Densa mañana la del Pleno de ayer
en el que se iban sucediendo las propuestas de forma más o
menos metódica y sin que pareciera existir ningún punto
especialmente “caliente”. Hasta que una cuestión en la que
precisamente los Populares y Caballas estaban de acuerdo,
como era la de la gestión de los Planes de Empleo por parte
de la Ciudad Autónoma, extremo con el que el socialista no
estaba de acuerdo, haciendo uso de su legítimo derecho a
mostrar su falta de conformidad, motivó la iracundia de
Aróstegui.
Si algo resulta evidente es que las relaciones entre ambos
grupos de la oposición nunca han sido idílicas. De forma
sutil el líder socialista ha ido ocupando un espacio
significativo en la vida política de la ciudad, usando para
ello un estilo propio que viene a ser el reverso positivo de
los modos y maneras de la Coalición Caballas que se
convierte así en el “reverso tenebroso” y que, más quemado
que el cenicero de un bingo por el bloque monolítico popular
que hace uso de su legítima mayoría absoluta, se topan ahora
con la figura de Carracao que interviene, explica, dialoga,
“se moja”, afirma, disiente y realiza en todo momento una
activa labor parlamentaria adquiriendo así un progresivo
protagonismo que “los otros” no logran digerir.
Así, si a Caballas le ha costado meses asumir que los
ciudadanos apoyan abrumadoramente al PP y que ellos no son
nadie para hablar en nombre del pueblo de Ceuta, ahora se
encuentran con la amargura de que, los “compañeros”en los
bancos de la oposición, léase los socialistas, no están
dispuestos a “dejarlas” pasar ni van a tragar la norma
implícita de no intervenir y guardar la burda estrategia de
“toda la oposición contra el PP”. Ni ideológicamente, ni
formalmente y menos aún en el estilo, tiene Carracao nada
que ver con la Coalición. De ahí que tenga muy bien marcadas
las distancias con los localistas como en la propuesta
concreta de Caballas de la apertura del paso fronterizo de
Benzú, ardientemente defendida por Mohamed Alí y que se
encontró con el rechazo, no tan solo de los Populares, sino
del propio Carracao. Tal vez porque en los temas
interfronterizos, en las relaciones internacionales y en los
grandes temas de Estado, los dos grandes partidos, PP y PSOE
van a ir siempre paralelos y defendiendo intereses netamente
superiores a las meras aspiraciones locales. Por más que Alí
se desgañitara y volviera a convertir al socialista en
blanco de sus iras, con escasos resultados porque Carracao
no es de los que se callan ni se amedrentan sino que salta y
se dispara a la hora de defender sus ideas.
¿Referencias a tácticas obsoletas y ampliamente superadas de
que la oposición debe moverse siempre al mismo son?
¿Alusiones a que los bomberos “no se pisan la manguera”? Sí
y de paso ya que ambos grupos perciben sus soldadas como
opositores tan sólo faltaría la alusión a lo de “donde
tengas la olla, no metas la...”.
Si existen tácticas y estrategias dispares estas son las de
los localistas y los socialistas, pero fue precisamente ayer
cuando chirriaron las estructuras, se produjo la colisión y
se manifestó con mayor evidencia el encontronazo entre
ambos.
Momento en el que el consejero de Hacienda, Francisco
Márquez aprovechó para hugar en la herida y ‘tuiteó’ desde
su perfil en la red: “Pleno Asamblea de Ceuta: los grupos de
la izquierda, a la gresca entre ellos”
¿Lectura entre líneas? Que Coalición Caballas da una nueva
vuelta de tuerca y abre “otro” frente, ya no les bastará por
lo tanto el preparar sus intervenciones en plan infructuoso
“acoso y derribo” contra los Populares, sino que además de
embestir “de frente” ya tendrá que hacerlo también de forma
lateral y Alí y Aróstegui van a tener que estar como los
camaleones, con un ojo mirando en cada dirección a ver
contra quien tienen que arremeter. Y al tiempo teniendo que
blindarse los flancos a la hora de recibir las respuestas.
Lo cierto es que la apariencia que dimanó ayer de Coalición
Caballas es que se han quedado irremediablemente solos,
aunque también es evidente que los perdedores, si encima
pierden con mal estilo, siempre están muy solos. Bien el
Carracao. Y entretenido.
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