LUNES 23.
Fue a mediado de los años setenta cuando yo tuve la
oportunidad de visitar al presidente de la Federación
Española de Fútbol, Pablo Porta, en su despacho de la
calle de Alberto Bosch. Lo hice acompañando a Antonio
Seguí, presidente del Mallorca. La personalidad de Pablo
Porta era incuestionable. Pronto se hizo con las riendas de
la conversación y nos explicó los pormenores de la Segunda
División B. Nos dijo que era una categoría que había sido
pensada para que sirviera como colchón muelle a los equipos
que en poco tiempo descendían de Primera División a Segunda
y de esta categoría a Tercera. Equipos como el Deportivo de
la Coruña, Cádiz, Celta de Vigo, Rayo Vallecano, etcétera. Y
también para acoger en su seno a equipos con aspiraciones y
merecedores de salir de ese pozo que era la Tercera
División. Casos como el Xerez, Ceuta, Calvo Sotelo, Ferrol,
Orense, Mallorca, Cartagena… Pero que muchos directivos de
equipos de pueblos con campos inadecuados y pocas
posibilidades económicas, querían formar parte de esa
categoría. Y Pablo Porta, que sabía más que Lepe, nos dijo
que la categoría nacía muerta. Hace ya mucho tiempo que lo
vaticinado por Porta se ha cumplido. Esta temporada, sin
embargo, en el Grupo IV, al margen de la ruina general que
impera en todos los equipos participantes, destaca la
bancarrota que existe en el Poli Ejido y en el Sp.
Villanovense. Dos equipos que están adulterando la
competición. La RFEF debe acometer reformas cuanto antes.
Martes. 24
Coincido con Natalia Gómez y Ana Portillo
tomando el aperitivo en un bar de la calle Jáudenes. No es
la primera vez que se me presenta la oportunidad de hablar
con ellas. Las dos me dijeron hace ya mucho tiempo que me
suelen leer. Y, por tanto, saben sobradamente que se han
ganado mi aprecio. Faltaría más. Ambas son lectoras
convulsivas. Y cada vez que nos vemos no tenemos el menor
empacho en recomendarnos libros. Hoy me ha tocado a mí
decirles que procuren por todos los medios leer ‘La casa del
padre’. El autor del libro es Caballero Bonald. Ellas
me piden que les diga de qué trata la cosa. Y no tengo el
menor inconveniente en contarles que es la vida de un tiempo
de Jerez donde los bodegueros son parte principalísima.
Natalia y Ana me dicen que les gusta mi escritura cuando me
da por usar el popularismo coloquial. Y, claro, terminan
preguntándome qué quiere decir esa frase hecha de juntar
chinitas con los pies. Y les digo que es preparar
disimuladamente una traición. Y les pongo el siguiente
ejemplo: “Aunque creas que María es buena amiga tuya no te
fíes mucho porque yo creo que te está juntando chinitas con
los pies”. Ambas amigas me agradecieron la explicación.
Miércoles. 25
Hablar del Club Deportivo Mirandés está de moda. Yo he
seguido sus actuaciones y a fe que el equipo ha llegado a
encandilarme. Y Carlos Pouso, su entrenador, es el
hombre más solicitado por los medios. Cual corresponde a los
éxitos de su equipo. Hace nada le pasó lo mismo a Juan
Ignacio Martínez, técnico de la Unión Deportiva Levante.
Así que los dos están viviendo el dulce sueño de la gloria.
Del primero se viene diciendo que es mecánico y que un día
al quedarse sin empleo optó por hacer sus pinitos como
entrenador. Del segundo, se ha venido destacando que fue
guardaespaldas de Isabel Pantoja y que acabó
vendiendo libros de textos y pólizas de seguros. Los
periodistas que airean ambos hechos lo hacen convencidos de
que sus mensajes vienen a demostrar que cualquiera, sin
haber sido futbolista, puede convertirse en un
extraordinario profesional de los banquillos. Y a mí me
parece la mar de bien que cundan esa idea. Aunque choca lo
dicho con la de veces que han venido comentando que José
Mourinho, que lo ha ganado casi todo en el fútbol de
elite, no se ha vestido nunca de corto. Menuda
incongruencia. A propósito del Madrid. Conviene decir que
Iker Casillas, al fin, dijo algo que merece ser tenido
en cuenta. Sí, me refiero a lo que le dijo a Teixeira
Vitienes, nada más terminar el partido en el Camp Nou:
“Vete a celebrar el triunfo con ellos”. Es decir, con los
jugadores del Fútbol Club Barcelona. Es verdad que el
árbitro perjudicó con sus decisiones a ambos equipos, pero
sus grandes errores evitaron la victoria del Madrid. Ay, ese
empujón de Puyol a Benzema… Lo vieron hasta en
la China.
Jueves. 26
Hace ya muchos años que yo conozco a Turia Abselam
Mohamed. Así como a su marido y a sus hijos. A todos
ellos los llegué a conocer por medio de mi familia y porque
con el paso del tiempo llegamos a ser vecinos. He visto
crecer a sus hijos. Y no hace falta que diga que les tengo
muchísimo aprecio. No en vano forman una familia excelente.
Hace dos años, más o menos, Turia perdió un hijo. Y me
consta que viene dedicando todo el tiempo del mundo a tener
la tumba de éste en perfectas condiciones. Eso sí, cada vez
que llega al cementerio de Sidi-Embarek se encuentra con que
el lugar de su hijo está sucio. Debido a que la limpieza de
las tumbas que están por encima propician la suciedad de las
de abajo. Así, por más que ella acuda con asiduidad a
efectuar la limpieza, siempre la halla cubierta de basura.
Me dice que el hecho lo ha referido muchas veces en las
oficinas de la comunidad musulmana. Y que la respuesta es
siempre la misma: que ello se debe a la dejadez de las
brigadas de la limpieza. Y, claro, ha llegado un momento en
el cual no sabe lo que hacer. Convendría que alguna
autoridad municipal, si acaso lee esta denuncia, tomara las
medidas que el caso requiere. Por el bien general de todos
los enterramientos que salen perjudicados de semejante
dejadez.
Viernes. 27
La conversación transcurre sobre el sufrimiento que causan
las enfermedades. Frente a mí tengo a un amigo que lo ha
pasado mal, muy mal, y que le está viendo ya la luz a su
sufrimiento. Aunque todavía le queda por vivir algunos
momentos que, lógicamente, le infunden preocupación. Como no
podía ser menos, después de lo que le ha ocurrido. Si bien
es cierto que mi amigo ha vuelto a recobrar la fe y ésta le
ha hecho venirse arriba. Muy a menudo el dolor en el fondo
produce mucha rabia, cólera y miedo. “Cierto, dice él”. Y me
cuenta que, cuando le diagnosticaron lo suyo, miró hacia
arriba pidiendo explicaciones. “¿Por qué a mí…?”. Él
entiende, por ser mi amigo persona culta, que no siempre el
dolor hace madurar. Sino que también hace que las personas
cambien el carácter para peor. Y tampoco podemos olvidar que
los momentos malos permiten a menudo, descubrir a los amigos
de verdad. Llegados a este punto, me acuerdo de “Vivir el
placer”: libro escrito por Giacomo Dacquino. Y se lo
recomiendo a mi amigo. Ya que no es la primera vez que lo
hago y su lectura siempre causó bienestar a quien decidió
leerlo.
Sábado. 28
Llevo dos días sin darme mi paseo por el centro de la ciudad
y comienzo a sentirme inquieto. El sábado pasado, ahora que
me acuerdo, me pasó ídem de lienzo. Así que a las dos de la
tarde decido darme un garbeo por los sitios acostumbrados.
En uno de ellos me pongo a conversar con alguien a quien le
encanta charlar conmigo de cuanto se encarte. Hoy hemos
decidido no decir ni pío ni del Madrid ni del Barcelona.
Motivo: él es aficionado acérrimo del Barcelona y yo soy
madridista desde que llevaba pantalón corto. Y no como el
director del ‘Diario As’, el tal Alfredo Relaño; que
la primera vez que vio un partido de fútbol tenía ya una
barba que se la pisaba. Más o menos la misma que tiene
actualmente. A lo que iba, que ese alguien y yo nos pusimos
a charlar de la crisis. Que es lo que prima desde hace ya
más tiempo de lo que quisiéramos. Y él hombre, que no es
tonto, va y me dice que tal y como están las cosas de mal,
no sería mala idea volver a poner en práctica algunas
medidas caseras de la época de nuestra posguerra. Y le digo
que me cuente una de ellas: “Como tú bien sabes, Manolo,
en aquellos tiempos de hambruna, había familias que bien en
corrales, patios y azoteas, situaban jaulones de alambre en
los que un par de gallinas y una coneja paridora
suministraban el mínimo de proteínas necesario para mantener
a la familia humilde. De modo que ahí tienes una idea para
que la publiques, si a bien lo tienes. Publicado está,
amigo.
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