La visita del presidente de Bankia,
Rodrigo Rato, a nuestra ciudad ha tenido un especial
significado para quienes confiábamos en verle regresar como
Vicepresidente y factotum del Gobierno de Rajoy. Pero no ha
podido ser o el gran yogui Rato, discípulo predilecto del
maestro de yoga español y prolífico autor Ramiro Calle, no
ha querido volver a desempeñar funciones de gobierno, porque
después de dirigir el FMI, tal vez centra su carrera
profesional en la banca y no apetece ministerios. ¿Y puede
España permitirse el lujo de que mentes prodigiosas cómo la
de este homebre no forme parte del Ejecutivo? A mi entender
no.
Y el hecho de que presida Bankia no me parece suficiente
para lo que puede dar de sí, es más me parece mezquino
porque quienes le admiramos desde sus inicios como político,
siendo muy joven, en la vapuleada AP de Manuel Fraga,
siempre le postulamos para las más altas funciones. Que no
ha llegado a alcanzar por culpa del gran deporte nacional,
ya saben, la envidia. Pero, pelillos a la mar, cualquier
mensaje sea directo, indirecto o tangencial del economista
va a ser sorbido con avidez y muy valorado, pocas veces
falla en sus diagnósticos y la visión claramente optimista
sobre la gestión de esta ciudad que ha reflejado en sus
manifestaciones, es acicate para todos y un espaldarazo al
Gobierno de Juan Vivas.
Punto, aparte y comentario: ¿Quién será el de la oposición
que se rasga las vestiduras y acusa a Vivas de estar
realizando una campaña ininterrumpida de marketing electoral
porque en “algún” medio “alguien” de la cuerda del PP
resalta sus logros? ¿Qué quieren que se diga? ¿Qué Rodrigo
Rato llegó y zahirió al Gobierno? Pues no fue así y para
berrinche de los enanos mentales, la visita de Rato no ha
hecho sino inyectar una buena dosis de esperanza y de
optimismo con respecto al futuro y a la evolución positiva
de Ceuta. Las suyas han sido declaraciones públicas y
publicitadas y el presidente de Bankia no es de los que “se
pillan los dedos” dando una especie de cortés “visto bueno”
a una gestión que él considere desastrosa.
Cuando el ex director del FMI da el hisopazo sale rociada el
agua bendita que va a recaer sobre un modo de funcionar y de
administrar que merece su OK. Y con ese OK esperemos que
lleguen amplios y buenos créditos para las pymes y las
familias para que corra el dinero y se genere prosperidad.
Porque precisamente uno de los grandes compromisos adquirido
por el Partido Popular durante la campaña fue la consecución
de que los créditos vuelvan a aflorar, tras años de usura,
deshaucios de pobres familias, arbitrariedades, abusos, poca
vergüenza y sequía crediticia. Mucho y muy malo han hecho
los bancos cómo para que el pueblo español les perdone si no
es a muy largo plazo y tras un gran resarcimiento por parte
de las víctimas.
Así la oferta del presidente de Bankia de ser el más
importante respaldo financiero para Ceuta ha sido recibida
como agua de mayo, porque supone un compromiso de futuro y
otorga una aún mayor solidez a las políticas desarrolladas
hasta este preciso momento, por el Ejecutivo de Vivas. ¿Y
resulta providencial la correlación entre los planes de
ajuste y recortes anunciados por Paco Márquez y la posterior
visita de Rodrigo Rato? Indudablemente sí, porque el
economista habrá podido comprobar sobre el terreno la
eficacia del Gobierno ceutí a la hora de seguir al pie de la
letra los dictámenes de Madrid y aunarse a la política de
austeridad predicada desde el primer momento por Mariano
Rajoy. Rato jamás respaldaría a una gestión de despilfarro y
conchabanza y si presta su apoyo es porque le salen los
números y considera que los deberes están bien hechos.
Fructífera aunque breve visita, que supo a bien poco, ahora
a esperar los resultados.
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