El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) desplegó y coordinó
ayer, con la colaboración de la Policía Local y en compañía
de inspectores de trabajo, un operativo para la detección y
clausura de almacenes y talleres clandestinos de desguace de
vehículos. Al menos dos de estos locales fueron clausurados
tras comprobarse que no cumplían los requisitos de
legalidad.
El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) desplegó y coordinó ayer
un operativo para la detección y clausura de almacenes y
desguaces ilegales de vehículos. La operación se llevó a
cabo a primera hora de la mañana y se realizó con la
colaboración de la Policía Local y junto a inspectores de
trabajo, pues también se trataba de localizar trabajadores
clandestinos. El operativo se desarrolló en unos cinco
puntos de la barriada del príncipe y aledaños, y se saldó
con la clausura, según los datos a los que ha tenido acceso
este diario, de al menos dos de estos almacenes. Según se
señaló desde el CNP, la operación se encuentra aún abierta,
por lo que no se ofreció un primer balance de los vehículos
que han quedado inmovilizados ni cifras sobre el número de
trabajadores ilegales que se hayan podido localizar hasta el
momento en los aparcamientos y talleres sin licencia.
Tal como ha podido conocer EL PUEBLO de fuentes próximas a
la investigación, el operativo se enmarca en la lucha contra
el problema del abandono, desguace y quema de vehículos en
la vía pública, un delito contra la seguridad ciudadana pero
también de carácter medioambiental.
Mohamed Amar, dueño de uno de los almacenes clausurados, que
se ubica en la carretera de acceso a la ITV, en plena N-362,
justifica la falta de licencia en la demora de la concesión
de la correspondiente licencia administrativa. Amar explicó
en declaraciones a este diario que su negocio, que describe
como un “parking de coches al aire libre”, se encuentra
abierto desde hace aproximadamente un año y medio, pero que
solicitó la licencia de actividad hace “seis o siete meses”.
Al no poder presentar la documentación a los agentes ayer,
este aparcamiento -acotado con un rudimentario cerramiento a
base de chapas- fue precintado. Según el propietario, que
asegura que paga su alquiler y está al “corriente” de los
impuestos, en su local se almacenan coches de “gente
extranjera que viene y los deja aquí durante unos meses”, y
de los cuales afirma que da parte a las autoridades, en
concreto a la policía.
Amar asegura que su actividad “no hace daño a nadie”, que
sólo trata de “dar de comer” a sus hijos y que además,
“colabora” con la ciudad, ya que de este modo, y mientras se
encuentran almacenados en su aparcamiento “no hay tantos
coches por las calles”.
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