¿Cuantas veces no habremos comentado el grado de
deshumanización al que ha llegado la sociedad? Por lo
general los ciudadanos no quieren problemas y el hecho de
socorrer a una víctima y llevarla al hospital siempre genera
posteriores preguntas, el tener que asistir en calidad de
testigo a diversas diligencias y el verte incomodado, en una
palabra. ¿Sorprendente en la época de las continuas
invocaciones a valores como la solidaridad y la generosidad?
En absoluto, porque una cosa es la parafernalia de los
grandes principios que se predican y otra es la cruda
realidad. Cuando en una barriada hay una pelea, la gente no
se mete porque no quiere problemas, bastantes problemas
tienen hoy los ciudadanos para poner el puchero en el fuego
como para buscarse otros añadidos.
Por eso es destacable el comportamiento de Ismael, vecino
del Príncipe que al comprobar que había un herido como
consecuencia de una riña, sin dar opción al pensamiento
egoísta de “no meterse” ni pensar en que podría ser objeto
de represalias o cómo testigo tener que asistir a
interrogatorios con la consiguiente pérdida de horas
laborables, sencillamente siguió sus buenos instintos, montó
al herido en su vehículo y le trasladó al hospital. Otros
hubieran dudado temiendo que el herido se les muriera en el
coche o que al llegar a Urgencias le hicieran multitud de
preguntas, pero pudo más la conciencia ciudadana que es
seguramente la manera con la que hoy se define lo que toda
la vida se ha llamado “humanidad”. Al hecho luctuoso de un
conflicto entre miembros de una familia que se saldó con una
cuchillada en el cuello, que es una lesión mala porque puede
seccionar la yugular y ocasionar la muerte por hemorragia,
se antepone en esta ocasión el comportamiento ejemplar de un
vecino que tal vez llegó a salvar la vida del herido.
Muchos se preguntarán si en esos casos es mejor “no tocar
nada” y llamar al 061 para que se ocupe o dar aviso a la
Policía para que se haga cargo y yo respondería que se suele
decir que a quienes no hay que mover jamás es a aquellos que
han sufrido un traumatismo craneoencefálico por un accidente
de coche o de moto o supongo que por un palo en la cabeza,
pero alguien con una herida abierta sí se puede evacuar a
Urgencias y ese tipo de ayuda no es un comportamiento
imprudente por poner en riesgo la vida del lesionado, sino
una conducta excepcional.
La “fama” que algunos intentan dar al Príncipe tratando de
estigmatizar la barriada cada vez tiene un mayor perfil de
“leyenda urbana” porque en ese barrio alguna gente riñe,
como en todas partes y algunos se enfrentan cómo en
cualquier sitio y se producen disputas y yo añado que
cualquiera se acerque a cualquier zona de bares de marcha de
cualquier ciudad de España si quiere ver peleas en las
puertas de las discotecas. Pero mayoritariamente en el
Príncipe existen “Ismaeles” dispuestos a ayudar a sus
semejantes, a prestar auxilio y a implicarse-complicarse
interviniendo para trasladar a una víctima sin pararse ni
tan siquiera a reflexionar que esa acción conllevaría el
tener que dar múltiples explicaciones. Buena noticia,
generosidad versus mala noticia, conducta violenta. Y en
este caso la buena opaca a la mala.
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