Al igual que existen “casas con
fantasmas” donde la gente se niega a vivir, el aparcamiento
público de Loma Colmenar, abierto de forma gratuita para
quienes acuden al Hospital Universitario, ha resultado un
fiasco en cuanto a ocupación. Seguramente por un fallo de
marketing ya que se debería publicitar de forma atractiva y
junto a público y gratis añadir “24 h. de vigilancia”, lo
que supondría dos plazas de guardas para dos parados y una
garantía para los usuarios de que sus coches no van a ser
robados ni quemados. Y si a la vigilancia presencial se une
una caseta y un sistema de cámaras de vigilancia, entonces
mejor que mejor porque al público le gusta las cosas
instaladas en condiciones y no el “aquí te pillo, aquí te
mato” de habilitar un parking sin aclarar más extremos.
Lo cierto es que tampoco vendría mal otro vigilante (siempre
de uniforme e identificado) que estuviera pendiente de la
parada de los taxis y del autobús para impedir que se
aparque en esos lugares y colocar carteles alusivos a las
multas, porque de seguir la anarquía imperante a la hora de
aparcar, los policías se pueden cebar sancionando. Otra de
las labores del vigilante sería la de avisar de inmediato a
la grúa y con esa serie de medidas más o menos coercitivas
el público se acostumbrará a aparcar en Loma Colmenar aunque
tenga que andar un trecho para llegar al Hospital. Ya el
hecho de que el nuevo parking sea gratis es un privilegio,
pongo de ejemplo a la Ciudad de la Justicia de Málaga donde
quien acude no es precisamente por diversión sino obligado y
para aparcar hay que utilizar un descampado polvoriento o
totalmente embarrado si caen cuatro gotas. Pero de pago.
Porque los aparcacoches-vigilantes de nosequé asociación,
con sus chalecos y sus gorras, te exigen el correspondiente
euro por estacionar a la intemperie y les da igual que la
gente se meta en los charcos hasta los tobillos y que
aquello esté lleno de baches y de agujeros.
Donde hay un hueco para aparcar ese hueco se capitaliza y
les aseguro que en la Península raramente se oferta gratis
un servicio al ciudadano. De hecho en el Hospital Carlos de
Haya, un feo y enorme mamotreto, si se quiere ir en coche
hay que dejarlo en un parking subterráneo de pago que hay
enfrente, de lo contrario hay que ir en autobús o llegar en
ambulancia.
¿Quieren que les confiese algo? Comparar las instalaciones
del Hospital Carlos Haya de Málaga con las del espectacular
Hospital Universitario de Ceuta, es cómo comparar un
ambulatorio del barrio de los Cuernos con la abolengosa
clínica Dexeus de Barcelona que es donde tratan al rey.
Eso evidencia que en España existen muchas desigualdades en
todos los aspectos, incluso en el laboral, porque la Junta
de Andalucía está enviando miles de cartas a los parados de
la comunidad indicándoles las ventajas de emigrar al
extranjeros y con ofertas laborales para diferentes países,
pero de ese asunto aportaré más datos en otro lugar.
Lo importante es que el espacio destinado a aparcamiento en
Loma Colmenar ni tiene fantasmas ni tampoco mal vagío, así
que la gente se tendrá que acostumbrar a estacionar el coche
correctamente en ese espacio vigilado y encima gratis, lo
que parece algo injusto, porque con tan solo abonar
cincuenta céntimos por vehículo aparcado, que es la mitad
que en cualquier otro lugar, los vigilantes podrían sacar
unas propinas y para quien tiene para llegar en un coche y
con gasolina en el depósito medio euro tampoco le va a
suponer descapitalizarse ni tener que alargarse a mendigar
un crédito a los tiburones del banco. Una buena opción: o
dejar el coche bien aparcado y pagar cincuenta céntimos
solidarios o que el vigilante de la puerta del hospital
llame a la grúa y entonces tener que pagar multa y grúa, las
dos cosas y para eso sí hay que meterse en préstamos porque
suele resultar bastante oneroso.
He dicho antes que lo importante es que el parking de Loma
Colmenar no está encantado y no se aparecen los espectros ni
el hombre lobo en luna llena, pero aún más trascendente es
que el hecho de aparcar con seguridad puede generar unos
puestos de trabajo para personas que lo necesitan y eso es
aún mejor que el hecho de encontrar un hueco donde dejar el
coche.
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