a) Cuando se es niño, los ruidos
que asustan surgen de debajo de la cama, y cuando se es
adulto, el miedo se produce viendo a Mariano Rajoy
anunciar en qué estado está la economía española.
b) Rajoy es poco dado a chupar cámaras, pues sabe
sobradamente, dado que es persona inteligente, que las
cámaras no le quieren; pero bien haría nuestro presidente en
evitar por todos los medios usarlas solamente para meternos
el corazón en un puño. En suma: para acollonarnos. Puesto
que, de seguir así, acabará por ganarse el sobrenombre de
‘El mensajero del miedo’.
c) Juan Vivas viaja a Madrid con alegría, con la
alegría de saberse el alcalde más votado de España; pero
como el horno no está para bollos, los ministros de su
partido distan mucho de ser lo dadivosos que eran los
barandas socialistas. Vivas, oye, ve y calla. Pero en su
fuero interno arde la llama de la rabia contenida.
d) El delegado del Gobierno debe estar que trina. Y no es
para menos. En la ciudad se siguen quemando coches. Y, para
más INRI, ahora le ha tocado el turno al vehículo de
Mohamed Alí; segundo dirigente de la Coalición
‘Caballa’. Hecho condenable pero que invita a pensar… de
manera torcida.
e) Me llama un funcionario del Ayuntamiento, aunque algo
tarde, pero ya saben ustedes lo de que más vale tarde…, para
decirme que le gustó muchísimo lo que escribí acerca de la
primera comparecencia de Francisco Márquez, consejero
de Hacienda, para hablarles de recortes a los funcionarios.
Se refiere el lector a lo que le dije al portavoz del
Gobierno: “Usted se ha dirigido más al oído de los
funcionarios que al corazón; sin caer en la cuenta de que
todo el mundo tiene corazón y no todo el mundo tiene oído, y
se armó la marimorena”.
f) A propósito de Francisco Márquez: he indagado a
conciencia para saber si, después del mal momento que ha
pasado, y que está pasando, en sus negociaciones con los
sindicatos, ha pensado ya en dejar sus cargos locales y
quedarse, única y exclusivamente, con el de diputado del
Congreso. Cargo que no es moco de pavo. Créanme que no me
atrevo a decir, de momento, esta boca es mía.
g) Si escribes en un periódico durante muchos años, y tienes
trato casi diario con el editor, no es nada extraño que te
levantes un día con el deseo de mandarlo donde el viento da
la vuelta. Si ello no ocurriera, seguramente es que
antepondrías en cómo debe primar la lealtad. Conviene, pues,
conllevarse. Tarea que no es fácil, pero sí recomendable.
h) Para el político la prensa siempre es perversa, incluso
para el político que triunfa. La cita es de Leopoldo
Calvo Sotelo. Y Juan Vivas parece ser que la
asume al pie de la letra.
i) A Vivas llevo ya mucho tiempo sin tan siquiera dedicarle
los tres adjetivos de rigor que recomendaba Juan Ramón
Jiménez; pero es que me he vuelto, a la vejez viruela,
un descastado de tomo y lomo.
j) Me dicen que mencione el nombre de un tonto con título de
entrenador y que haya ejercido en categorías superiores y,
además, trate de sentar cátedra en radio y televisión con
sus comentarios. Y me sale con celeridad el nombre de
Juan Manuel Lillo. Más conocido como ‘Juan malillo’. A
quienes somos capaces de oír la retransmisión de un partido
donde él haga de glosador, deberían premiarnos con largueza.
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