Existen hechos delictivos que generan una gran alarma social
y que por ello han de ser tratado con especial claridad por
los que están llamados a informar sobre ellos. Léase
Delegación de Gobierno léase nota de cualquier Gabinete de
Prensa de cualquiera de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad
del Estado. La oscuridad de ese limitador “las
investigaciones prosiguen” inquieta a la población.
Porque Ceuta no es una ciudad donde hayamos padecido esos
temibles secuestros “exprés” que llegaron de la mano de las
mafias colombianas y que muchas veces estaban relacionados
con ajustes de cuentas. Tampoco ha sido enclave para los
criminales expertos en robos en casas habitadas como ha
sucedido en El Sarchal, porque esos temas van de la mano de
las bandas del Este.
Resulta curioso pero cuando nuevos delitos aterrizan en
lugares que no le son propios bien tienen nombre y apellidos
de delincuentes venidos “a propósito” para perpetrarlos,
algo difícil por las limitaciones geográficas de esta
ciudad, bien son fruto del aprendizaje que se imparte en las
galerías y en los patios de las diferentes cárceles. Cuando
el recluso queda en libertad provisional o definitiva puede
que la estancia en prisión le haya dotado de nuevos
conocimientos y al igual que un gran número de presos salen
con la firme convicción de que jamás repetirán la
experiencia y decididos a enmendarse, hay otros que entran
con unas nociones muy básicas del crimen y dentro conocen a
auténticos “maestros” y viven deseando la libertad para
poner en práctica sus nuevos saberes.
Los secuestros son delitos graves que llevan aparejadas unas
penas también muy graves y en el caso en que sean llevado a
cabo por reincidentes el tema se hace aún más duro y más que
se hará cuando las leyes castiguen la reiteración con penas
aún superiores.
¿Y llegará un momento en el que, cómo en otros países de la
UE la dureza de las penas tenga un efecto disuasorio? Tendrá
que llegar porque no hay más remedio. Pero también hay que
apoyar la labor de investigación policial, no entorpecer las
pesquisas, la confianza que merece la profesionalidad de
quienes garantizan la resolución de los delitos, los grandes
avances científicos y técnicos que van llegando a nuestros
cuerpos policiales y que les dota de instrumentos de trabajo
insustituibles y dentro de reconocimientos y beneplácitos
insistir en que las nuevas modalidades delictivas generan
una sensación subjetiva de inseguridad y los delitos que se
cometen muy raramente, por su carácter de excepción
intranquilizan aún más si cabe, de ahí que, sin que la
investigación sufra menoscabo, al menos es deseable el tener
alguna idea de la marcha de las diligencias policiales en
plan “se han tomado huellas y están en la Científica” “se
analizan pruebas recogidas en el lugar de los hechos”
cualquier novedad que dé idea de que el asunto se mueve y
que se van atando cabos, para tranquilidad de la sociedad.
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