Se ve que por algo se ha llamado a Ceuta y a Melilla
“Adelantadas” sí, en efecto, también por “eso” pero aparte
da la impresión de que nuestro Presidente es el primero en
llegar a todas partes, para mí que realizó su incursión en
el Ministerio cuando recién acababan de poner los muebles de
los despachos. ¿Y cómo le recibió Morenés? Pues muy bien
porque para los militares Ceuta ha sido siempre Ceuta y
existen unos lazos fuertes e inextinguibles que nos unen con
el Ejército, lazos de respeto, fidelidad y lealtad.
No hace falta mencionar que Juan Vivas sabe historia y más
nuestra Historia y la querencia de los ceutíes por el
Ejército y lo necesario, ventajoso y positivo que sería para
toda la ciudad el que regresaran unas cuantas docenas de
familias de militares y si son cientos mejor que mejor. Para
muchos que podrían incrementarse en general el número de
mandos, cuadruplicarse, pero con la obligación de vivir aquí
con sus familias.
Pero ilusiones aparte, el asunto del suelo militar fue
debatido y es evidente y palpable que se llegará a un
acuerdo con suelo y edificaciones, aunque el hecho de que
pertenezcan a Defensa hace que a todos nos pertenezcan. Se
debatió sobre el suelo, se compartieron buenos deseos y
mejores intenciones y el ministro recibió “el recordatorio”
porque pese a que no le haya dado tiempo ni a realizar el
organigrama y comenzar a funcionar al máximo rendimiento, no
ha perdido facultades auditivas para oír lo que Vivas iba a
exponer, ni modales y sentido del protocolo para tratar de
posponer la reunión hasta que el Ministerio ande organizado.
Ceuta y Melilla comparten las ventajas de que siempre
encuentran las puertas abiertas, que en cualquier ocasión
hay tiempo para recibir a sus mandatarios y que sus
propuestas y proyectos, peticiones y demandas siempre se
trata de que sean satisfechas. Por lealtad. Y por
“Adelantadas”. Al menos Juan Vivas siempre llega el primero
en plan “ejecutivo agresivo”, seguro que hace uso de las
técnicas de la PNL, lleva las lecciones aprendidas de
memorieta, explica su discurso de forma pausada, realiza
sistemáticas “tomas de contacto” previas a reforzar los
posteriores encuentros ya más específicos.
¿Un reto? Invitar al Ministro a que nos visite para
demostrar que existe el cambio, que todo está evolucionando
y que se erradicaron definitivamente aquellas manidas
aprensiones del “no vaya a ser que...”. Con el cambio se
dice por el contrario “¿Que no vaya a ser que...? ¡Pues que
lo sea! A ver, a ver...”. Nuevos tiempos, nuevas costumbres
y el ocaso de los maricomplejines y los licenciados en buena
conciencia.
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