En los Estados Unidos el sistema electoral es un sistema
bicameral presidencial. El proceso electoral, definido
constitucionalmente, es largo y complejo y no admite muchas
comparaciones con sus homólogos democráticos en Europa
occidental; aunque esto no le resta en lo más mínimo calidad
democrática ni representatividad.
El proceso de elección de un nuevo presidente comienza con
las llamadas “primarias”, en las que cada uno de los dos
partidos elige quien será su candidato a la presidencia.
Analicemos un poco este proceso.
Cada partido elige a su candidato mediante un largo proceso
de elecciones primarias, en votación directa y secreta, o en
los “caucus”, asambleas en las que se decide un nombre sin
que haya una votación. De aquí salen los delegados que
acudirán a las respectivas convenciones. El candidato que
obtiene la mayoría absoluta de los delegados de la
convención se convierte en aspirante a presidente por su
partido.
Hasta ahora los delegados que asistan a la convención
nacional ya iban con su apoyo comprometido a uno u otro
candidato de su partido con arreglo al resultado de las
primarias, en su estado: Pero según las nuevas normas del
Partido Republicano, o “Good Old Party, (GOP) como lo suelen
llamar en Estados Unidos, los delegados de cada estado no
pasan automáticamente a engrosar la nómina del vencedor como
hasta ahora, sino que en algunas demarcaciones se reparten
según los votos recibidos.
Esto supone que todos los candidatos que resistan irán
acumulando delegados y, si hay dinero, la contienda puede
alargarse hasta el verano, cuando uno logre los 1144
delegados que necesita para obtener la nominación
republicana.
El candidato será elegido formalmente en la Convención
Nacional Republicana en Tampa, Florida del 27 al 30 de
agosto.
Obama, sin opositor claro en su partido, será designado
candidato por el Partido Demócrata en Charlotte, Carolina
del Norte en la Convención Nacional Democrática del 3 al 7
de septiembre.
El calendario de primarias todavía se extiende a lo largo
del año. No hace muchos días se han celebrado las de
Florida, un estado con 27 votos electorales, y que ha tenido
como vencedor a Romney; en contra de todos los pronósticos.
Las siguientes fechas del calendario electoral de primarias
serán: 7 de febrero en Colorado, Minnesota y Missouri, 28 de
febrero en Arizona y Michigan, el famoso Supermartes en el
mes de marzo con diez estados votando: Alaska, Dakota del
Norte, Georgia, Idaho, Massachusette, Oklahoma, Tenesse,
Vermont, Virginia del Este y Wyoming. El 10 de marzo Kansas,
el 13 de marzo Alabama, Hawai y Missisipi, el 20 de marzo
Illlinois, el 24 de marzo Louisiana, el martes 24 de abril
Connecticut, Delaware, New York, Pennsylvania y Rhode Island,
el martes 8 de mayo Carolina del Norte, Indiana y West
Virginia, el martes 15 de mayo Nebrasca y Oregon, el martes
22 de mayo Arkansas y Dentuchky.
En junio votan algunos de los estados importantes como
California, que lo hace el martes 5 de junio con Dakota del
Sur, Montana, New Jersey y New Mexico. Ohio y Utah votarán
el 12 y el 26 de junio respectivamente.
Los territorios de Samoa Americana, Guam, Islas Marianasdel
Norte y el estado libre asociado del Puerto Rico celebrarán
caucus en fechas todavía sin determinar.
Los canditados republicanos que por ahora queden en pie
están encabezados por Mitt Romney que acaba de ganar las
primarias de Florida, seguido de muy cerca por Newt
Gingricht, Rick Santorum y Ron Paul. Ninguno de los cuatro
puede aún cantar victoria, Santorum ganó en lowa, gringrich
se impuso de manera sorpresiva en Carolina del Sur y Romney
es el único que ha ganado dos veces, en New Hampshire y
Florida.
La victoria en Florida el 31 de enero ha sido muy importante
y puede dar a Romney un empuje definitivo después de muchos
altos y bajos. Lo malo, tal vez, sea que lo dilatado de las
primarias republicanas permita a Obama superar el bache de
popularidad que sufre.
Ya veremos. Después de Florida viene los caucus de Nevada,
Minnesota y Maine.
Romney es favorito en Nevada donde están en juego 28
delegados a la convención nacional. Además después de su
resultado en Florida habrá fondos suficientes para continuar
la campaña. Aún así Romney se ha gastado 11 millones de
dólares en su campaña contra Gingrich en Florida y, sin
embargo el expresidente de la Cámara de Representantes sigue
en la carrera; la pelea promete ser larga.
No será que la estrategia de Gingrich pasa por secar las
arcas de Romney antes de llegar al supermartes y ver si
Romney aguanta el tirón?
Por otra parte mas de la mitad de los hispanos que votaron
en las primarias del 31 de enero en Florida apoyó a Mitt
Romney, pero esto no significa que el precandidato tenga el
camino allanado entre los electores latinos de otros de
otros estados.
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