Tal vez lo más relevante de la
rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de ayer
haya sido el anuncio de la nueva visita de Juan Vivas a
Madrid, donde la semana próxima se reunirá con tres
Ministros para debatir asuntos de interés para Ceuta. De
hecho en el mes escaso que lleva gobernando Mariano Rajoy
las reuniones y los encuentros han sido continuados,
demostrando así la sinceridad del PP al hacer referencia
expresa a Ceuta y a Melilla en su programa durante las
pasadas elecciones generales.
No cabe la menor duda de que las dos ciudades, donde
históricamente los populares han ido sumando mayorías
absolutas van a recibir un trato diferente del resto, en
virtud de nuestras diferencias y para resarcirnos de la
autopista marina del Estrecho que es un factor condicionante
de primer orden y como tal está considerado. Y no se trata
de “ningunear” a otras Autonomías tan solo apoyarnos un poco
más para suplir nuestra ausencia de carreteras para ir a
Albacete. Y digo Albacete por no decir a Almería que sigue
teniendo una mala carretera y para compensar el que ninguna
de las dos ciudades autónomas podrá contar jamás con una
buena estación de AVE como la malagueña María Zambrana con
su macrocentro comercial Vialia. Pero tampoco la política
del anterior Gobierno del PSOE puede calificarse de
absolutamente nefasta para Ceuta, de hecho durante los
cuatro primeros años del zapaterismo y cómo aún se iba
tirando de los flecos de la prosperidad aznarista, los
socialistas se comportaron con Ceuta, ahí está el nuevo
hospital que aunque ya estaba proyectado lo hicieron ellos y
el comienzo de las obras de ese nuevo centro penitenciario
cuya ejecución va a durar más tiempo que “el parto de los
montes” de hecho puede que logre estar culminada en la
próxima glaciación. O el asunto de la financiación
autonómica.
En lo referente a los cuatro últimos años el tema aflojó,
pero fue una debacle generalizada en toda España, que no un
pasotismo concreto hacia la ciudad. Y bastante hicieron
favoreciéndonos en “algo” pese a la constancia de que aquí
existe uno de los más fecundos semilleros de votos del PP y
encima por auténtica convicción que no por arribismo porque
a cualquier Autonomía le conviene andar arrimada al Gobierno
de turno para tratar de obtener mayores ventajas. En los
casos ceutí y melillense se ha logrado fidelizar a un
espectro mayoritario de la ciudadanía que no parece
dispuesta bajo ninguna circunstancia a cambiar el sentido de
su voto. Y de esa circunstancia siempre han sido muy
conscientes en Génova 13. Y también en Ferraz 22.
Pero los viajes presidenciales a los madriles no son en modo
alguno para capitalizar la adhesión inquebrantable de una
ciudad a un proyecto político, nada de conchabanzas, se
trata de exponer ante quienes pueden ayudar a solventarlos,
peticiones, propuestas y proyectos que son irrenunciables
para el conseguir que Ceuta siga evolucionando hacia el
progreso y así mismo para que pueda explotar a conciencia su
inmenso potencial. Explicando, argumentando y solicitando no
“se amortizan” lealtades, sino que tan solo se lleva a cabo
un recordatorio de los compromisos ineludibles que Mariano
Rajoy y sus entonces “ministrables” adquirieron con la
ciudad.
La labor de Juan Vivas con sus viajes y cónclaves al más
alto nivel, sirve de “recordatorio” a lo prometido y para
eso nadie tan tenaz como el Presidente ceutí ¿Tenacidad o
tozudez? Podemos quedarnos que al 50% de cada una de las
características conductuales, porque ya se sabe que “el que
la sigue, la consigue” y para poner y exponer sobre el
tablero de España la realidad y los retos pendientes de esta
ciudad, Juan Vivas no es de los que se cansan o sienten
hartazgo, muy por el contrario se muestra inasequible al
desaliento, que es aseveración de amplia raigambre histórica
y connotaciones hispánicas.
¿Lo mejor? El momento en que regrese con noticias frescas de
cuando comenzará la repercusión real en Ceuta del anhelado
triunfo de Mariano Rajoy. Porque desde aquí se apostó fuerte
por él, que no lo olviden.
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