CEUTA, mucha mar por delante..
trae la esplendida silueta de un navío, libre de amarras y a
la espera de la orden de su Comandante, de largar velas,
navegar hacia el Oeste, acercándose al viento, para “ganar a
barlovento”.
Con esa nostalgia de la marinería, son los recuerdos de la
evocluón, la arquitectura, proyectos de la máquina en el
hormigón y la realidad pura...
Aquellas bandadas a granel de los “paraguayos” si la gente
joven, no sabe que era eso de los “paraguayos”..., si, eran
nuestros hermanos peninsulares, que parecían “quintos que
venían a alistarse”, desde la bajada de los baracos VIRGEN
DE AFRICA, CIUDAD DE TARIFA, VICTORIA y el inefable
CHUMBO,.. en el Muelle ESPAÑA, esa muchedumbre, frente al
DELFIN VERDE, miraban los paraguayos , las Murallas del Foso
San Felipe y LA BANDERA NACIONAL, contoneandose tan coqueta
y tan morena..
Iban avanzando la acera, y empezaban atónitos y pensativos a
mirar la ristra de tiendas y bazares del PASEO DE LAS
PALMERAS, y decía así: Bazar DIPU, Bazar JOMI, Bazar LISBOA,
El Estanco, EL TESORO ESCONDIDO, KISHINA, VILLATORO,
BARBERIA FERRON, COMERCIAL MARBELLA, VANESSA, MANA, PEPE
INDIO, LUMAR, DASWANI DE PEPE MULA, NUEVA INDIA, ferretería
AGUILAR, PACO PORTAL, SONIANA, RUPA, BARTOLO DE TIVOLI,
OSCAR INTERNACIONAL, AUTO INDUSTRIA, SHALIMAR, CASA TELE,
CASA PARRES, EL BARATO, BAZAR CARLOS.
Ya se habría el afluente comercial , el Puente LA ALMINA, y
la marabunta, se diluía por el BAR CANARIAS.
Debajo del reloj del mercado de abastos, y tirando para
arriba calle Real, mejor dicho Paseo del REBELLILN, las
cuchillas SCHICK, los paraguas, los jabones LIFE BOY, los
relojes MORTIMA, FLICA y CAUNY, los relojes de cucú, las
raquetas de tenis SLAZENGUER, las máquinas de escribir KOVAC,
la cámara fotográficas MEIKAY, podría estar todo el día sin
parar, recordando productos, aunque SANYO, se llevaba la
palma, jamás en la vida he visto una marca venderse sola...
aquellos tiempos, CEUTA, era un mercado persa, los clientes
entraban y salían sin parar.
Yo era un chiquillo y en una esquinita del mostrador,
despachaba mecheros de música, despertadores de petaca, los
gatos del tiempo, los bolígrafos PARKER, y de vez en cuando
ayudaba a empaquetar los magnefotones, los tocadiscos
SILVANO, AIMOR, SANKYO, que iban “todo en uno”.
TREINTA AÑOS se van a cumplir, que entré en el “HORNO” como
decía mi padre , como se llamaba el trabajo del Bazar, las
luces fluorescentes te abrasarán... EL PASEO DE LAS
PALMERAS, es otra cosa.
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