LUNES 30.
Gonzalo Fernández de la Mora era un político de la
derecha española que se manifestaba en los años cuarenta
rasgando carteles de la película ‘Gilda’, que
Franco había autorizado. De la Mora era, entonces, un
joven estudiante católico y patriota. De el se dice que un
día va a ver a Azorín y le cuenta, acalorado, que el
escribe por salvar y cantar la patria, regenerar España,
explicar a Dios y otros misterios. El maestro le responde,
tranquilo: “Yo escribo para comer”. La respuesta de Azorín
dejó sin habla a Fernández de la Mora. La anécdota me sirve
para amenizar la charla que mantengo con varios conocidos y,
sobre todo, para recordarles, por si aún están en Babia,
que, debido a la crisis, quienes hemos adquirido la
costumbre de sentarnos a la mesa dos o tres veces al día,
estamos llamados a convertirnos en pluriempleados. Los más
jóvenes quizá no sepan que hubo una época en España donde
los padres de familia tuvieron que lanzarse a un inaudito
frenesí laboral: trabajaban toda la mañana en una oficina;
desde la seis de la tarde en otra; llevaban una contabilidad
de seis a nueve; ponían inyecciones a domicilio después de
cenar…De manera que ni les daba tiempo a saludar a su mujer
ni a ver crecer a sus hijos. Aunque el problema actual es
que quienes tienen varios empleos, y bien remunerados, son
nada más que los políticos y los familiares de éstos.
Martes. 31
La calle es un hervidero de rumores. En los mentideros se
charla más que nunca y se intercambian más impresiones que
de costumbre. Algunos profesores y maestros coinciden en que
no saben las razones que ha tenido el delegado del Gobierno
para nombrar director provincial del Ministerio de Educación
y Cultura a un señor que no residía en Ceuta. Se quejan de
que el nombramiento es un auténtico desprecio hacia las
personas de esta tierra que dan la talla suficiente para
ocupar ese cargo. En lo tocante a la protesta de los
funcionarios municipales por los recortes salariales, la
verdad es que hay división de opiniones. Y, en esta ocasión,
los pareceres son variados. No existe unanimidad de criterio
al respecto. Tampoco se escapa el momento que vive el Hotel
Tryp. Por cierto, que alguien que parece estar al tanto del
asunto, va y dice que el establecimiento hostelero no sabe
ya cómo cobrar los quinientos mil euros que le adeudan
organismos y partidos. A propósito: he dicho que no me creo
que ‘Caballas’ esté en la lista de morosos. De ningún modo.
Y es que Juan Luis Aróstegui, el líder de ‘Caballas’,
será lo que sea…, pero nunca ha rezado como mal pagador. Por
ahí no paso.
Miércoles. 1
Decido darme un garbeo por la ciudad cuando hoy,
precisamente, tenía decidido quedarme en casa para volver a
leer parte de ‘Intelectuales’: libro escrito por Paul
Johnson y que es una joya. Lo recomiendo como un examen de
las bases morales y racionales desde las cuales los
intelectuales aconsejan a la humanidad. Pero a su vez les
digo que sigan sus consejos, si lo creen conveniente, aunque
les recomiendo que jamás secunden su forma de actuar como
ciudadanos. Son, en la mayoría de los casos, gente de mal
vivir. Impresentables a tiempo completo. Llámese
Jean-Jacques Rousseau, Shelley, Karl Marx, Henrik Ibsen,
Tolstoi, Ernets Hemingway, etcétera. A lo que iba, que
en la calle me tropiezo con personas que me cuentan y no
acaban de situaciones grotescas que se están viviendo en la
ciudad cuando la economía viene mal dada. Hay un refrán, de
una vulgaridad apabullante, que dice que con buena picha…
Pues eso, que a partir de ahora vamos a ser testigos de cómo
a muchos líderes de pacotilla se les va a encoger no sólo el
me alegro verte bueno, sino que además van a sentir la
pesada carga de la responsabilidad sobre sus hombros. A ver
si son capaces de salir ileso del embolado al que tienen que
hacer frente.
Jueves. 2
Voy al dentista muy de mañana para que me mire un puente que
me viene dando la lata y me encuentro en el camino a un
lector de los que me suele contar, cada vez que nos vemos,
sus impresiones sobre mis opiniones. En esta ocasión, el
hombre va y me dice, y está en su derecho, que viene
observando cómo, últimamente, vengo haciendo de la crisis
económica un drama. Y me recomienda que no es conveniente
exagerar en los medios lo que está ocurriendo. Y a mí sólo
se me ocurre responderle con esta definición del pánico de
los parados. Aunque me resulte tristemente trivial insistir
en ello. Más allá de la inquietud material, el hombre
privado de trabajo experimenta un miedo irresistible. Y no
sólo culpa a la sociedad que le ha arrebatado la posibilidad
de ganarse la vida, sino que también duda de su capacidad.
Lo he contado ya no pocas veces: un hombre sin trabajo va de
un lado a otro por la casa como un perro abandonado. Sobre
todo al volver de la calle sin haber encontrado la menor
posibilidad de emplearse. Y es entonces cuando, si se entera
de la corrupción de algún político, se enciende de modo que
la tensión se le dispara. Y lo que estoy diciendo no es
ninguna exageración. Como no lo es verse, de la noche a la
mañana, con bajada de sueldo, o bien sometido a la
incertidumbre de saberse abocado a perder el empleo. Estas
situaciones hay que explicarlas con ejemplos de hechos
lamentables que se están produciendo y no ahondando en
cuestiones técnicas económicas, tan farragosas como para que
puedan ser entendidas por la gente corriente y moliente.
Tras hablarle así, al lector de mis artículos, me despedí de
él hasta otra ocasión.
Viernes. 3
José Antonio Carracao, a quien días atrás le recordé
que era un jartible por estar siempre redoblando el tambor a
costa del hermano de Juan Manuel Doncel -sí, hombre,
el engrasador que entró a trabajar por obra y gracia de la
dedocracia-, parece ser que ha estado más que espabilado en
el asunto correspondiente a los recortes salariales de los
funcionarios municipales. Es decir, que ha tardado nada y
menos en reunirse con los delegados sindicales para ponerse
a su disposición. Y hasta les ha animado a pensar que lo
dicho por el consejero de Hacienda, Francisco Márquez,
puede quedarse en agua de borrajas. Vamos, que él cree que
ha habido más ruido que nueces a la hora de anunciar los
recortes por parte del diputado. Cuando estoy escribiendo
estas líneas todavía no sé nada acerca de la reunión que
está manteniendo el titular de Hacienda con los delegados
sindicales; pero una cosa es segura, para dar malas noticias
es necesario tener más habilidad que la demostrada por
Mesut Özil manejando el balón con su pierna izquierda.
Que para las buenas me basto hasta yo. José Antonio Carracao
se ha apuntado un tanto a la hora de defender a los
funcionarios. Pero tendrá que acompañarlo con otro: estar de
acuerdo en que se les aprieten las clavijas a los
funcionarios que se pasen sus obligaciones por el forro. Y
es que los privilegios deben ser perseguidos y abolidos. Ay,
cuántos disgustos e injusticias han proporcionado siempre
los privilegios…
Sábado. 4
Decido salir, un sábado más, a tomar mis copichuelas por el
centro de la ciudad. Y coincido en una cafetería con dos
matrimonios que están convencidos de que España es una ruina
si la derecha no gobierna. Y a mí me da por contarles algo
que explica muy bien Juan Eslava Galán en ‘Los años
del Miedo’. “La sociedad bienpensante y burguesa, que antes
de la guerra era hipócrita, se torna aún más hipócrita. Un
famoso y voluminoso ministro perora, con la vacía retórica
propia del discurso oficial, sobre la tradición que nos trae
la necesidad de clavarnos de nuevo en la vanguardia de la
Contrarreforma y exalta ese viejo destino español de aclarar
con las luminarias del espíritu la amargura de las
incertidumbres y de las noches”, para después de los gritos
de rigor, del tremolar de banderas, de la entonación de
himnos, irse de parranda con los amigotes, cenar dos platos
de codillo y flan de ocho huevos en un restaurante
clandestino y encamarse con una puta de postín en sábanas de
seda. Y la respuesta llega rápida: “Manolo, de tanto
leer se te va a quedar a ti la sesera como al Quijote”. Y,
de pronto, me pongo a pensar en la próxima visita de
Rodrigo Rato a Ceuta. Y la pregunta que a mí me gustaría
hacerle al todavía director de Bankia: ¿Tantos y
aprovechados estudios ha cursado usted para estar ganando
dos millones y medios de euros al año?
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