La primera intervención del Ministro de Educación, Cultura y
Deporte, José Ignacio Wert, ante el Congreso de los
Diputados en la tarde de ayer, ha dado lugar a las primeras
reacciones en el ámbito sindical de la enseñanza de nuestra
ciudad. Sus responsables muestran satisfacción por el
anuncio de Wert de poner en marcha el Estatuto Básico del
Docente, pero se mantienen a la espera de más concreción en
asuntos como los cambios en Bachillerato y Educación
Secundaria.
La primera intervención de Jose Ignacio Wert, Ministro de
Educación, Cultura y Deporte, ayer ante el Congreso de los
Diputados, ha suscitado ya las primeras reacciones en el
sector sindical de la enseñanza ceutí. La comparecencia de
Wert, muy esperada un mes después de sus primeras palabras
como ministro, sigue dejando bastantes incógnitas a
responder en opinión de varios sindicatos, como por ejemplo
la nueva estructura de la Educación Secundaria, (que pierde
un curso), y el Bachillerato (gana un curso). “No tendrá
efectividad si no está enmarcado en una verdadera reforma
del modelo pedagógico actual”, dicen desde ANPE, que afirma
que esta reforma no puede quedarse en sustituir un curso por
otro. “Es preciso llevar el sistema educativo en su
totalidad hacia parámetros que reconozcan el esfuerzo
individual y el conocimiento, otorguen peso a las materias
troncales en la enseñanza primaria, acompañen a los alumnos
que presenten dificultades ya en etapas tempranas,
disminuyan el número de asignaturas de la Secundaria a favor
de la profundización”.
Para UGT, el cambio anunciado podría suscitar “problemas
adminsitrativos”, y sigue sin quedar claro si los años serán
los mismos. Paco Lobato, secretario general de enseñanza del
sindicato, explica además que, aunque ve la intervención de
Wert como una “batería con buenas intenciones, habrá que
esperar medidas más contretas” para ponerse de su lado. “Ha
anunciado un nuevo sistema de oposiciones, pero no si van a
salir plazas este año, por lo que nos quedamos igual”,
matiza. En este sentido incide también Remedios Acosta,
desde ANPE, diciendo que “a estas alturas de año los
opositores deberían tener claro si habrá plazas o no. Creo
que debido a las jubiaciones la tasa de reposiciones debería
ser superior al 10%”. En cuanto al impulso de la autoridad
del profesor en el aula, UGT se muestra conforme, no tanto
así con la mención del término “excelencia” en relación a la
educación, un vocablo que Lobato “teme” por su asociación
con la política de Esperanza Aguirre en la Comunidad de
Madrid.
“Mientras no signifique lo mismo en boca de Wert,
intentaremos no preocuparnos”, concluye, restando
importancia al interés generado en las redes sociales por la
eliminación de la asignatura de Educación para la Iudadanía.
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“Diálogo sincero” para una vieja reivindicación
La norma marco que defina la
profesión docente y establezca las condiciones de la carrera
profesional desde el acceso a la jubilación es una de las
reivindicaciones más constantes para el sindicato ANPE. Por
ello, tanto para su representante local, Remedios Acosta,
como para Estefanía Lara, de CSI.F y Paco Lobato, en UGT, el
anuncio de poner en marcha el proceso de aprobación del
Estatuto Docente es algo muy positivo, siempre y cuando se
mantenga el diálogo con los sindicatos, y que el diálogo
“sea sincero”. Así lo afirma Paco Lobato, que recuerda que
este documento lleva en proceso largo tiempo pero no ha
conseguido aprobarse hasta el momento ya que los sindicatos
no han conseguido que incluya sus reivindicaciones. ANPE
considera que el Estatuto Docente deberá plantearse “en
términos de perdurabilidad y con visión de futuro”. De esta
forma, y desde el punto de vista del sindicato, el estatuto
deberá contener planteamientos que permitan a los docentes
“desarrollar una verdadera carrera profesional”.
¿Cómo piensa concretar el ministro el desarrollo de esta
carrera docente?, se preguntan los sindicatos, entre los que
ANPE considera que el Estatuto “deberá establecerse el nuevo
sistema de ingreso a la docencia, que no puede ser una
normativa aislada sino imbricada en la estructura básica que
defina la profesión docente”, una reivindicación que el
profesorado nacional lleva haciendo durante muchos años.
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