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ACTUALIDAD - DOMINGO, 22 DE ENERO DE 2012


Francisco Antonio González. fidel raso.

 francisco Antonio gonzález pérez/ Delegado del Gobierno
 

«Acabaremos con las bandas de delincuentes, unos pocos, que
se esconden en el Príncipe»

El delegado del Gobierno considera, en
el ámbito sanitario, que se puede gestionar mejor y que la “complicada” situación
del Ingesa hacía necesario que el cambio
en su directiva fuera el primero
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Francisco Antonio González se ha estrenado en el cargo de delegado del Gobierno con tres temas prioritarios sobre la mesa: seguridad ciudadana, Sanidad y también frontera. De estos asuntos habla sobre sus planes en esta primera entrevista, en la que expone su intención de “acabar” con los pequeños grupos de delincuentes que se “esconden” en una barriada en la que, insiste, la inmensa mayoría de los vecinos son gente de bien. También se propone que haya mejor colaboración entre la Justicia y la Policía para que los delincuentes que esta detiene sepan “que no lo van a tener fácil”. Respecto al Ingesa, cree que la situación era “complicada” y por eso había que abordar en primer lugar el cambio en esta Dirección.

Pregunta.- Uno de los primeros temas que ha puesto sobre la mesa al acceder al cargo ha sido el de la seguridad ciudadana. ¿Qué espera lograr con ese cambio de ritmo del que habla respecto al trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad? ¿Será con los mismos medios?

Respuesta.- En primer lugar, he de decir que estamos en la misma situación de crisis que afecta a los demás sectores, y la Policía y la Guardia Civil no van a ser menos. Sí es cierto que el Gobierno ha dejado una puerta abierta al incremento de plantilla tanto en estos dos Cuerpos como en educación y sanidad, sectores absolutamente necesarios y sensibles. El resto de la oferta pública de empleo es cero, se ha dejado claro ya que la Administración no puede tener un repunte en el Capítulo I; la situación del país deja esa puerta cerrada en los dos próximos años mínimo. ¿Que hay que hacer más con lo que tenemos? Sin ningún género de dudas. Los policías y los guardias civiles tienen que ser conscientes de que en esta situación tienen que dar mejores resultados. El delegado del Gobierno tratará por todos los medios de que las necesidades perentorias se cubran.

P.- ¿Qué pretende entonces lograr en esta materia el delegado?


R.- Que los ciudadanos de Ceuta se sientan seguros, y que haya una seguridad objetiva. Eso no significa que esta sea la ciudad perfecta, nadie puede evitar que en u momento dado un delincuente actúe, pero que sepan que si lo hacen, van a tener una respuesta inmediata y que al final van a ser puestos a disposición de la Justicia. Y desde aquí también me gustaría hacer un llamamiento tanto a la policía como a los jueces para que haya una coordinación perfecta, que no digo que no la haya, sino que de alguna manera se consiga mejor que esas personas que deliquen sepan que no lo van a tener fácil una vez sean puestos a disposición judicial por la policía. En resumen, que los ciudadanos vean esta una ciudad tranquila, segura.

P.- Cierto es que no hay ciudad libre de delitos, pero lo peculiar en Ceuta son fenómenos como la quema de coches o los apedreamientos a la policía... ¿Es su erradicación uno de sus objetivos?

R.- Sí, si hablamos de inseguridad, a lo mejor la quema de un coche no tiene esa consideración, pero es un problema grave, porque no es un coche, ni dos, ni diez, son muchísimos a final de año, propiedades privadas que están siendo sometidas a una delincuencia. Eso es trabajo policial que hay que ir acentuando para que se produzcan menos casos y que aquellos que están en ese ámbito sean detenidos. Lo que pretendo es que la eficacia policial, que es buena, mejore, y por lo tanto, que esa sensación de inseguridad que muchas veces es subjetiva, no se somatice y al final sea objetiva. Es decir, a mi no me vale que me digan que es una sensación subjetiva y que la inseguridad real no es tal. Para mi, si un ciudadano tiene inseguridad subjetiva al final, es inseguridad. Lo que tenemos que transmitir a la población es que realmente están seguros, y ese es un trabajo estrictamente policial.

P.- ¿Y de los ataques a la policía en determinadas barriadas?

R.- El Príncipe es algo más complejo, no solamente es la inseguridad, la mínima población del Príncipe que pueda estar en el ámbito de la delincuencia. Ahí hay problemas sociales, de educación, urbanísticos y policiales... Todo esto requiere de una actuación conjunta no sólo en la Administración General del Estado, que va a poner empeño en que esto se solvente, sino también de la autonómica, que me consta está trabajando para que esa situación mejore. No se va a hacer en un día ni en una semana ni en seis meses, requiere de un esfuerzo continuado para que esto se reduzca. Tenemos que conseguir que los chavales que producen apedreamientos, y digo chavales por utilizar un término benévolo, no vean en quienes los dirigen para que esto suceda a sus líderes. Los líderes de la sociedad deben ser aquellas personas de bien que acaban teniendo en la sociedad responsabilidades, sea en el ámbito de la asociación de vecinos, político, profesional..., que la imagen que quieran tener no sea la de los delincuentes, la de los narcos; si tiene una buena preparación al final la vida les sonreirá y no acabarán en una celda.

P.- Ese es un trabajo a largo, plazo, pero en principio habrá que detener a esas personas, y si son menores, responsabilizar a sus padres.

R.- El delegado va a pedir que haya modificaciones reglamentarias o incluso legislativas para que si un menor causa daños a la sociedad..., la parte de educación del menor corresponde a los padres, y por lo tanto, que los padres acaben teniendo esa responsabilidad. Se hizo en su día en el País Vasco, con la ‘kale borroka’ de los delitos que cometían los menores se responsabilizaban los padres; pues esto va a ser lo mismo. Entiendo que la sociedad tiene que disponer de instrumentos para que no se llegue a situaciones como esta. Los padres tienen una gran responsabilidad en la educación y también en la vigilancia de sus hijos.

P.- Respecto al Príncipe, cuando hubo al escalada de violencia más grave el pasado año, con dos asesinatos, se establecieron controles en los accesos a la barriada. ¿Cree que siguen siendo útiles? ¿Se van a mantener?

R.- Yo quiero dejar una cosa muy clara: este delegado no considera que el Príncipe sea una parte de la población que tenga que recibir un trato distinto al del resto de Ceuta. Parto de la base de que la inmensa mayoría de los pobladores de la barriada son personas honestas, trabajadoras, que tienen la problemática que hay en todos los sitios, quizá mucho más acentuada por la propia estructura del Príncipe, pero que sólo un pequeño porcentaje son responsables de los actos de delincuencia. Por lo tanto, primero decir que es una barriada más de Ceuta y que sólo los pequeños grupos de gente que están en el mundo de la delincuencia son los que generan esa imagen de inseguridad y de una población que sin serlo parece que lo son. Tenemos esas bandas, esos delincuentes o esos narcotraficantes residiendo en aquella zona, donde por su configuración urbanística tienen digamos situaciones favorables para esconderse, pero acabaremos con ellos, no se si en mucho o en poco tiempo, pero es prioridad del delegado del Gobierno hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que eso se acabe terminando. ¿Que para eso hay que hacer controles? Sí, pero esos controles tienen que tener claro que la inmensa mayoría de las personas que viven en el Príncipe son gente honrada y los controles tienen que discriminar entre los malos y los buenos. Y eso es lo que el delegado va a pedir a los responsables policiales para que transmitan a las patrullas, que no todo el mundo es malo, no partimos de la base de la inversión de la prueba, todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario, y no al revés.

P.- ¿La comisaría va a ser también uno de los pilares de la acción en esta barriada?

R.- Todo lo que este delegado quiere hacer va a estar muy condicionado por las restricciones presupuestarias. Dicho eso, como no sé exactamente qué es lo que puedo hacer hasta que no tenga información de unos Presupuestos Generales del Estado que se realizarán en marzo, no quiero hacer avances de algo que a lo mejor no puedo acometer. Pero desde luego la idea que tengo es que eso va a cambiar. La presencia policial en el Príncipe tiene que ser exactamente igual, como he dicho antes, que en cualquier parte de la ciudad. Hay que normalizar la relación entre los vecinos del Príncipe y la policía, entre otras cosas porque me consta que los ciudadanos del Príncipe y sus representantes, los dirigentes vecinales, lo que quieren es que el barrio se normalice y esa es la tendencia, ese es el objetivo que nos hemos marcado.

P.- La siguiente prioridad en la que ha comenzado a trabajar es el cambio en la Dirección del Ingesa, ¿por qué es otra de sus prioridades?


R.- Voy a poner un ejemplo: cuando una persona dice algo sobre algo se le puede tener en cuenta, cuando dos personas dicen lo mismo sobre ese mismo tema, pues refuerza el que puedan tener razón; cuando quince personas dicen lo mismo es que algo hay, y cuando hay un clamor dentro del Ingesa de que la situación era complicada es porque algo pasaba. El delegado lo único que ha hecho es tomar una determinación, que es lanzar el cambio del Ingesa, que se producirá en breve. Sí tengo clara una cosa, a mi no me gusta intervenir en los equipos. El delegado nombrará al responsable y él tendrá la obligación de crear su equipo, y si el equipo falla, no será por culpa del equipo, será porque el responsable no ha sabido elegirlo bien. El delegado tendrá que despachar con el responsable. Las personas que van a tener la responsabilidad en los diferentes departamentos de la Administración General del Estado se irán cambiando, con tranquilidad, no hay prisa...; la prisa venía dada porque la situación en la sanidad era complicada... No voy a estar en nombrar hasta el último de los cargos del organigrama del Ingesa, habrá un responsable y él nombrará a su equipo.

P.- La Sanidad es un área muy sensible, ¿cree que mejorará con este cambio?


R.- Gestionando bien a veces incluso con menos se puede gestionar mejor. Lo que voy a pedir es responsabilidad a las personas que tengan la instrucción de dirigir el departamento. Si se utilizan bien los recursos, se puede hacer un buen trabajo. Muchas veces, se utilizan excesivos recursos y ese exceso no va en beneficio del usuario. Estoy seguro que el cuadro que me van a plantear en el Ingesa es que hay recursos que pueden ser ajustados mucho mejor, que pueden tener un resultado mejor con una buena supervisión y administración. Por poner un ejemplo, en distribución de fármacos puede haber un ahorro y que eso no vaya en detrimento del usuario. Si hay medicamentos que, como consecuencia de una mala compra, pueden caducar, eso es despilfarro del recurso público. Con un trabajo bien estructurado seguramente habrá un ahorro que será reinvertido en la sanidad. Y luego hay una cosa que quiero dejar bien clara, los enfermos y las enfermedades no son, como alguna vez se ha dicho por algún político irresponsable, ni de derechas ni de izquierdas, no distinguen de carnés ideológicos, un enfermo es un enfermo y tiene que ser tratado como tal, y da igual que piense de una forma o de otra. Tiene que incrementarse sustancialmente en esta ciudad, y ese es uno de los objetivos que se ha marcado este delegado de Gobierno y su equipo, la calidad asistencial.

P.- Para eso también tiene que haber cierta paz social, algo que parece haber faltado en el Ingesa.

R.- Indudablemente. El responsable que va a ser nombrado en Sanidad [Fernando Pérez Padilla] tiene que tener claro que la etapa que comienza ha de ser una etapa en la que las personas que trabajan en Sanidad trabajen a gusto, porque la sanitaria es una de las profesiones con mayor elemento vocacional. Si alguien que tiene vocación de sanitario está trabajando a disgusto es que algo falla. Yo siempre digo una cosa, nunca haré a alguien lo que no me gusta que hagan conmigo. Y esa es la filosofía que quiero que se traslade a todos los ámbitos de la Administración. No hagamos con alguien lo que estos hicieron con nosotros y no nos gustó. Eso no significa que no se vaya a exigir al máximo el trabajo que tienen que desarrollar o que alguien se tenga que relajar porque pueden campar a sus anchas en su trabajo. Todo el mundo tendrá que cumplir el trabajo que se le encomienda, y lo tendrá que hacer bien, porque si no la administración actuará en contra de aquellas personas que hagan dejación de funciones, que no respondan a las expectativas que el ciudadano tiene de esta nueva administración. Eso lo tengo clarísimo.

P.- Ceuta está marcada por su carácter de ciudad fronteriza, y usted ya ha expuesto la necesidad de mejorar la frontera, ¿de qué forma? Hay algunos proyectos pendientes.


R.- La N-352 tiene que mejorar en su aspecto, cuando alguien entra de Marruecos a Ceuta, a España, tiene que darse cuenta de que está entrando en un país de la Unión Europea, de que la infraestructura y los servicios que hay en el entorno fronterizo y en todo el desarrollo de esta carretera nacional se noten. Marruecos es un país amigo, un vecino, es un país en vías de desarrollo y tiene que notarse que cuando alguien entra desde Marruecos entra en un país desarrollado, y eso es un empeño que no sé exactamente cuánto tardaré en poder desarrollar, pero que por empeño del delegado no va a quedar.


P.- El cambio en las relaciones con Marruecos han sido prioridad del nuevo Gobierno... ¿Puede decirse que en la frontera de Ceuta ya se ha notado el cambio, por ejemplo, con el freno a la inmigración clandestina? ¿Será permanente?


R.- Me consta que el Gobierno español tiene un interés claro y manifiesto en que las relaciones entre dos países vecinos y amigos sean fluidas y buenas. Independientemente de los planteamientos marroquíes respecto a Ceuta y Melilla, que es política interior y en la que por tanto ellos tienen una idea y nosotros tenemos una idea, firme e inequívoca de lo que pensamos, y no sólo este delegado, sino que me consta que desde el presidente hasta el último de los responsables ministeriales tienen las ideas claras sobre ese tema. Dejándolo a un lado, España y Marruecos tienen que buscar todos los puntos en común y a desarrollar para que el acuerdo sea manifiesto. ¿Eso tiene que mejorar las relaciones fronterizas? Sin ningún género de dudas, pero también es cierto que dos llegan a acuerdo si los dos quieren. España quiere, ahora tendrá que ser Marruecos el que de respuesta a esa petición de España sobre las relaciones bilaterales y en este caso sobre las relaciones fronterizas de Ceuta y Melilla. Para nosotros además Marruecos es un país prioritario por un motivo fundamental: todo el mundo occidental tiene una amenaza clarísima con respecto al terrorismo islámico, y Marruecos es un socio prioritario en este sentido y está actuando con una fortaleza frente a ese islamismo radical patente. España es por tanto un socio fiable para Marruecos y viceversa. Es más, yo creo que el país con el que Marruecos tendría que tener mejores relaciones de su entorno sería España.

P.- ¿A qué atribuye la escalada de la inmigración clandestina en la ciudad en los últimos años, a una relajación en las exigencias de control a Marruecos, a una actitud de presión de este país?


R.- Yo no hablaría de exigencias, creo que España tiene que mantener unas magníficas relaciones con Marruecos y este entender cuáles son las prioridades de España en este tema, y ellos tienen que poner lógicamente los medios necesarios para que esto no se produzca. También es cierto que la UE, no ya España, tiene que ver a Marruecos como ese socio prioritario no sólo en una, sino en ambas direcciones. Marruecos necesita del apoyo de la UE y viceversa. Espero que esto acabe por tanto siendo de una fluidez magnífica y que Marruecos asuma sus responsabilidades con respecto a lo que se le pida desde España y desde la UE.

P.- ¿Hay alguna posibilidad de resolver el problema de la falta de una aduana comercial en Ceuta?


R.- España tiene en mente las conversaciones con Marruecos para que el desarrollo de esa frontera pudiera llegar a ser en un futuro más o menos inmediato una normalización de una aduana comercial, que pase de ser un paso fronterizo simple a unas relaciones establecidas con una aduana normal como con cualquier otros país del entorno. En segundo lugar, lo que sí está claro es que depende mucho en las mejoras de las infraestructuras fronterizas que Marruecos acepte que son necesarias. España puede tener muchos proyectos, que los tiene, para que esa ampliación o mejora de las instalaciones se lleven a cabo, pero también tiene que haber una respuesta positiva por el otro lado. Tanto ceutíes como tetuaníes o tangerinos no tendríamos ningún inconveniente, si Marruecos quiere, en que los ciudadadanos de provincias limítrofes tengan incluso un paso preferencial para que la fluidez sea mayor. Pero para eso se necesita mejorar las infraestructuras.
 

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