Las causas de las disglosias pueden ser muy variadas,
ubicadas en diferentes órganos del habla, únicas o
asociadas. Como causas pueden citarse las malformaciones
congénitas, los trastornos del crecimiento, parálisis
periféricas, traumatismos y sus consecuencias, como son las
cicatrices, estenosis, etc.
La intervención en los pacientes que presentan disglosias,
deberá estar orientada hacia el restablecimiento de la
funcionalidad de los órganos alterados. Se deberá trabajar
hábitos de alimentación, respiración, percepción auditiva,
estimulación del lenguaje y la comunicación, etc.
En la división anatómica de los órganos periféricos del
habla podemos distinguir:
Disglosias labiales. La dificultad articulatoria se produce
como consecuencia de una alteración en la forma, movilidad,
fuerza o consistencia de los labios.
Disglosias mandibulares. Se trata de un trastorno en la
articulación de los fonemas debido a una alteración en la
forma de los maxilares.
Disglosias linguales. La lengua, órgano activo de la
articulación de los fonemas, precisa de una extraordinaria
sincronía de sus movimientos durante el habla. Cuando la
articulación se ve alterada, como consecuencia de un
trastorno orgánico de la lengua, nos encontramos con una
disglosia lingual.
Disglosias palatinas. Son alteraciones en la articulación de
los fonemas debido a malformaciones orgánicas del paladar
óseo y del velo del paladar.
Disglosias dentales. Los trastornos de la articulación como
consecuencia de una alteración en la forma o posición de las
piezas dentarias, se denomina disglosia dental.
DISGLOSIAS LABIALES.
Se denomina disglosia labial al trastorno de la articulación
de los fonemas por alteración de la forma, movilidad, fuerza
o consistencia. Entre las causas más frecuentes, señalaremos
las siguientes:
- Labio leporino: La frecuencia del labio leporino en
Europa, es de 1 por cada 1000 nacimientos. Es menor en
poblaciones negras y mayor en las poblaciones asiáticas.
Entre los hermanos, se presenta en una frecuencia del 4%,
entre parientes de segundo grado es del 7 % por 1000
nacimientos y el riesgo de parientes de tercer grado es de 2
o 3 por 1000. Se cree que puede ser un factor de herencia
multifactorial.
La malformación es de tipo lateral cuando afecta sólo un
lado y bilateral cuando afecta a los dos lados.
Todas las combinaciones entre estas distintas formas son
posibles, es por ello que podemos decir que existen tantas
clasificaciones como autores han tratado este tema.
-Labio leporino unilateral simple (33%)
-Labio leporino unilateral total (48%)
-Labio bilateral simple (7%)
-Labio bilateral total (12%)
A.1.) En el labio leporino unilateral, la fisura está
situada fuera de la cresta de filtro labial, por lo tanto,
todos los elementos de la parte media del labio, forman
parte del lado interno, la mucosa labial es delgada y el
músculo orbicular del labio está poco desarrollado. En
cuanto al lado externo, la mucosa es abundante y la
musculatura tiene un espesor prácticamente normal.
El orificio nasal del lado afectado está mal orientado y
frecuentemente en dirección horizontal. El ala está
aplanada, descendida, su implantación es más posterior y
hacia el lado sano.
La pirámide nasal puede estar hipertrófica en todas sus
dimensiones.
A.2.) En el labio leporino bilateral, la parte central o
prelabio es hipoplástica, tanto en su parte cutánea como
mucosa. Existe también una falta de altura y de espesor
debido a que el orbicular del labio superior no se ha
desarrollado en esta zona. Las dos partes laterales tienen
las mismas características que el lado externo del
unilateral.
El hueso intermaxilar acostumbra a hacer prominencia, lo que
dificulta aún más la movilidad articulatoria.
Durante el habla, el labio superior queda inmóvil, mientras
que el inferior tiene una movilidad normal. La situación de
los músculos labiales hace que su contracción tienda a
separar más la hendidura labial. Se puede hacer separar las
comisuras labiales, pero la protusión del labio superior
hacia adelante, como en la /o/ y la /u/, es imposible. Es
necesario mucho tiempo de ejercitación para obtener su
movilidad.
BOREL, hace notar que los labios más inertes son los no
operados. Estos frecuentemente están inmóviles. En los
labios leporinos bilaterales cortos, insuficientes y poco
carnosos es imposible articular /b/ o /p/. En estos casos
los fonemas bilabiales se producen por contacto de la lengua
y el maxilar superior. En la /m/ por un golpe del glotis.
En relación a la posible intervención quirúrgica, existen
dos grandes tendencias:
a) operar al nacer.
b) operar al cabo de unos meses.
Las contraindicaciones de la operación son:
- Menor resistencia del niño ante una intervención
quirúrgica.
- No de tiempo de estudiar al niño, ya que muchos de ellos
tienen malformaciones asociadas.
- Las referencias anatómicas del labio, en las que nos
basamos para realizar su reconstrucción, son apenas
reconocibles. A menudo es indispensable realizar un
tratamiento ortopédico antes de la intervención.
- Las técnicas quirúrgicas actuales consisten en la
formación de colgajos geométricos matemáticamente diseñados,
no obligan a operar sobre el labio mucho más desarrollado,
que cuando el cirujano se limitaba a resecar los bordes de
la fisura.
- El hueso del recién nacido no está totalmente osificado.
Las deformaciones que producen las tensiones postoperatorias
sobre este hueso son muy graves.
Las indicaciones de la operación tardías están superadas
todas las contraindicaciones de la operación precoz.
Una de las contraindicaciones de la operación tardía, es que
los padres tengan que soportar la dolorosa visión de la
malformación. En contra de esto, es necesario resaltar que
los padres a los pocos días lo observan con total
naturalidad.
La edad ideal para el cierre del labio leporino son los 6
meses de edad.
El fin primordial de la operación es obtener un labio
superior normal, tanto desde el punto de vista estético como
funcional.
Para dar actividad a este tipo de labio suturado se
recomienda el uso constante del chupete, masajes y movilidad
pasiva.
Cuando el niño es mayor, le hacemos prácticas juegos de
soplar, chupar, propulsión y retracción de los labios y, por
fin, la articulación.
A.3.) Labio leporino medio o central. Se produce a expensas
de la falta de unión de los dos mamelones nasales internos.
Es una malformación rara, la atrofia puede llegar a extender
desde una simple escotadura media labial, a todo el
tubérculo medio, creando una amplia hendidura, que interesa
las dos fosas nasales.
Una pequeña hendidura mínima en la punta o en el dorso de la
nariz puede verse como residuo de esta fisura.
La mayor parte de las fisuras medias del labio superior no
son verdaderamente labios leporinos centrales, sino labios
leporinos bilaterales como aplasia e hipoplasia del filtro
labial.
Hay una variante del labio leporino central a la que se
asocia una fisura palatina bilateral, ausencia de cuerpo
calloso, agenesia del prelabio premaxilar y huesos nasales,
además de microcefalia.
- Frenillo labial superior hipertrófico. Esta malformación
bastante frecuente, es causa de disglosia por motivos
distintos. Impide la movilidad normal del labio superior y
produce un diastema (separación) entre los incisivos
centrales, un espacio entre los incisivos centrales, tanto
temporales como permanentes, es común y puede ser
absolutamente normal en la época previa a la erupción de los
incisivos laterales.
Como consecuencias más evidentes aparecen las dificultades
en la articulación de fonemas /u/, /p/, /b/ y /m/. Las
bilabiales son sustituidas por la labiodental /f/.
El sorber líquidos a través de un tubito es imposible o
difícil.
La simple presión hacia la línea media que ejercen los
incisivos laterales y los caninos en el momento de la
erupción, suele causar el cierre de diastema central sin
necesidad de intervención ortodóncica ni quirúrgica.
Solo se considera patológico un frenillo cuando existe un
retraso o imposibilidad de erupción de los dientes laterales
o caninos que puede ser atribuido a dicho frenillo.
*Licenciado en Psicopedagogía
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