
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