Los planes de reestructuración del sector público local
están provocando una gran preocupación entre los empleados
de las empresas municipales y el personal del Ayuntamiento,
debido al temor de que la mala situación económica de las
arcas municipales conlleve medidas mucho más duras y
escandalosas de recortes de empleo a corto plazo, por la
constricción del presupuesto municipal y, en consecuencia,
de las encomiendas de servicios a las empresas municipales.
Es incomprensible que las consecuencias de una gestión
irresponsable, populista y cortoplacista en muchos niveles
de decisión política del Ayuntamiento, no sean afrontadas de
una forma eficiente, eludiendo responsabilidades y
argumentando como causa una crisis económica global, cuando
lo que se trata es de afrontar una crisis económica local
que ellos mismos han ido provocando en su mayor parte.
El vaciado de contenido en el plano laboral de las áreas de
gestión municipal, provocado por el traslado de servicios
públicos mediante las diferentes encomiendas a empresas
privadas, no solo ha disminuido la calidad de los servicios
públicos (en las empresas públicas y privadas prima el
interés económico frente al social), sino que como siempre,
acaban costando más dinero a la ciudadanía.
Los empleados públicos resultan, no sólo necesarios, sino
imprescindibles. Una vez más, estamos convencidos de que es
posible otra salida de la crisis sin que ello suponga
debilitar el actual modelo social de gestión municipal.
Esperamos, como sociedad solidaria que hemos conseguido ser,
que se repartan los costes de la crisis en términos de
equidad, para conseguir una ciudad basada en la justicia
distributiva y la universalidad y calidad de los servicios
públicos. Creemos que las decisiones desde el Gobierno de la
Ciudad se han ido dando sin visión de futuro, guiadas solo
por el afán de conseguir votos para mantenerse en el
gobierno. Se han asumido gastos y compromisos innecesarios
que han derivado en un excesivo déficit presupuestario, sin
asegurar los servicios útiles a los ciudadanos y cuya
externalización supone poner de manifiesto el reconocimiento
implícito de la incapacidad e ineptitud de los responsables
políticos, que incapaces de asumir sus responsabilidades,
pagan con el dinero de todos para que otros gestionen su
área.
En estos momentos de altos índices de desempleo, de aumento
de la temporalidad laboral, de aumento de la economía
sumergida, de recortes de derechos y del estado de
bienestar, no podemos aceptar que la crisis de las empresas
municipales y del Ayuntamiento se resuelva perjudicando al
personal de forma unilateral. La situación económica a la
que nos han abocado los responsables políticos locales,
impone una ordenación de los recursos humanos con Planes de
Empleo y Sostenibilidad, que han de ser negociados con las
organizaciones sindicales y aprobados por el Pleno. En
dichos planes, deben analizarse los gastos de personal y el
resto del presupuesto, incluyendo las empresas públicas que
dependen de éstos y, por tanto, del dinero público. Al
final, somos los ciudadanos quienes pagamos la
inexperiencia, la ineficacia e ineficiencia de los actuales
gestores políticos, mediante recortes en los servicios y
aumento de impuestos.
* Delegado de Ideas y Programas
PSOE de Ceuta
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