Cuando un político es designado para un cargo concreto puede
acceder a él de muchas maneras, por ejemplo en plan
“aterriza como puedas”, que es una llegada bastante
accidentada pese a que las pistas de los aeropuertos suelen
tener un buen mantenimiento y los controladores aéreos no
acostumbran cometer fallos. O el político puede tener que
posarse sobre las aguas y encima con la tempestad de las
dificultades económicas y los factores de crecimiento
borrachos cómo cubas por aquello de “beber para olvidar”.
Eso es una amerizaje, que resulta algo extremadamente jodido
y que requiere una serie de maniobras que tan sólo pueden
ser realizadas por auténticos virtuosos. Tomar las riendas
al día de hoy, cuando aún nos quedan dos largos años de
dificultades según el Fondo Monetario Internacional, es una
labor muy dura ya que el político se encuentra con una
realidad bastante calamitosa.
Pero dejando generalidades al margen es evidente que el
nuevo Delegado ha hecho un amerizaje digno de aparecer en
las antologías aeronáuticas, dicen que algo tendrá que ver
el hecho de que su partido sea el de la gaviota, pero Paco
Antonio González se encuentra realizando una ronda en la que
sus puertas permanecen abiertas a todos los sectores y
factores sociales, a modo de “toma de pulso” directo a lo
cotidiano de esta ciudad que tan bien conoce y cuyo pálpito
es capaz de detectar de forma natural, porque es el suyo
propio.
Así el reproche ciudadano hacia tantos cargos públicos por
parecer siempre aislados en su nube de privilegios y de
espaldas a la realidad que vive y padece el pueblo soberano,
jamás podrá formularse contra el nuevo Delegado que ha
instaurado nuevas formas y que parece tratar de materializar
el término “cambio” en su más amplio sentido.
Ayer cita con las centrales sindicales, estuvieron CCOO, USO
y CSIF, faltando UGT por causas mayores. Buen entendimiento
y despliegue de capacidad de diálogo, lo que los jóvenes
llaman “buen rollo”. El Delegado en sus funciones y los
Sindicatos ocupando su espacio, pero todos unidos por el
proyecto común de capear el mal tiempo y adoptar una postura
equilibrada evitando en lo posible tanto confrontaciones
cómo desencuentros. Pactos, diálogo y acuerdos en cuanto sea
posible y las puertas de la Delegación siempre abiertas para
quien lo necesite, los políticos endiosados y altivos sirven
tal vez para otros momentos, pero para el actual no es que
no sirvan, sino que están de sobra.
¿El elemento de expectación? Ese encuentro, que no
encontronazo entre Paco Antonio González y el polémico
Secretario General de CCOO, Juan Luis Aróstegui que dejó
aparcado en la puerta su habitual talante iracundo para
mostrar y demostrar que, cuando quiere, puede ser un
sindicalista a secas y sin aditivos y cómo tal estar abierto
a un animado coloquio con cualquier cargo público desde la
sensatez y la inteligencia. Más el mérito de hablar
posteriormente en positivo de la experiencia mostrando una
actitud receptiva y sobre todo constructiva, buen feeling
entre el Delegado y Aróstegui, definición que podemos
trasladar a la reunión con los otros líderes sindicales,
como dicen los Proverbios “El hombre prudente actúa con
conocimiento, el necio esparce necedad”.
Interesante reunión la de ayer, interesante y necesaria ya
que las Centrales Sindicales constituyen un factor clave y
es necesario su concurso dentro del proyecto común de
crecimiento y superación de este tiempo de “vacas flacas”.
Y novedosa la política que materializa el cambio al que el
PP se ha venido comprometiendo y que ya comienza a
manifestarse en estrategias de conducta y líneas de
actuación totalmente innovadoras. Desde el análisis podría
definirse cómo la antítesis del estancamiento y del
inmovilismo, así cómo de las llegadas accidentadas, el
Delegado no ha “aterrizado como ha podido” sino que ha
sabido amerizar y será capaz tanto de mantener la nave a
flote cómo de garantizar la seguridad del pasaje, el
compromiso es y está.
|