Para Fátima Báñez que con tanto
ahínco luchó por conseguir las bonificaciones de la
Seguridad Social en la pasada legislatura, Ceuta no es en
absoluto una desconocida porque tuvo que “empaparse” de
nuestra realidad a la hora de defender una aspiración que es
de todos. De ahí lo receptiva que, al parecer, se mostró con
todos los problemas que, en la jornada de ayer, le fue
desgranando, seguramente con su estilo parsimonioso y
aportando más datos que una tesis doctoral, el Presidente
Juan Vivas.
Porque las bonificaciones que ya se han puesto en marcha, no
pueden ser consideradas más que la punta del iceberg de un
conjunto de temas que requieren una respuesta de urgencia,
porque pueden frenar el desarrollo de la ciudad. La gestión
de los Planes de Empleo por parte de la Ciudad Autónoma que
es quien mejor conoce las necesidades de la población es un
avance evidente y la ministra demostró especial sensibilidad
por el paro entre los jóvenes, los parados de larga duración
y las familias donde todos sus miembros se encuentran
desempleados. Aunque generar empleo público no es más que un
parche, la rebaja de los tipos impositivos a la que
aspiramos sí constituirá un acicate para las pymes que son
las grandes generadoras de puestos de trabajo y para los
autónomos.
Es cierto que para algunos (de otras Autonomías) la tourneé
de Juan Vivas y el ritmo casi frenético con el que va
despachando con los diferentes ministros, pueda parecer la
aspiración de Ceuta a recibir un tratamiento privilegiado
con respecto al resto de España. Y no es así ni esa ha de
ser la percepción, porque aunque somos profundamente España
y tierra española, las circunstancias hacen que nos
encontremos con dificultades que no comparten en otros
lugares de la geografía, un parado en Salamanca puede
encontrar trabajo y estar yendo y viniendo a las localidades
más próximas. Las carreteras dan mucho juego. Pero aquí la
carretera es marina y se puede cortar cuando al tiempo se le
tuercen los bigotes.
Así para poder vivir en igualdad con el resto de España,
necesitamos satisfacer unas necesidades de las que carecen
los de la Península. En el tema concreto de las inspecciones
de trabajo, no es idéntico nuestro problema de contratación
de trabajadores ilegales que el que puedan tener en
Albacete, porque lindamos con un país donde existen miles de
personas ansiosas por venir a buscar empleo en esta ciudad,
aún en las peores condiciones y ello conculca leyes y
derechos.
Lógica la aspiración de que sean los parados de Ceuta
quienes tengan absoluta prioridad a la hora de ser
contratados para trabajar y legítima la aspiración de
erradicar el empleo ilegal, algo a lo que la ministra se ha
comprometido atendiendo a cuantas razones y argumentos bien
motivados le han sido expuestos. Porque este tipo de
“minicumbres” no son un huevo que se echa a freír, sino que
la delegación ceutí encabezada por el Presidente lleva tras
cada propuesta muchas horas de estudio y de análisis, Todo
bien motivado, cómo si se tratara de una sentencia.
Y de nuevo el tema de los MENA y sus implicaciones con
especial alusión a la gravedad de la situación económica que
ya no permite “pasar la mano” ni “mirar para el otro lado”
sino buscar soluciones al más alto nivel y con implicación
de las diferentes instituciones para impedir que la ciudad
pueda ser utilizada para provecho de quienes carecen de
requisitos cómo para que les amparen unas normas que, por
cierto, van a cambiar y la reforma anunciada por el ministro
de Justicia Ruiz Gallardón repercutirá favorablemente en
todos los aspectos sociales ya que vendrá a corregir
situaciones injustas y abusos institucionalizados. Son las
ventajas del cambio que viene a borrar el inmovilismo ante
las injusticias y las arbitrariedades.
Variedad de temas en el encuentro y una postura abierta,
hasta el punto de que en ningún momento ha parecido que la
ministra haya tratado de “escurrir el bulto” ni de responder
con vaguedades. ¿Tal vez algo apresurada la irrupción del
Presidente Vivas en los ministerios sin haber concedido al
menos los cien días de cortesía? En absoluto, sin perder las
formas sobra la cortesía y sobran los lapsus, porque las
necesidades están y existen y ya se comprometió el
Presidente Rajoy a trabajar desde la misma hora 0 de su
mandato, sin dilaciones indebidas de tipo alguno. El momento
ha sido el idóneo porque cuanto antes, mejor.
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