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OPINIÓN - JUEVES, 19 DE ENERO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

¿Se presentará Gordillo a la presidencia del PP ?
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Ante el próximo Congreso del Partido Popular de Ceuta, en el que la candidatura de Juan Vivas para ostentar la Presidencia del partido ya ha sido confirmada en primera persona por el propio interesado, la rumorología y los dimes y diretes apuntan a que tal vez algún otro aspirante, como es Pedro Gordillo, se encuentre a la caza y captura de avales para presentarse como alternativa. Libre es cada cual para aspirar al puesto que apetezca y del que se crea merecedor, lo que resultaría imperdonable es plantar en el seno del PP la semilla de la división y que comiencen a aparecer “clanes” y “sectores”, imperdonable y estúpido, porque el triunfo de los populares ha llegado de la mano de la solidez que conlleva el que se presenten como un “todo” inamovible y rotundo, consistente y firmemente enraizado en torno a la figura de un sólo líder y gestor salido de las urnas y legitimado por los sufragios de la ciudadanía.

Y no se trata de apostar por un partido a modo de bloque monolítico sin posibilidades de discusiones internas o de disquisiciones más o menos críticas, pero, por lealtad a una apuesta personal de fidelidad y de coherencia, de haber o existir “trapos sucios” estos “se lavan en casa”. En absoluto realizamos un elogio de la hipocresía y de las falsas apariencias, sencillamente porque desde hace años en el PP de Ceuta si algo ha resaltado ha sido el compañerismo y la capacidad de limar cualquier aspereza con el diálogo y la reflexión compartida.

Hay quienes consideran saludable la existencia de distintas opciones y la posibilidad de poder elegir entre posibilidades, modos y modas distintas, para no anquilosarse ni encasillarse, opinión digna de todos los respetos, como cualquier otra ya que una de las grandezas del sistema democrático es precisamente dar carta blanca a expresar las discrepancias e incluso los desencuentros, siempre dentro de los límites impuestos tanto por el buen estilo como por las leyes. El derecho a debatir entre puntos de vista diversos es siempre saludable mientras se mantenga dentro de la prudencia y no sea labor de “dinamiteros” porque de esos han habido muchos a lo largo de la historia

No hay que olvidar nunca el tono peyorativo con el que se suele aludir al “continuismo” versus el respeto innato que implica la continuidad que lleva en sí la continua innovación y renovación, pero si de algo jamás se puede acusar al PP de Ceuta es de inmovilidad. Nunca hay que olvidar que existe un fondo programático subyacente al proyecto Popular y ese hay que cumplirlo a rajatabla porque constituye un compromiso de acción irrenunciable, el programa está y se desarrolla de forma dinámica, los principios doctrinales existen y a ellos hay que atenerse y si no se está de acuerdo con ellos siempre se puede optar por otros partidos que ofrezcan valores distintos. Lo que no se puede estar es “en misa y repicando” porque existe la libertad de elegir, la libertad de acertar y lo que es aún más esencial, la libertad de equivocarse.

En el PP de Ceuta resalta en los momentos actuales el equilibrio y los momentos difíciles que nos han tocado afrontar durante los dos próximos años luchando por reflotar España hace que, por lealtad, se eviten los daños colaterales de los enfrentamientos, los clanes, las conductas sectarias, las discrepancias entre seguidores de distintas corrientes y opciones, la amargura de quienes ven truncadas sus expectativas y en una palabra la desunión.

Cierto es que la rumorología no es precisamente la fuente más fiable para realizar un análisis pormenorizado, pero por otra parte en nada beneficia porque genera inquietud e interrogantes, puede socavar el logro de la unidad e incluso propiciar en algún majadero tentaciones incruentas pero de corte guerracivilista en plan “compañero contra compañero” que es un auténtico factor de desestabilización.

Así lo más deseable sería tener claras las ideas y no dar pábulo ni abonar los rumores, lo que tenga que ser debe ser ya, para erradicar las habladurías porque hay quienes temen que con este tipo de chismografía política se fragmente la cohesión.
 

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