Francisco Antonio González se ha estrenado en el cargo de
delegado del Gobierno con tres temas prioritarios sobre la
mesa: seguridad ciudadana, Sanidad y también frontera. De
estos asuntos habla sobre sus planes en esta primera
entrevista, en la que expone su intención de “acabar” con
los pequeños grupos de delincuentes que se “esconden” en una
barriada en la que, insiste, la inmensa mayoría de los
vecinos son gente de bien. También se propone que haya mejor
colaboración entre la Justicia y la Policía para que los
delincuentes que esta detiene sepan “que no lo van a tener
fácil”. Respecto al Ingesa, cree que la situación era
“complicada” y por eso había que abordar en primer lugar el
cambio en esta Dirección.
Pregunta.- Uno de los primeros temas que ha puesto sobre
la mesa al acceder al cargo ha sido el de la seguridad
ciudadana. ¿Qué espera lograr con ese cambio de ritmo del
que habla respecto al trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad? ¿Será con los mismos medios?
Respuesta.- En primer lugar, he de decir que estamos en la
misma situación de crisis que afecta a los demás sectores, y
la Policía y la Guardia Civil no van a ser menos. Sí es
cierto que el Gobierno ha dejado una puerta abierta al
incremento de plantilla tanto en estos dos Cuerpos como en
educación y sanidad, sectores absolutamente necesarios y
sensibles. El resto de la oferta pública de empleo es cero,
se ha dejado claro ya que la Administración no puede tener
un repunte en el Capítulo I; la situación del país deja esa
puerta cerrada en los dos próximos años mínimo. ¿Que hay que
hacer más con lo que tenemos? Sin ningún género de dudas.
Los policías y los guardias civiles tienen que ser
conscientes de que en esta situación tienen que dar mejores
resultados. El delegado del Gobierno tratará por todos los
medios de que las necesidades perentorias se cubran.
P.- ¿Qué pretende entonces lograr en esta materia el
delegado?
R.- Que los ciudadanos de Ceuta se sientan seguros, y que
haya una seguridad objetiva. Eso no significa que esta sea
la ciudad perfecta, nadie puede evitar que en u momento dado
un delincuente actúe, pero que sepan que si lo hacen, van a
tener una respuesta inmediata y que al final van a ser
puestos a disposición de la Justicia. Y desde aquí también
me gustaría hacer un llamamiento tanto a la policía como a
los jueces para que haya una coordinación perfecta, que no
digo que no la haya, sino que de alguna manera se consiga
mejor que esas personas que deliquen sepan que no lo van a
tener fácil una vez sean puestos a disposición judicial por
la policía. En resumen, que los ciudadanos vean esta una
ciudad tranquila, segura.
P.- Cierto es que no hay ciudad libre de delitos, pero lo
peculiar en Ceuta son fenómenos como la quema de coches o
los apedreamientos a la policía... ¿Es su erradicación uno
de sus objetivos?
R.- Sí, si hablamos de inseguridad, a lo mejor la quema de
un coche no tiene esa consideración, pero es un problema
grave, porque no es un coche, ni dos, ni diez, son
muchísimos a final de año, propiedades privadas que están
siendo sometidas a una delincuencia. Eso es trabajo policial
que hay que ir acentuando para que se produzcan menos casos
y que aquellos que están en ese ámbito sean detenidos. Lo
que pretendo es que la eficacia policial, que es buena,
mejore, y por lo tanto, que esa sensación de inseguridad que
muchas veces es subjetiva, no se somatice y al final sea
objetiva. Es decir, a mi no me vale que me digan que es una
sensación subjetiva y que la inseguridad real no es tal.
Para mi, si un ciudadano tiene inseguridad subjetiva al
final, es inseguridad. Lo que tenemos que transmitir a la
población es que realmente están seguros, y ese es un
trabajo estrictamente policial.
P.- ¿Y de los ataques a la policía en determinadas
barriadas?
R.- El Príncipe es algo más complejo, no solamente es la
inseguridad, la mínima población del Príncipe que pueda
estar en el ámbito de la delincuencia. Ahí hay problemas
sociales, de educación, urbanísticos y policiales... Todo
esto requiere de una actuación conjunta no sólo en la
Administración General del Estado, que va a poner empeño en
que esto se solvente, sino también de la autonómica, que me
consta está trabajando para que esa situación mejore. No se
va a hacer en un día ni en una semana ni en seis meses,
requiere de un esfuerzo continuado para que esto se reduzca.
Tenemos que conseguir que los chavales que producen
apedreamientos, y digo chavales por utilizar un término
benévolo, no vean en quienes los dirigen para que esto
suceda a sus líderes. Los líderes de la sociedad deben ser
aquellas personas de bien que acaban teniendo en la sociedad
responsabilidades, sea en el ámbito de la asociación de
vecinos, político, profesional..., que la imagen que quieran
tener no sea la de los delincuentes, la de los narcos; si
tiene una buena preparación al final la vida les sonreirá y
no acabarán en una celda.
P.- Ese es un trabajo a largo, plazo, pero en principio
habrá que detener a esas personas, y si son menores,
responsabilizar a sus padres.
R.- El delegado va a pedir que haya modificaciones
reglamentarias o incluso legislativas para que si un menor
causa daños a la sociedad..., la parte de educación del
menor corresponde a los padres, y por lo tanto, que los
padres acaben teniendo esa responsabilidad. Se hizo en su
día en el País Vasco, con la ‘kale borroka’ de los delitos
que cometían los menores se responsabilizaban los padres;
pues esto va a ser lo mismo. Entiendo que la sociedad tiene
que disponer de instrumentos para que no se llegue a
situaciones como esta. Los padres tienen una gran
responsabilidad en la educación y también en la vigilancia
de sus hijos.
P.- Respecto al Príncipe, cuando hubo al escalada de
violencia más grave el pasado año, con dos asesinatos, se
establecieron controles en los accesos a la barriada. ¿Cree
que siguen siendo útiles? ¿Se van a mantener?
R.- Yo quiero dejar una cosa muy clara: este delegado no
considera que el Príncipe sea una parte de la población que
tenga que recibir un trato distinto al del resto de Ceuta.
Parto de la base de que la inmensa mayoría de los pobladores
de la barriada son personas honestas, trabajadoras, que
tienen la problemática que hay en todos los sitios, quizá
mucho más acentuada por la propia estructura del Príncipe,
pero que sólo un pequeño porcentaje son responsables de los
actos de delincuencia. Por lo tanto, primero decir que es
una barriada más de Ceuta y que sólo los pequeños grupos de
gente que están en el mundo de la delincuencia son los que
generan esa imagen de inseguridad y de una población que sin
serlo parece que lo son. Tenemos esas bandas, esos
delincuentes o esos narcotraficantes residiendo en aquella
zona, donde por su configuración urbanística tienen digamos
situaciones favorables para esconderse, pero acabaremos con
ellos, no se si en mucho o en poco tiempo, pero es prioridad
del delegado del Gobierno hacia las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado que eso se acabe terminando. ¿Que para
eso hay que hacer controles? Sí, pero esos controles tienen
que tener claro que la inmensa mayoría de las personas que
viven en el Príncipe son gente honrada y los controles
tienen que discriminar entre los malos y los buenos. Y eso
es lo que el delegado va a pedir a los responsables
policiales para que transmitan a las patrullas, que no todo
el mundo es malo, no partimos de la base de la inversión de
la prueba, todo el mundo es inocente mientras no se
demuestre lo contrario, y no al revés.
P.- ¿La comisaría va a ser también uno de los pilares de
la acción en esta barriada?
R.- Todo lo que este delegado quiere hacer va a estar muy
condicionado por las restricciones presupuestarias. Dicho
eso, como no sé exactamente qué es lo que puedo hacer hasta
que no tenga información de unos Presupuestos Generales del
Estado que se realizarán en marzo, no quiero hacer avances
de algo que a lo mejor no puedo acometer. Pero desde luego
la idea que tengo es que eso va a cambiar. La presencia
policial en el Príncipe tiene que ser exactamente igual,
como he dicho antes, que en cualquier parte de la ciudad.
Hay que normalizar la relación entre los vecinos del
Príncipe y la policía, entre otras cosas porque me consta
que los ciudadanos del Príncipe y sus representantes, los
dirigentes vecinales, lo que quieren es que el barrio se
normalice y esa es la tendencia, ese es el objetivo que nos
hemos marcado.
P.- La siguiente prioridad en la que ha comenzado a trabajar
es el cambio en la Dirección del Ingesa, ¿por qué es otra de
sus prioridades?
R.- Voy a poner un ejemplo: cuando una persona dice algo
sobre algo se le puede tener en cuenta, cuando dos personas
dicen lo mismo sobre ese mismo tema, pues refuerza el que
puedan tener razón; cuando quince personas dicen lo mismo es
que algo hay, y cuando hay un clamor dentro del Ingesa de
que la situación era complicada es porque algo pasaba. El
delegado lo único que ha hecho es tomar una determinación,
que es lanzar el cambio del Ingesa, que se producirá en
breve. Sí tengo clara una cosa, a mi no me gusta intervenir
en los equipos. El delegado nombrará al responsable y él
tendrá la obligación de crear su equipo, y si el equipo
falla, no será por culpa del equipo, será porque el
responsable no ha sabido elegirlo bien. El delegado tendrá
que despachar con el responsable. Las personas que van a
tener la responsabilidad en los diferentes departamentos de
la Administración General del Estado se irán cambiando, con
tranquilidad, no hay prisa...; la prisa venía dada porque la
situación en la sanidad era complicada... No voy a estar en
nombrar hasta el último de los cargos del organigrama del
Ingesa, habrá un responsable y él nombrará a su equipo.
P.- La Sanidad es un área muy sensible, ¿cree que mejorará
con este cambio?
R.- Gestionando bien a veces incluso con menos se puede
gestionar mejor. Lo que voy a pedir es responsabilidad a las
personas que tengan la instrucción de dirigir el
departamento. Si se utilizan bien los recursos, se puede
hacer un buen trabajo. Muchas veces, se utilizan excesivos
recursos y ese exceso no va en beneficio del usuario. Estoy
seguro que el cuadro que me van a plantear en el Ingesa es
que hay recursos que pueden ser ajustados mucho mejor, que
pueden tener un resultado mejor con una buena supervisión y
administración. Por poner un ejemplo, en distribución de
fármacos puede haber un ahorro y que eso no vaya en
detrimento del usuario. Si hay medicamentos que, como
consecuencia de una mala compra, pueden caducar, eso es
despilfarro del recurso público. Con un trabajo bien
estructurado seguramente habrá un ahorro que será
reinvertido en la sanidad. Y luego hay una cosa que quiero
dejar bien clara, los enfermos y las enfermedades no son,
como alguna vez se ha dicho por algún político
irresponsable, ni de derechas ni de izquierdas, no
distinguen de carnés ideológicos, un enfermo es un enfermo y
tiene que ser tratado como tal, y da igual que piense de una
forma o de otra. Tiene que incrementarse sustancialmente en
esta ciudad, y ese es uno de los objetivos que se ha marcado
este delegado de Gobierno y su equipo, la calidad
asistencial.
P.- Para eso también tiene que haber cierta paz social,
algo que parece haber faltado en el Ingesa.
R.- Indudablemente. El responsable que va a ser nombrado en
Sanidad [Fernando Pérez Padilla] tiene que tener claro que
la etapa que comienza ha de ser una etapa en la que las
personas que trabajan en Sanidad trabajen a gusto, porque la
sanitaria es una de las profesiones con mayor elemento
vocacional. Si alguien que tiene vocación de sanitario está
trabajando a disgusto es que algo falla. Yo siempre digo una
cosa, nunca haré a alguien lo que no me gusta que hagan
conmigo. Y esa es la filosofía que quiero que se traslade a
todos los ámbitos de la Administración. No hagamos con
alguien lo que estos hicieron con nosotros y no nos gustó.
Eso no significa que no se vaya a exigir al máximo el
trabajo que tienen que desarrollar o que alguien se tenga
que relajar porque pueden campar a sus anchas en su trabajo.
Todo el mundo tendrá que cumplir el trabajo que se le
encomienda, y lo tendrá que hacer bien, porque si no la
administración actuará en contra de aquellas personas que
hagan dejación de funciones, que no respondan a las
expectativas que el ciudadano tiene de esta nueva
administración. Eso lo tengo clarísimo.
P.- Ceuta está marcada por su carácter de ciudad fronteriza,
y usted ya ha expuesto la necesidad de mejorar la frontera,
¿de qué forma? Hay algunos proyectos pendientes.
R.- La N-352 tiene que mejorar en su aspecto, cuando alguien
entra de Marruecos a Ceuta, a España, tiene que darse cuenta
de que está entrando en un país de la Unión Europea, de que
la infraestructura y los servicios que hay en el entorno
fronterizo y en todo el desarrollo de esta carretera
nacional se noten. Marruecos es un país amigo, un vecino, es
un país en vías de desarrollo y tiene que notarse que cuando
alguien entra desde Marruecos entra en un país desarrollado,
y eso es un empeño que no sé exactamente cuánto tardaré en
poder desarrollar, pero que por empeño del delegado no va a
quedar.
P.- El cambio en las relaciones con Marruecos han sido
prioridad del nuevo Gobierno... ¿Puede decirse que en la
frontera de Ceuta ya se ha notado el cambio, por ejemplo,
con el freno a la inmigración clandestina? ¿Será permanente?
R.- Me consta que el Gobierno español tiene un interés claro
y manifiesto en que las relaciones entre dos países vecinos
y amigos sean fluidas y buenas. Independientemente de los
planteamientos marroquíes respecto a Ceuta y Melilla, que es
política interior y en la que por tanto ellos tienen una
idea y nosotros tenemos una idea, firme e inequívoca de lo
que pensamos, y no sólo este delegado, sino que me consta
que desde el presidente hasta el último de los responsables
ministeriales tienen las ideas claras sobre ese tema.
Dejándolo a un lado, España y Marruecos tienen que buscar
todos los puntos en común y a desarrollar para que el
acuerdo sea manifiesto. ¿Eso tiene que mejorar las
relaciones fronterizas? Sin ningún género de dudas, pero
también es cierto que dos llegan a acuerdo si los dos
quieren. España quiere, ahora tendrá que ser Marruecos el
que de respuesta a esa petición de España sobre las
relaciones bilaterales y en este caso sobre las relaciones
fronterizas de Ceuta y Melilla. Para nosotros además
Marruecos es un país prioritario por un motivo fundamental:
todo el mundo occidental tiene una amenaza clarísima con
respecto al terrorismo islámico, y Marruecos es un socio
prioritario en este sentido y está actuando con una
fortaleza frente a ese islamismo radical patente. España es
por tanto un socio fiable para Marruecos y viceversa. Es
más, yo creo que el país con el que Marruecos tendría que
tener mejores relaciones de su entorno sería España.
P.- ¿A qué atribuye la escalada de la inmigración
clandestina en la ciudad en los últimos años, a una
relajación en las exigencias de control a Marruecos, a una
actitud de presión de este país?
R.- Yo no hablaría de exigencias, creo que España tiene que
mantener unas magníficas relaciones con Marruecos y este
entender cuáles son las prioridades de España en este tema,
y ellos tienen que poner lógicamente los medios necesarios
para que esto no se produzca. También es cierto que la UE,
no ya España, tiene que ver a Marruecos como ese socio
prioritario no sólo en una, sino en ambas direcciones.
Marruecos necesita del apoyo de la UE y viceversa. Espero
que esto acabe por tanto siendo de una fluidez magnífica y
que Marruecos asuma sus responsabilidades con respecto a lo
que se le pida desde España y desde la UE.
P.- ¿Hay alguna posibilidad de resolver el problema de la
falta de una aduana comercial en Ceuta?
R.- España tiene en mente las conversaciones con Marruecos
para que el desarrollo de esa frontera pudiera llegar a ser
en un futuro más o menos inmediato una normalización de una
aduana comercial, que pase de ser un paso fronterizo simple
a unas relaciones establecidas con una aduana normal como
con cualquier otros país del entorno. En segundo lugar, lo
que sí está claro es que depende mucho en las mejoras de las
infraestructuras fronterizas que Marruecos acepte que son
necesarias. España puede tener muchos proyectos, que los
tiene, para que esa ampliación o mejora de las instalaciones
se lleven a cabo, pero también tiene que haber una respuesta
positiva por el otro lado. Tanto ceutíes como tetuaníes o
tangerinos no tendríamos ningún inconveniente, si Marruecos
quiere, en que los ciudadadanos de provincias limítrofes
tengan incluso un paso preferencial para que la fluidez sea
mayor. Pero para eso se necesita mejorar las
infraestructuras.
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