No me gustan los falsos, los
hipócritas, los pelotas, los lameculos y sobre todo, no me
gustan nada de nada, los embusteros. Estos últimos son una
especie que se debería extinguir por el bien de todos pero,
desgraciadamente, mientras el mundo sea mundo y sobre él
exista la especie humana, siempre habrá alguien de esa
especie, como de la especie de los falsos, los pelotas, los
hipócritas y los lameculos. Es ley de vida, desde que en el
mundo apareció el primer humano.
Se le ha mentido tanto, se le ha engañado tanto al pueblo
español, que ya no sabe que pensar, quiénes les dicen la
verdad y quiénes les engañan, por el sólo hecho de seguir
sentados en el sillón del poder. Lo cual no indica gobernar
un país, sino mandar en un país, que son dos cosas
diferentes.
Resulta que no había crisis, cuando se sabía que la crisis
existía desde hacia dos años. Después se nos dice que ya se
ven brotes verdes, que nos van a llevar a salir de la
crisis. Lo malo, de todo esto, es que los brotes verdes no
aparecen por ningún lado. Puro engaño, pura fantasía. Por
qué tantas mentiras.
Al pueblo español, a ese pueblo llano, hay que decirle
siempre la verdad, por muy cruda que sea esta. Porque con
esa verdad, a pesar de la crudeza de la misma, el pueblo
seguirá confiando en sus mandatarios.
No me mueve, por supuesto, hacer defensa alguna de ninguno
de los políticos, porque lo que me interesa es sólo y
exclusivamente España. Lo demás el que quiera gloria que se
la gane.
Ni está en mi mente la defensa de algunos de los políticos o
partidos que nos han gobernado o nos gobiernan. Pero debido
a que no soporto a los embusteros, por todo ello, tengo que
agradecer al presidente del Gobierno, que en su primera
comparecencia en el Congreso, nos haya dicho la verdad, la
cruda realidad por la que atraviesa España, sin poner paños
calientes.
España atraviesa económicamente, con más de cinco millones
de parados, un momento critico en el que todos, repito todos
los españoles, debemos unir nuestros esfuerzo para sacar a
nuestro país del abismo en que se encuentra inmerso, por
culpa de la maldita crisis que estamos atravesando y que
salir de la misma, nos va a costar Dios y ayuda.
No caben poner paños calientes a la situación hay que coger
al toro, como vulgarmente se dice, “por los cuernos, y
afrontar con valentía la situación, para buscar la solución
al problema. Pero hay que hacerlo sin mentirle al pueblo,
diciéndole la verdad por muy cruda que esta sea.
No existe varita mágica alguna, para moviéndola solucionar
todos los problemas que tenemos. No hay nadie capaz de hacer
un milagro, porque los milagros, cada día, son más difíciles
de realizar.
Pero no me cabe duda alguna que se coge, como bien decía la
sabia de mí abuela, “a un mentiroso que a un cojo”. La
verdad siempre debe resplandecer sobre la mentira. Y el
pueblo español, se merece que siempre, siempre, se le diga
la verdad, por muy cruda que sea esta. La verdad, es la
única manera de unirnos a todos para salir de la crisis. La
unión hace la fuerza.
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