Todo parecía indicar que A.L. se iba a conformar con los
tres años y dos meses de cárcel que le ofrecía el fiscal si
se conformaba como autor de un delito contra la salud
pública. El acusado incluso había escrito una carta durante
su estancia en prisión para reconocer los hechos y pedir ser
juzgado lo antes posible. Pero ayer, cuando llegó el momento
de comparecer dijo que no se conformaba con la pena y que
quería declara ante el juez del Penal número dos.
El imputado, que fue pillado en el puerto el pasado 14 de
agosto con 15.747 gramos de hachís escondidos en el respaldo
del asiento trasero del Mercedes que conducía, aseguró no
conocer el origen de la droga. Según sostenía el acusado, el
hachís se la podría haber introducido en el coche el hombre
que se lo había vendido esos días. El supuesto vendedor no
fue localizado en diligencias previas, pero el imputado
aseguraba que los datos del individuo figuraban en los
papeles del seguro del coche.
A preguntas del Ministerio Fiscal de cómo podría recuperar
la droga su supuesto propietario, el acusado dijo que habían
quedado en Valencia, donde el reside, para terminar el
proceso de la compraventa. Y es que, A.L. no disponía de
ningún documento que acreditara que le había comprado el
vehículo a ese otro individuo, al que dijo haber conocido
durante el último Ramadán.
Finalmente, el fiscal solicitó una pena de cuatro años de
prisión. La abogada de la defensa pidió la absolución y
sostuvo que el anterior dueño pudo manipular “fácilmente” el
vehículo y que recuperaría la droga en el viaje a Valencia
que había acordado.
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