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Es tarea principal de los
Gobiernos, local y nacional, en los tiempos que corren,
transitar por la escarpada senda de los recortes y “ajustes”
y, al tiempo, dejar expeditas las vías que hacen posible el
mantenimiento de unos mínimos niveles de calidad en la
prestación de los servicios públicos, derechos ciudadanos
cuya conquista tanto esfuerzo ha costado en los países
desarrollados. También lo es sacar al país y, en el caso de
Ceuta, a la ciudad, del agujero del paro, en el que tantos
millones de españoles y miles de ceutíes se encuentran
atrapados. No es tiempo fácil para gobernar, pero es
responsabilidad y obligación de quienes nos gobiernan que
las palabras den paso a los hechos y que de los hechos se
extraigan pronto los resultados anunciados, anhelados, por
quienes en ellos han puesto sus esperanzas y su confianza.
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OPINIÓN / EDITORIAL
