Las fuerzas de seguridad y el ejército marroquíes han
reforzado su presencia en la frontera con Ceuta de manera
ostensible desde el pasado mes de diciembre, tal y como
informaba EL PUEBLO el pasado 12 de enero respecto a la
mayor presencia de efectivos en el Tarajal. Sin embargo,
esta nueva política, que ha supuesto un freno en las
llegadas clandestinas de inmigrantes por mar, continúa con
medidas de carácter permanente, como es la creación de una
nueva base de operaciones junto a la frontera.
Según ha confirmado este diario de fuentes gubernamentales,
Marruecos ha comenzado ya, o comenzará a ejecutar en breve,
la reforma de un edificio, un antiguo colegio muy próximo al
perímetro fronterizo, en el que se alojará una dotación
permanente de las Fuerzas Auxiliares. En la actualidad, y
tras el mencionado refuerzo de efectivos, son unos 400 los
miembros de estas fuerzas, la ‘mejanía’, destinados al
control de la frontera con Ceuta. De ellos, la mitad, unos
200, se quedarán de forma permanente en la nueva base una
vez que se considere controlada la grave situación generada
el pasado año, cuando decenas de inmigrantes subsaharianos
cruzaban en continuas avalanchas la frontera por mar.
Estos efectivos se suman a los de la Gendarmería Real, que
también ha visto incrementado su número en la frontera con
Ceuta.
El objetivo de este refuerzo es controlar las bolsas de
inmigrantes subsaharianos que se había creado en las
inmediaciones de la frontera con Ceuta, en zonas de monte de
la vecina Fnideq y en los bosques de Beliones. La práctica
habitual para intentar alcanzar territorio español, sobre
todo en el último año, fue, en primer lugar, la adquisición
en Marruecos de pequeñas embarcaciones hinchables con las
que, en un goteo constante, comenzaron a llegar a Ceuta.
Después, y una vez que se logró frenar estas entradas, con
la presencia de patrulleras de la Armada Real a partir de
agosto, comenzaron las avalanchas a nado de grupos de
personas que se lanzaban en avalancha al mar para atravesar
el espigón fronterizo.
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