El Juzgado de lo Penal número uno acogió ayer la vista en la
que se acusaba a M.Z. de un delito de robo con intimidación
en grado de tentativa. Los hechos tuvieron lugar el pasado
16 de noviembre cuando la imputada sustrajo de la caja
registradora de la cafetería ‘Milord’ la recaudación del
día. No obstante, la camarera se percató de los hechos y la
detuvo hasta que llegó la Policía. La fiscal pide la
expulsión para la acusada.
El pasado 16 de noviembre, M.Z. le pidió a la responsable de
la cafetería ‘Milord’ que la dejara entrar al baño para
lavarse las manos. El local ya estaba casi cerrado y la
camarera se encontraba en la terraza, recogiendo las mesas.
Como la muchacha conocía a la mujer de verla por allí, la
dejó entrar. Una vez en el interior, y como confesó ayer en
en los juzgados, M.Z. vio la caja abierta y se fue hacía
ella para coger el dinero. No obstante, la acusada por un
delito de robo con intimidación en grado de tentativa,
aseguró que al verse descubierta devolvió todo el dinero que
había cogido. La imputada alegó que ella no se quería llevar
nada y que sólo pedía marcharse, pero que la camarera llamó
a sus jefes y compañeros, y que estos no la dejaron irse.
Una versión muy distinta a la que ofreció la encargada de la
cafetería. La muchacha aseguró haber escuchado como la mujer
abría la caja, y que cuando entró la descubrió al lado de la
misma. Después de forcejear con ella avisó a sus compañeros
que acudieron a la llamada para reducir a la mujer, según
relató la camarera, que explicó que registró a la presunta
ladrona para recuperar el dinero de la caja que “se había
quedado vacía”.
La fiscal solicitó para la imputada dos años de prisión a
sustituir por la expulsión del territorio nacional durante
diez años. Mientras la defensa alegó que el hecho se produjo
por el descuido de la camarera que dejó entrar a la acusada
a pesar de que la conocía a ella y al marido, que incluso
dejaba deudas en el bar. Actualmente la acusada, que carece
de permiso de residencia, se dedica a la mendicidad.
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