Elogio de la lógica o elogio de la sensatez? Nos referimos
al comunicado remitido por parte de los funcionarios y
personal laboral del Ayuntamiento a los representantes
sindicales para hacerlo llegar al Presidente de la ciudad.
Frases bien calibradas, reivindicaciones ajustadas a Derecho
al pender sobre ellas la garantista espada de Damocles del
artículo 14 del Texto Constitucional que no es otro que el
Principio de Igualdad, llamamiento a la eliminación de
gastos superfluos, camuflada alusión a la “meritocracia” que
es la antítesis de la “dedocracia” y un despliegue de
soluciones cómo la de negociar a través de una única mesa y
siempre salvaguardar los derechos inalienables de los
trabajadores.
Y esta postura conlleva un cambio de título porque, el que
merece la jugada de los funcionarios y del personal laboral,
es el de “elogio de la astucia”. Ya que, bajo una forma de
frases comedidas y bien redactadas, late un fondo torticero
(en esta ocasión en el mejor de los sentidos y en términos
de halago) porque al referirse a la tan cacareada
“homogeneidad” de la que tanto se ha hablado dentro de las
políticas de austeridad del Gobierno, los firmantes de este
manifiesto (mucho tiene de este género y bien poco de
comunicado convencional) se pronuncian con una acepción
auténtica de lo que es homogeneidad a la hora de percibir
salarios: mismo trabajo, algo que es lógico y su
equivalencia en misma retribución bruta y líquida e
idénticas condiciones sociales, más... ¡Misma titulación!
¿Es o no es un elogio de la más sibilina astucia?
Pero constituye un movimiento normal sobre el tablero de la
realidad de un Gobierno que mama del Ejecutivo Central en el
sentido doctrinal y doctrinalmente el Partido Popular tiene
gastada la sinhueso de predicar la necesidad de retomar
valores y principios irrenunciables a todos los niveles y
exalta la capacidad de esfuerzo y de sacrificio a la hora de
conseguir objetivos, hace hincapié en el valor intrínseco de
la fuerza de voluntad y designa el concepto “excelencia”
cómo un fin en sí mismo considerado.
Lógico el que los funcionarios y el personal laboral a
quienes se ha exigido una determinada cualificación,
titulación y capacitación que denoten su idoneidad para
desempeñar unas determinadas funciones, consideren así mismo
exigibles estas características para todos aquellos que
desempeñen el mismo trabajo y perciban el mismo sueldo.
Porque no existe más humillante agravio comparativo ni mayor
conculcación del Principio de Igualdad que el que una
persona acceda a un trabajo en virtud de unos méritos
académicos (pura meritocracia) y otra persona, sin ninguna
trayectoria académica y en virtud de la más pura, genuina y
ecológica “dedocracia” acceda al mismo puesto, sin que se le
exijan los mismos requisitos y unas capacidades que no tocan
en un bingo, sino que se adquieren tras muchos años de
trabajo, empeño, estudio y preparación.
Ideológica y éticamente el Partido Popular siempre ha
predicado su reconocimiento hacia las trayectorias humanas
basadas en el esfuerzo y el crecimiento intelectual.
Quienes han redactado el comunicado-manifiesto los han hecho
“hilando fino” y se les ve conocedores del paño. ¿Que la
reivindicación igualitaria-homogeneizadora provocará más de
una escocedura? No tendría por qué. Mucha excelencia y mucha
“meritocracia”. Más claro el agua.
|