Bueno, pues…, de donde y adonde van los defensores a
ultranza que le salen a alguien que todos conocemos, que
dominan a los asalariados necesitados y que además escriben
sus panfletos?.
Puedo entender que ahora, tal vez, muchos no tengan más
remedio que someterse, ya que sus prebendas y sueldos, a
veces inmerecidos, solo dependen de él. Y comprendiendo esa
necesidad es lo que me impide hablar con ellos de hombre a
hombre, con sus nombres. Por eso prefiero hablar sin que
nadie escuche sus nombres y apellidos…¡Que existen y que
conozco!.
¡Sabéis que en Ainara actualmente apenas no hay nadie!.
Tocas una puerta y no se abre, ni tan siquiera en las calles
tampoco hay gentes nuestras que estén de acuerdo con muchas
de las cosas que pasan. Solo hay ojos y orejas que escuchan
y hasta cierto punto discrepan de todo lo que esta pasando.
Y simplemente, solo saben y sienten que un partido fuerte se
esta suicidando. Y cuando hablas con ellos solo saben
responder con un vago…¡Vale!.
¡Y cada día son más los represaliados! Y yo siempre me
pregunto…¿Por qué, esa manía de buscar enemigos
innecesarios?.
Será el miedo a perder un poder terrenal, que como mucho
apenas dura unos pocos años. ¡No lo entiendo!. El tiempo de
vida de las personas es apenas un día y un día es casi nada
en la vida de los hombres. Luego, la tierra y las cenizas
harán olvidar nuestros nombres y hechos. ¡Esta es,
terriblemente, la vida de las personas!. Entonces… ¿Qué van
a hacer nuestros ejecutores con los muchos días que les
faltaran para hacer…nada?
Los hombres y mujeres de Ainara, ya no miramos como los
niños a quienes parece que todo les falta, sino que queremos
correr libres por nuestras ideas sin que nadie venga a
robarnos nuestros sueños de democracia y gobierno. Por ello,
aunque en la oscuridad actual sigamos tanteando las paredes
para buscar una salida, estoy seguro que alguna vez
encontraremos la luz que salvara nuestra forma de pensar. Y
estoy seguro que antes o después cazaremos de nuevo lo que
nos pertenece: ¡Una sede abierta y segura para aquellos que,
conforme a nuestras ideas, defendemos unos ideales de futuro
y de gobierno sin mentiras para todos!.
Ahora, viendo las represalias del que cree que manda, no sé
que hacer, si ser olvidadizo o respetuosamente mostrarme
asustado y humillado. Porque desde mi ventana solitaria ¡Yo
no tengo nada que perder!. Pero me duele observar como
muchos de los nuestros son mordidos y heridos por los fríos
dientes de los que ambicionan y ostentan el poder.
Me duele el daño que están causando a las personas que
estimo, pero creo que aunque intente cambiar, a saludar de
nuevo con esmero, a cuidar las apariencias, hasta a ser todo
lo que ellos quieran, nada va a cambiar. ¡Ellos seguirán
mordiendo e hiriendo a las gentes que aprecio!. Y todos los
que me lean saben de quien y de qué estoy escribiendo. Yo he
intentado comprender lo que no debo hacer para no hacer daño
a los míos. ¡Ellos, no lo han entendido y siguen
acorralándoles!.
Más… ¿Cómo reprocharles su delirio de poder? ¿Cómo
explicarles los caminos por los que se están perdiendo?
¡Como hacerles comprender los errores que están cometiendo?
Absurdo será cualquier intento. Ellos, creo que habitan en
la soberbia y en la desconfianza, y estos son malos
compañeros de piso…¡Para cualquiera!.
Por eso, conociendo las veleidades humanas del poder, no se
si continuar o no, si marcharme o seguir, si seguir
caminando o detenerme…Pero, siempre pienso… ¿Por qué dudo
ante su soberbia y tozudez? Si ellos, han decidido
obstinadamente seguir la senda de su ambición sacrificando a
los demás en lo que sea. Por ello, he llegado a la
convicción de que no me rindo, ni de que me rendiré nunca.
Hay que luchar contra esas actitudes de tiránica ambición
personal que nos llevaran a todos a la desaparición como
partido fuerte en nuestra ciudad. ¡Porque ahí, si que
perdemos todos…todo lo conseguido!.
En la vida siempre hay que tomar una dirección para que esta
tenga sentido, y yo he decidido tomar la mía, luchar contra
la opresión del más fuerte. Porque vivir con dignidad ¡Es
importante para las personas!. Y como dicen los anuncios
¿Quieres algo malo para los tuyos? Pues simplemente hay que
decir ¡”NO”!, y… ¡Nada más!. Así de simple y de sencillo,
pero hay que decirlo y mantenerlo.
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