La Consejería de Educación de Melilla ha mostrado ayer su
respaldo a la postura del Ministerio sobre la derogación de
los temarios de oposiciones y ha considerado que hay otros
problemas más graves, como cambiar la convocatoria
uniprovincial, que afecta a los melillenses que optan a la
docencia.
A preguntas de los periodistas, el consejero de Educación y
Colectivos Sociales, Antonio Miranda, se ha referido a “la
famosa Ley Murillo de uniprovinciales”, que ha provocado en
Melilla situaciones en las que opositores que han rozado el
10 en sus exámenes no han obtenido plaza por este modelo de
convocatoria.
Para el consejero, esto es “un mal presagio” para los
jóvenes melillenses, ya que puede pensar en no esforzarse
por sacar la mejor nota posible al comprobar cómo tampoco es
garantía de aprobar las oposiciones y obtener una plaza en
propiedad.
En su opinión, este sistema no es justo y perjudica a los
habitantes de Melilla y a los muchos profesores interinos
que trabajan en la ciudad autónoma, actualmente unos 1.200
entre Primaria y Secundaria, que suponen un 30 por ciento
del total de la plantilla.
Asimismo, ha criticado el “atraco” que supone para los
opositores el hecho de prepararse durante dos años para una
especialidad de la que al final no se ofertan plazas, algo
que se comunica oficialmente pocas semanas antes de los
exámenes y ha calificado este hecho como “una vergüenza del
Gobierno socialista”.
Matrículas
El Gobierno de Melilla ha recibido un total de 1.098
solicitudes de ayuda para el pago de matrículas
universitarias, una iniciativa puesta en marcha en el curso
2007-2008 para compensar los gastos de estudios superiores.
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